Capítulo XXIII: Redención- Parte 3

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2 MESES DESPUÉS...

Sam

Luego de las primeras semanas de sentir la desagradable autocompasión, la amargura empezó a sofocarme, y fue ahí cuando comprendí que ya había sido suficiente.

Si hay algo que Sam Manson no toleraba, era hacer un espectáculo lastimero de sí misma... ¡Y vaya! Ya has tenido suficiente de aquello por toda una vida.

A pesar de que sabía que no podía cambiar nada de lo que había pasado, en algún punto, justo en medio de la aceptación y de la noción de que era lo suficientemente fuerte para sobrevivir a esto, estaba comenzando a sentir la sanación.

Las risas volvieron a sentirse contagiosas, y la presencia de la culpa cada vez que me olvidaba momentáneamente de todo lo sucedido comenzaba a merodear cada vez menos en mi cabeza.

Debía afrontar lo que ya estaba hecho, y comenzar a mirar hacia adelante. Por supuesto, no podría hacer esto yo sola, y para mi suerte he tenido una excelente ayuda a lo largo de este tiempo.

-De acuerdo, de acuerdo... ¿Qué tan grande es mi trasero?- Escuché la pregunta justo en el momento en que le di un sorbo a mi bebida, lo que hizo que esta terminara atragantándome y a punto de escapar por mi nariz.

No sé si fue la pregunta o mi reacción, pero las risas de mis amigos comenzaron a inundar el ambiente.

-¡No puedes preguntar eso!- Jazz le señaló a Tuck intentando ahogar la diversión en su voz.

-Sólo preguntas a las que podamos responder "sí" o "no".- Luc le recordó a un muy frustrado Tuck.

Estábamos instalados en la sala de estar del hogar de los Fenton, habíamos movido los muebles sólo un poco para terminar sentados en la alfombra, todos alrededor de la mesa de café circular que estaba centrada en la habitación. Habíamos decidido hacer algo diferente para variar, por lo que cada uno escribió un nombre famoso en una pegatina y la colocó en la frente de quien estaba sentado a su lado derecho.

Empezamos jugando una amistosa partida de "¿Quién soy?", la cual ya había dejado de ser tan amistosa a los cinco minutos, cuando Jazz comenzó a molestarse porque Danny había adivinado que era Freddie Mercury en su tercera oportunidad para hacer una pregunta.

Las cosas no mejoraron cuando noté que Danny comenzó a disfrutar la molestia de Jazz, y las burlas de mi novio en contra de la pelirroja sólo cesaron cuando ella logró adivinar que el nombre que estaba en su frente era el de Chris Pine.

Hermanos... Gracias a los cielos por ser hija única.

En estos momentos, Tucker y yo éramos los únicos en el círculo que aun teníamos las pegatinas en nuestras frentes. Debido a mi corto conocimiento de música pop, asumí mi derrota en el momento en el que pregunté si era una cantante menor de 25 y la respuesta fue positiva. Tuck, por otra parte, lucía como si sus sesos estuviesen a punto de terminar en las paredes.

-Bien... eh... ¿Mi trasero es enorme?

-¡Sí!- Todos respondimos al unísono, pero sin embargo las voces de Luc y de Danny sonaron más fuertes y casi cómplices. Ante la evidente euforia masculina, Jazz y yo nos observamos con la misma expresión.

Hombres...

La respuesta positiva hizo que una chispa de esperanza brillara en los ojos verdes grisáceos de mi amigo, por lo que continuó preguntando.

Danny Phantom: Cursed from the AshesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora