Danny Phantom: Cursed from the Ashes

Capítulo XVII: Bajo Control

Danny

Siempre he sido enemigo de los silencios incómodos. Pero considerando a quién tenía a mi lado... Lo mejor era permanecer sin decir palabra alguna.

El atardecer había caído y la carretera comenzaba a extenderse hacia la ciudad de Elmerton, que quedaba a muy poca distancia de Amity Park. Según Carter, estábamos muy cerca del destino. Por supuesto, la ubicación de la supuesta casa de Jared era lo único de lo que habíamos hablado durante todo el camino.

Aunque Lucian esté haciendo todo esto para reivindicarse y ayudarme a encontrar a Sam, para mí siempre será uno de los tipos que estuvo coludido con Vlad Masters, mi archienemigo y el hombre que siempre ha estado involucrado en mis desgracias. No creo que haya algo más de lo que quiera hablar con Carter. Estoy muy seguro que cualquier cosa que salga de su boca sólo me hará recordar todo de nuevo y querer ahogarlo en una fuente.

Demonios.... ¿Será muy tarde para sugerir que podría transformarme en Danny Phantom y seguir su auto desde el cielo?

Lucian suspiró de pronto, y por primera vez en media hora, me observó de soslayo desde el asiento del conductor.

-Entonces, Danny ¿Ya sabes a qué universidad irás?- Me preguntó él, aparentemente, fingiendo interés. Yo lo observé con una mirada de pocos amigos.

-Ni te molestes en hacer conversación, Carter.- Pronuncié cortante, mientras apoyaba mi codo en la ventana e intentaba mirar hacia otro lado.- Por si no te has dado cuenta, no he venido contigo para crear lazos de amistad, precisamente.- Lucian resopló de manera frustrada.

-Eso lo pillo. Créeme, eres muy elocuente.- Dijo él con algo de sarcasmo.- Supongo que reemplazaremos el silencio incómodo con otra cosa...- Lo observé de pronto y noté cómo se dirigía a encender el radio. De pronto comencé a escuchar a través de los parlantes una vieja canción de Nine Inch Nails, una de las bandas preferidas de Sam.

Es algo inevitable el recordar aquellos detalles, especialmente cuando no tengo otra cosa en mi mente que no sea ella en estos momentos.

-Para serte sincero, me sorprendió mucho el que hayas accedido a venir conmigo.- Dijo él, obligándome a levantar la mirada. Él me observaba curioso, y con una sonrisa torcida a punto de dibujarse en su boca.- Después de que me golpeaste y me aventaste a una racha de mala suerte por el espejo roto...- Lo interrumpí.

-No me voy a disculpar por eso.- Respondí cortante.

-No espero que lo hagas.- La sonrisa no se desvanecía.- Como te decía... Luego de eso, pensé que las probabilidades de que confiaras en mí eran más que ridículas. A lo que quiero llegar es... ¿Por qué no estás haciéndome mil preguntas? ¿Acaso no sigues sospechando que todo esto sea una trampa?

-Lucian.- Comencé con mi voz sin emoción.- Lee mis labios, porque no lo repetiré de nuevo; jamás creeré nada de lo que digas. Nunca confié en ti, y por ningún motivo empezaré a hacerlo ahora.- En respuesta, él alzó sus cejas, como si no se hubiera esperado eso de mí.

-Vaya, entendido y anotado, héroe. Lo que me lleva a mi otra pregunta; Si no confías en mí... ¿Por qué te expones de esta manera al venir? Quiero decir, en estos momentos fácilmente te podría inyectar el extracto de ectoranium que traigo oculto en mi chaqueta y noquearte por un par de horas. ¿No te importa el riesgo de que todo esto puede ser una mentira?- Lo miré por unos momentos, evaluando lo que me estaba tratando de decir...

Es obvio que no es lógico para él que yo haya accedido a venir a un lugar que no conozco y en el cual puede que esté o no la chica que hace unas horas creí muerta. A este punto, nada es seguro, y no se puede confiar en nadie.