Capítulo XXI: Juegos Perversos

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Sam

En cuanto Danny me trajo de vuelta esa noche, Luc fue la primera persona con la que me enfrenté. No parecía estar molesto por mi ausencia, pero sí noté que tenía sus nervios a flor de piel, y que lucía genuinamente aliviado cuando me vio cruzar la puerta; ahora que todos estaban al tanto de que Vlad y Dan tenían la intención de invadir la ciudad con su ejército, realmente no podía culparlos por actuar de manera paranoica.

Sólo en ese momento, me di cuenta de lo imprudente que había sido al salir sola, y que preocupar a quienes me rodean se me había hecho una costumbre.

Lo peor es que era la última en notarlo.

Ahora que mi cordura había sido restablecida- bueno... al menos gran parte de ella- Luc decidió que lo mejor era volver a su departamento y seguir al pendiente de todo desde allí, llevándose a su molesto hermanastro con él.

Jared parecía estar bastante aliviado con el arreglo, al igual que yo, y al igual que todos. Lo único que ese idiota tuvo que prometer fue permanecer escondido y no escapar a ningún lado. Eso... Y utilizar un brazalete deflector en todo momento.

Personalmente, no creo que aquel acuerdo haya sido necesario; Jared está muerto de miedo de Vlad y de Dan, sus antiguos jefes, sin mencionar que está siendo buscado por la policía y por los Hombres de Blanco debido a mi supuesto asesinato y el del científico de Axion. Para él, esconderse sonaba como el mejor de los males en estos momentos, aunque sé que jamás lo admitiría.

Tuck también se fue a su casa apenas me vio sana y salva. Por alguna extraña razón que no quise profundizar, él había estado encerrado con Jazz en su cuarto durante todo el tiempo que estuve fuera. Cuando salió a encontrarse con nosotros, lucía bastante hiperventilado y parecía tener mucha prisa por irse. No creo que Danny lo haya notado, y definitivamente no iba a ser yo quién lo señalara.

En ese momento pensé que la próxima conversación que tuviese con Tucker sería realmente interesante.

¿Jack y Maddie Fenton? Ellos no podían estar más felices por mi recuperación. Sin embargo, la madre de Danny no tardó en señalar que yo ya no podía seguir durmiendo en el mismo cuarto que él.

Danny no se atrevió a refutar su voluntad, y traté de no mirarlo a los ojos; sabía que si lo hacía, mi rostro se encendería al instante. A cambio, hice algo peor y observé a su madre.

Sus ojos estaban sobre Danny y sobre mí, y un destello de reconocimiento combinado con una cierta diversión fue suficiente para comprender que había leído nuestras mentes con tan sólo observarnos a los ojos.

Sí...Maddie Fenton no era estúpida.

Así es como había terminado en el cuarto de Jazz. Luego de esa noche en el cementerio, debo admitir que no ha sido fácil conciliar el sueño.

Y no. No es precisamente por mis preocupaciones, ni mucho menos por mis miedos internos. Creo que el motivo de mi desvelo era mucho más simple que eso:

Jazz ronca... Y mucho.

Ahora entiendo por qué Danni se quejaba tanto cada vez que dormían en la misma habitación; y no se trataba sólo de ronquidos, ya que Jazz también parecía hablar en sueños. Cada vez que intentaba cerrar mis ojos, no podía evitar escuchar los murmullos sin sentido de la hermana de Danny. Pensé momentáneamente en despertarla, y realmente lo intenté, pero no hubo respuesta, y sólo terminé descubriendo que su sueño es incluso más pesado que el mío.

No tardé en rendirme y cerrar mis ojos a pesar del sonido.

Dormir fue difícil, pero no imposible.

Danny Phantom: Cursed from the AshesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora