Capítulo XI: Libertad

2K 109 111
                                    


Danny

El constante sonido de las sirenas comenzaba a ponerme nervioso. Pero no tanto como ver a Sam conduciendo como una maniática.

-¡¿Qué haces?!- Pregunté alarmado.

-No permitir que te traten como un asesino.- Respondió ella sin quitar la vista del camino.

Me aferré al asiento mientras Sam esquivaba las rejas que comenzaban a cerrarse debido a la alerta de seguridad en el cuartel de los Hombres de Blanco. Luego de atravesar tres de ellas, dejamos atrás la última que se cerró detrás de nosotros. Al parecer, Sam había calculado el tiempo exacto para escapar.

Al salir de las instalaciones, entramos a la carretera que conectaba con la única salida de Amity Park, ella pareció acelerar, y al mirar hacia atrás noté que una patrulla nos seguía.

-Eh... ¿Sam?- Ella me dio una rápida mirada y comprendió mi aviso.

-Lo tengo.- Dijo mientras miraba el espejo retrovisor y entendió que teníamos compañía. Sam dobló con brusquedad e hizo chillar a los neumáticos. De pronto, nos habíamos salido del camino y estábamos rodeados de árboles.

Ella continuó conduciendo, tratando de adentrarnos en el frondoso pasaje. Creí escuchar las sirenas otra vez, pero al mirar hacia atrás, noté que nadie parecía seguirnos.

-No lo entiendo. Venían justo detrás de nosotros.- Dije, y Sam me hizo una seña para que observara hacia arriba.

En el cielo, una figura sobrevolaba en dirección contraria a la nuestra. Parecía ser la silueta de un hombre vestido de negro. No parecía ser más que un chico. La poca luz del amanecer hacía que su cabello blanco luciera.... ¿Qué?

Un momento...

Yo era el que estaba volando sobre nosotros. Bueno, aparentemente no era yo, pero sí alguien idéntico a mí.

Tal vez no era alguien...

De pronto comprendí, sintiéndome como un tonto.

-¿Un holograma?- Pregunté, y vi a Sam sonriendo sin mirarme.

-No habrás pensado que Tuck te podría defraudar ¿Cierto?

-Definitivamente no podía esperar menos de él.- Murmuré mientras continuaba observando a mi imagen surcando el cielo, dirigiéndose hacia Amity Park... En la dirección opuesta a la que nosotros nos dirigíamos.- Creo que tendré que compensárselo de alguna manera.

-Es lo más probable.- Dijo ella con un repentino tono alegre.- El holograma servirá para distraer a los Retrasados de Blanco el tiempo suficiente como para escapar. La verdad es que no quisiera que se dieran cuenta, pero ni siquiera ellos son tan tontos como para pensar por siempre que ése eres tú.

Volví a echar un vistazo al cielo, y noté que un jet de los Hombres de Blanco comenzó la persecución de mi "yo" falso.

Se estaban alejando de nosotros... Lo que significaba que esto estaba resultando.

Luego de unos minutos en los que mi corazón casi se me sale del pecho al ver cómo Sam esquivaba obstáculos en el camino improvisado en el que ella nos metió, noté que comenzábamos a alejarnos de todo y de todos. Y nadie parecía seguirnos.

¿Estaba libre?

La adrenalina del escape me había hecho olvidar la realidad. Y en ese momento fue cuando todo volvió a mí.

Estaba a solas, con Sam.

Por vez primera me detuve a notar los pequeños detalles que me rodeaban; el cielo aún continuaba rosáceo a causa de los primeros rayos del sol del día. No había notado cuántas horas habían pasado desde que me habían arrestado hasta ahora. Sam estaba conduciendo el automóvil de su cumpleaños dieciséis, cosa que nunca creí ver; para tener más de un año de antigüedad, todavía lucía como nuevo, y es que Sam jamás se había atrevido a manejar su lujoso auto a causa de su conciencia ambiental.

Danny Phantom: Cursed from the AshesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora