Danny Phantom: Cursed from the Ashes

Capítulo VIII: 18

Danny

Siempre he pensado que un gran dolor no puede seguir creciendo.

Que ese insoportable malestar que se siente es sólo parte de la ilusión que causa el momento, y que luego con el pasar del tiempo ese dolor comienza a ser absorbido por tu cuerpo y terminas acostumbrándote a él, lo aceptas.

Es una mentira.

Luego de tres semanas, la punzada sigue allí, atravesando mi pecho como un recordatorio permanente de todo lo ocurrido.

No recuerdo haberme sentido así antes, ni siquiera cuando la perdí sólo como mi novia. El rechazo y el amor duelen aún más ahora que la he perdido por completo.

Hice un esfuerzo titánico al no volver a convertirme en el zombi que fui hace un tiempo atrás. Y eso es difícil, lo admito. Pero he logrado darles a todos la impresión de que estoy manejando todo esto muy bien. Incluso yo mismo he llegado a pensar que realmente puedo pasar a través de todo esto si sumerjo mi mente en cualquier otra actividad que no me permita pensar en... ella.

Todos los días se han vuelto idénticos; Entrenar, ir a clases y evitar a la razón de mi dolor durante el proceso (lo cual ha sido realmente fácil, ya que por lo visto ella ha estado intentando hacer lo mismo conmigo), pasar algún tiempo con mi familia para que no piensen que he perdido la cordura, y concentrarme en mis deberes como el héroe de esta ciudad.

Por un momento me preocupé al pensar que tal vez la rutina me fuese a ahogar, pero supongo que algo peor sería salir de ella y volver a concentrarme en toda la porquería en la que se ha convertido mi vida.

Aún no hemos recobrado ninguna información que nos lleve hacia el asesino, y eso me ha estado molestando mucho. Tal vez podría tener un poco de paz en mi vida si estoy completamente seguro que ese retorcido tipo no volverá a matar. Porque la próxima vez que lo haga, la culpa será sólo mía.

-¿Qué me dices, hermanito?- Jazz me preguntó alegremente, sacándome de mis pensamientos. Estábamos cenando juntos. Levanté mi mirada y atrapé a mis padres, a Danni y a Jazz observándome con expectación.

-¿Sobre qué?- Pregunté tan distraído que obligué a Jazz a que me observara ofendida.

-¿Sabes, Danny? No te pido que me pongas atención todo el tiempo. Sólo cuando hablo ¿Es eso mucho pedir?- Lo pensé unos segundos, y luego respondí:

-Hablas todo el tiempo, Jazz.- Mi madre soltó una risa a lo bajo y Jazz la observó con enojo, y luego de vuelta a mí.- Lo siento, estoy en las nubes, sólo repíteme lo que decías.

-Mi novio de Yale quiere conocerlos, y le dije que estaría bien si se quedaba aquí por el fin de semana.- Miré de pronto a mi padre, quien probablemente ya dijo algo parecido a lo que yo estaba a punto de decir.

-Sólo si por quedarse aquí te refieres a que duerma en el cuarto de huéspedes y no en el tuyo.- Jazz puso los ojos en blanco.

-¡Oh, Cielos! ¿Podrías sonar más como papá?- Ese comentario me hizo enojar un poco, mi padre, en cambio, parecía observarme con cierto orgullo.

-¡Oh, Cielos! ¿Podrías sonar más hipócrita?- Danni rezongó a mi lado con burla. Sentía cómo la sangre se acumulaba en mis mejillas. Y es que había captado el mensaje; al parecer mi prima no podía olvidar el incidente de hace semanas, cuando vio a... cierta chica salir de mi cuarto. Por suerte nadie más en la mesa escuchó a Danni. No quería ni imaginar lo que mi madre me haría si se enteraba de ese incidente, probablemente yo ya estaría colgando de la mazmorra en estos momentos si se ponía al tanto.