El día parecía ir cada vez más lento. Quizá por las ganas que tenia de que acabase y ver a James. Sentía que habíamos dado un paso enorme, me sentía alegre usando su chaqueta, era como tener un pedacito de el conmigo.
Me encantaba la forma en la que me perdía en su ropa, la forma en la que mis dedos apenas se asomaban por las mangas, la calidez que transmitía y su exquisita fragancia que me consumía.
Aunque lo viera en la salida, de todas formas tenía un montón de tarea con la que me tenía que poner al corriente. Podría pensarse que sería inteligente si era una completa asocial, pero ese no era mi caso.
Camine apresuradamente a mi casillero antes de que los pasillos se llenaran de adolescentes ansiosos por irse y saque algunos libros de ahí para avanzar con los deberes. Justo cuando cerraba el zipper de mi mochila, una voz sonó a mi lado.
-Hola. ¿Lucia, cierto?- Di un respingo por la interrupción y mire al dueño de aquella voz. El chico tenía una larga cabellera rubia atada en una cola de caballo baja. No me gustaban los hombres con cabello largo pero debía admitir que a él no se le veía nada mal.
-Si.- Asentí aclarándome la garganta. En todo el tiempo que había estado en este instituto nadie se había acercado a hablarme, sabía que parte de esa razón era por los rumores que tenían que ver con mi difunto padre. A decir verdad, era mucho mejor que no me hablaran, no podía soportar la vergüenza de que alguien lo trajera a colación.
-Soy Liam.- Se presentó y me tendió una mano. Lo mire un segundo debatiéndome en el porqué de su acercamiento. No quería pensar que se debía a mi manera de vestir esta mañana.
Iba a hablar de nuevo pero la campana sonó anunciando el final del día escolar. Ambos nos reímos por la interrupción.
-Solo venía a decirte que este viernes hay una fiesta en casa de Austin Hayes. Por si quieres ir.- Lo dijo de forma casual encogiendo un hombro.
-¿Una fiesta?- pregunté ajena a esa palabra. Nunca había ido a una.
-Se hacen cada viernes, este le toca a Austin. Te hubiese invitado cuando me toco a mi hacerla pero no había tenido el placer de conocerte.- Miro hacia mi cuerpo y jamás había estado tan feliz de que la chaqueta de James me cubriera.
-¿Y ahora si me conoces?- Me recargue contra los casilleros esperando que no notara mi nerviosismo. De pronto había olvidado todo lo que mi hermana me decía que hiciera cuando alguien me dirigía la palabra.
-Planeo hacerlo.- Imito mi gesto poniéndose a mi lado, muy cerca de mí.
Una pesadez se instaló en mi estómago como si estuviera haciendo algo malo. La imagen de James invadió mi mente y carraspee alejándome sutilmente de él.
-No conozco a ningún Austin y las fiestas no son lo mío.- Cerré mi casillero y me gire hacia el dispuesta a dar por terminada la conversación. –Pero muchas gracias por la oferta.- Agregue esperando que eso amortiguara mi rechazo.
-¿Qué tal si te invito a comer? No me vas a decir que la comida tampoco es lo tuyo,
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Usual Enfermedad
Teen Fiction"El amor es una enfermedad" Me he estado repitiendo eso desde que mi madre decidió que quería que viviera un amor juvenil. Aparte de lo vergonzoso que es que tu madre haga de casamentera, ¿cómo puedo hacerle entender que no quiero el sufrimiento que...