Capítulo 19

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En cuanto el sol salió, decidí que no iba a ir a clases. No me creía capaz de soportar verlo porque recordaría como ella lo había besado y él no la aparto. Casi estaba segura de que al dejarla en su casa no solo le dio otro beso de buenas noches. No podía perdonar algo así.

-¿Estas enferma?- Mamá entro a mi habitación ya bañada, vestida y maquillada; como siempre.

Todos los días, con excepción del domingo, le encantaba estar radiante.

-No me siento bien.- En teoría, eso no era mentira. Me sentía terriblemente mal, el dolor en el pecho no había disminuido ni una milésima. Parecía que cada vez se hacía más grande, me costaba pensar en otra cosa que no fuera eso.

Estaba experimentando esa sensación de tristeza donde no haces más que pensar en sucesos aún más deprimentes para torturarte a ti mismo.

Ahora, mirando el rostro de mi madre solo podía recordar como la habían traicionado.

Cuando era una niña había encontrado a mi padre salir de la casa de una vecina, sabía que estaba mal pero cuando él me dijo que guardara el secreto, eso hice.

Si el hombre que debía de cuidarte siempre, hacia que te rompieras de aquella manera al obligarte a callar, ¿qué esperanzas tenia de los demás?

Ya habían roto mi corazón anoche al intentar salir de mi caparazón.

-Tienes que ir a la escuela. Si deciden darte la salida, iré por ti.- Mamá se sentó en mi cama y me acaricio el cabello. Amaba que hicieran eso. Me recordaba cuando era niña y todos éramos una familia feliz, cuando aún no se desmoronaba.

-Está bien.- Ronronee como un gato y mamá se levantó plantando un beso en mi coronilla.

-Date prisa.- En el segundo en que abandono mi habitación, extrañe su compañía. Necesitaba que estuviesen conmigo para que el dolor no me ahogara.

Me quede tumbada mirando hacia el techo.

¿Así era como se terminaba todo? Las peleas entre él y yo, las peleas contra su prima, contra las chicas de la escuela. Al menos saque algo bueno de esto; esas chicas ya no me molestaran más cuando se enteraran de que todo entre James y yo se terminó.

Me levante de la cama muy a mi pesar preparándome para enfrentar el día de hoy.

Me aliste más lento de lo habitual y cuando baje mi hermana ya me estaba esperando. Ambas subimos en Maxon y arranque analizando lo que estaba pasando.

Esto no se iba a quedar así, yo necesitaba una explicación. Mi vida no se iba a acabar por un estúpido chico, había cientos, miles de ellos. Sabía que ya no había nada por hacer con la relación que habíamos tenido pero al menos, sabría que no fui yo la que se rindió.

Vanne no iba a ganar, esta era mi guerra.

Usual EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora