Extra 5

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La seguí cuando se levantó y se fue con la cara arrugada a punto de llorar. Maldije a Ash por hacerla sufrir, ya tenía bastante con mis problemas para que me causara más con ella. La agarre del brazo haciendo que se regresara y se estampó contra mi pecho.

Lágrimas corrían por sus mejillas recordándome el día del funeral. Su cabello rubio le cubrió el rostro y se lo aparte poniéndoselo detrás del oído. Puse mis dedos debajo de su barbilla para hacerla mirarme.

-Tu prima me odia.- Me susurró entre sollozos. Me dolía verla así de frágil pero no había mucho que pudiera hacer contra Ash y sus comentarios.

-Ash odia a todo el mundo.- Le dije como si eso no importara en estos momentos. No sabía porque había venido con ella si Lu seguía allá dentro.

-Creí que me querías, creí que ibas a protegerme, creí que cuidarías de mí, que me mantendrías a salvo.

-Eso hago.- Le respondí sin vacilación. Hacía más de un año que estaba cuidándola y ella no podía decir lo contrario. Se lo había prometido a Kyle y lo estaba cumpliendo pero no iba a estar atado a ella las veinticuatro horas del día si ni siquiera me caía bien.

-¿Entonces porque estás con ella? Vas a olvidarte de mí.- Negué con la cabeza pero siguió hablando. -Lo sé. No tienes que decírmelo. Quiero que la dejes, llévame a casa.- Ni siquiera lo pregunto, lo afirmó sabiendo que la obedecería. Maldita sea la hora en que me encargue de ella. No podía decirle que no. –Por favor.- Sabía que no solo me estaba pidiendo que dejara a Lu en casa de mis padres, sino que dejara de intentar una relación seria con ella.

Vanne quería toda mi atención. Y no lo iba a conseguir.

-Mi novia está esperándome. No puedo dejarla.- Le dije negando con la cabeza. Esto estaba empeorando, cada vez que Vanne venía hacia mí era para pedir algo y no podía decir otra cosa que no fuera lo que ella quería que dijese.

Pero por muy malo que le pareciese, no me alejaría de Lu, de ella no. Nunca, jamás.

-Si él estuviera aquí no tendría que pedírtelo.- Podía ver atrás vez de esa cara angelical lo inmadura y egoísta que podía ser. No entendía como Kyle la amaba, el merecía algo mejor, mucho mejor. Pero aquí estaba, cuidándola mientras que él se terminaba de descomponer bajo tierra.

Cuando estaba con Lu casi podía olvidarlo, no recordaba que hubiese sonreído como lo hacía cuando estaba con ella. Parecía tener la medicina perfecta para mi enfermedad. Ella era la medicina que tanto necesitaba. Y no la dejaría ir.

-Estoy harto de que me culpes, yo no cause su muerte.- Ambos sabíamos que no creía en mis propias palabras.

Tenía que volver con Lu. ¿Por qué aún no había corrido hacia ella? ¿Por qué siquiera seguía aquí con Vanessa?

-Llévame a casa.- Apoyo sus pequeñas manos en mi pecho. Odiaba la sensación tan vacía que me producía ese tacto. Odiaba que no fueran las manos de mi novia. No la aleje, solo lo haría más complicado. Ella se pondría a llorar y se volvería loca.

Usual EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora