Extra 4

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-Sabes que no me voy a dar por vencido.- Le dije a Ash mientras ella se arreglaba poniéndose la chaqueta viéndome sin expresión alguna.

Todo su guardarropa era del mismo color; y hoy no era la excepción.

Sabía que se iba a hacer una carrera importante para ella esta noche y muy probablemente arrastrara a Lu con ella.

-Ya lo sé, eres un grano en el trasero.- Removió sus cosas en la mesita de noche buscando las llaves de su moto. Unas llaves que yo tenía.

-Entonces pónmelo fácil y dime donde es.- La escuche bufar fastidiada y se dio la vuelta con el ceño fruncido.

-Eres un idiota, un estúpido que la hace sufrir. Nunca vas a tener una relación estable ni con ella ni con nadie más si está detrás de ti esa tonta rubia psicópata.- Sabía que tenía razón, pero había hecho una promesa y yo cumplía con ellas. Antes no me había molestado que Vanne espantara a las chicas, ya que yo no quería nada serio con ninguna, pero eso fue antes de conocer a Lu.

-¿Tanto te importa?- pregunte a Ash y esta se puso tensa.

-Sabes bien que no.- Se cruzó de brazos molesta, fingiendo que en su escuálido cuerpo no había ni una pizca de sentimientos. No sabía porque pretendía que era así, pero al parecer le encantaba mantener esa fachada de chica ruda incluso ante su propia familia.

-Creo que voy a llorar, te has encariñado con Lu. Escribiré una historia sobre eso.- Me mostro el dedo del medio y una sonrisa cínica.

-Vete a la mierda.

-Con gusto, pero ¿sabes dónde no iras tú? A la carrera. Mira lo que tengo aquí.- Saque sus llaves de mi bolsillo y las lance un par de veces en el aire con inocencia. Ash se empezó a poner roja de rabia y sonreí por haber logrado mi cometido.

-¡Dámelas!- Me grito y dio un paso hacia mí pero no siguió, en vez de eso solo extendió el brazo en mi dirección como si fuese a obedecerla.

-Dime donde es la carrera.- Se acercó a mí pero las lance hacia arriba para poder esquivarla y volví a atrapar las llaves en pleno vuelo. Se dio la vuelta luciendo aún más furiosa.

-¡Mis llaves! ¡Ahora!- Grito de nuevo pero volví a repetir el proceso provocándola.

Atrape las llaves de nuevo y antes de que me diera cuenta Ash me había golpeado el brazo fallando mi tiro. Vi como estaba lista para volver a golpearme pero agarre sus manos dándole la vuelta y se las puse sobre el pecho con las palmas hacia adentro. Hizo girar sus muñecas y se inclinó hacia adelante soltándose de mi agarre. Me pateo la espinilla e intentó quitarme sus llaves de nuevo pero agarre sus pies y los doble haciendo que cayese sobre la cama, antes de que pudiera moverse la puse boca abajo, agarre sus manos poniéndoselas en la espalda, con la otra mano sostuve su cabeza y mi rodilla descansaba en su espalda de manera suave pero firme. Pataleo pero ambos sabíamos que ya había ganado, nunca pudo ganarme en una pelea.

-Solo dime donde es la puta carrera.- Le dije por lo bajo, ya empezaba a fastidiarme de esto. Volvió a bufar y se removió como un gusano antes de contestar.

-En la pista de Boykill.- dijo con los dientes apretados. Una vez que obtuve lo que quería, la solté y le devolví sus llaves.

-Fue todo un placer.- Salí de su habitación escuchando sus insultos detrás de mí.

Conocía cual era la pista de Boykill, ese desgraciado amaba más el dinero que su vida. Había montado la pista en un casi un desierto y estaba tan alejado que sería casi imposible que la policía se pareciera por allí.

Fui a la cochera y me adentre a ella, al encender las luces lo primero que note fue mi moto bajo una lona azul cubriéndola. La había arreglado casi después del accidente solo para tener algo que hacer y que mis pensamientos no me atormentaran pero jamás la había vuelto a usar.

Quite la lona de encima rebelando la reluciente moto negra debajo. Antes me parecía la cosa más hermosa y ahora solo la veía como lo que era, una simple moto que le había quitado la vida a mi amigo, mi mejor amigo.

No podía ir a la pista en mi auto si quería concursar y algo me decía que debía llevarla, pero aun así, el sentimiento de pánico me invadió.

Respire profundamente un par de veces antes de subir en ella. Mi mano tembló cuando metí la llave en el contacto para encenderla.

El primer ronroneo me lleno de temor, pero me obligue a suprimirlo y salí de la cochera en ella.

Las calles seguían transitadas a pesar de ser muy entrada la noche.

De pronto escuche un estruendoso claxon y unas luces brillantes me cegaron. Mi corazón empezó a palpitar demasiado rápido recordándolo todo. No me detuve, no gire, solo acelere acercándome al camión.

-No es real.- Moví la mano sobre el acelerador chocando contra aquel camión que se evaporo en el aire. Me detuve en seco y de inmediato el olor a neumático quemado me infundo las fosas nasales.

Mire desorientado hacia todos lados. No había camión, no había luces y no había cuerpos muertos.

Suspiré y me pase las manos por la cara. ¿Qué estaba pasándome?

Escuche un claxon detrás de mí, esta vez real y mire sobre mi hombro hacia el auto que esperaba que avanzara. Asentí con la cabeza y retome el camino.

Usual EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora