Capítulo 8

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-Más rápido.- apure a mi hermana haciendo sonar las llaves de mi auto.

-¿Cuál es la prisa?- se quejó cuando la empuje suavemente hacia la puerta. Aun no se había terminado de maquillar y podía ver las pecas cubriendo el puente de su nariz junto con la parte superior de sus mejillas.

Me gustaban sus pecas, la hacían verse adorable. No sé por qué se empeñaba tanto en cubrirlas con medio litro de maquillaje.

-Me reuniré con unos amigos para terminar un proyecto.- mentí como excusa de mi desesperación por irnos.

En realidad no quería que James nos llevase de nuevo a mi hermana y a mí al instituto, no sufriría de nuevo que me ignorará delante de sus amigos. Y definitivamente no esperaría de nuevo por su atención. Había tenido todo el fin de semana para reflexionar sobre esto y no pelearía por una mísera mirada suya en mi dirección.

Mi hermana me miró suspicaz pero no replicó nada.

Supongo que si había conseguido un novio como James, ya no era tan increíble que también consiguiera amigos reales.

Al menos eso es lo que le hacía pensar.

Ambas subimos en Maxon y arranque como una posesa haciendo que mi hermana soltará un grito agudo.

-¡¿Cuál es tu problema!?- Me golpeó el brazo y me encogí de dolor. Trate de ignorarla pero sin previo aviso, quito las llaves del contacto haciendo que Maxon se apagara.

Por suerte nadie venía detrás de nosotras.

-¡Bájate del maldito auto!- gritó tan enfurecida que hice lo que me pidió sin rechistar. Había llegado al límite de su paciencia, no es como si tuviera mucha de todas formas.

Vi como pasaba por arriba de la palanca de cambios poniéndose detrás del volante. Antes de que se fuera sin mi corrí subiéndome de copiloto.

Oficialmente ella todavía no tenía licencia de conducir pero sabía cómo hacerlo. Por suerte.

No dije ni pío con miedo de ser receptora de su enojo. Me limite a mirar por las ventanas viendo las nubes grises que empezaron a tapar el sol con rapidez. Ni siquiera replique cuando me dejo en el bachillerato llevándose a Maxon consigo.

Me adentré resignada al instituto. Solo esperaba que cuidara de mi bebé.

Camine con la cara cabizbaja hasta la clase de biología sentándome en mi habitual lugar.

La clase empezó a llenarse y el profesor entró luciendo una marca de un beso en la mejilla, sin contar su enorme sonrisa.

James entro un segundo antes de que la clase comenzara, el profesor lo miro con irritación pero no lo regaño.

Podía escuchar su respiración agitada, sus nudillos estaban blancos de tanto apretar las manos Me deslice una pulgada de lejos de él. Emanaba enojo por los poros.

Usual EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora