Capítulo 2

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-Tuve un día estupendo.- dijo mi hermana cuando apenas se estaba subiendo enMaxon. Le di una sonrisa temblorosa esperando que no se diera cuenta de que habíahecho algo malo. -Vi a James hoy y hable un poco con él.- Dejo su mochila en elasiento trasero y se giró hacia mí con los ojos brillosos de excitación. –Creo que loprobare muy pronto. Aunque no quiero nada serio, ¿sabes? Él no es de los que seenfrascan en una relación, así que aceptare lo que me dé. 

Asentí sin prestar realmente atención a lo que decía. Justo en estos momentos tanangustiantes lo último que necesitaba era escuchar sus tonterías. Seguía mirandohacia los lados con precaución, una parte de mi esperaba que los vigilantes delestacionamiento vinieran por mí. 

Aceleré tratando de alcanzar a pasar el semáforo en amarillo pero este cambiorápidamente a rojo y tuve que frenar en seco. Mi hermana fue lanzada hacia adelantecasi estrellándose contra el parabrisas. Rebotó hacia atrás pegándose contra lacabecera del asiento. 

-¡Más cuidado, Lucia! ¡Casi haces que me disloque el cuello!- Puso sus manos en lazona afectada y me lanzo una mirada acida. 

La mire de reojo pero no me moleste en regresarle los gritos. No estaba de ánimospara pelear. 

-Ponte el cinturón.- Fue lo único que dije con voz monótona y espere pacientementea que el semáforo cambiara a verde. Vi por el espejo retrovisor un auto negro yaguante la respiración. 

Me habían encontrado. 

Oh, por Dios. Iría a la cárcel. Probablemente mi hermana se quedaría con Maxon yno lo cuidaría como yo lo hacía. ¿Quién haría la cena ahora? 

No me di cuenta de que el semáforo había cambiado hasta que ese auto negro metoco el claxon, estaba paralizada y al ver que no me movía, el auto me rodeo yavanzo pasando de largo. 

-¿Qué haces? Avanza, estúpida.- Jenn trono sus dedos delante de mis ojos haciendoque saliera de mi aturdimiento. Trague saliva y relaje un poco mis hombrosponiéndome en marcha. 

Llegamos finalmente a casa y ambas salimos de Maxon, saque mis cosas del asientotrasero y abrí la puerta de mi casa. De inmediato me envolvió un olor a vainilla muyexquisito. Mi madre amaba ese aroma y se encargaba de esparcirlo por todo el lugar. 

-Mis amores. ¿Cómo les fue?- La voz de mi madre nos dio la bienvenida y le sonreícuando la vi bajando las escaleras saliendo a nuestro encuentro. Usaba un lindovestido casual en blanco y negro, su oscuro cabello estaba atado a una coleta alta. 

Mi hermana era idéntica a la mujer que nos dio la vida mientras que yo había salido ami padre. Le envidiaba eso a Jenn, no quería parecerme a nuestro padre. 

Nos abrazó a ambas y espero a que alguna le contestara. Suspiré y mire a Jenntratando de indicarle con la mirada que yo no hablaría. 

Afortunadamente ella tomo la iniciativa entreteniendo a mamá. 

-Fue emocionante, muchos chicos guapos acaban de entrar este año. Aún me sigodecidiendo por cual.- contestó Jenn. Mamá le tomo los hombros y le dio un beso enla frente de forma cariñosa. Estando las dos juntas parecían clones. 

-Muy bien, hija. Quiero que me presentes pronto a alguien.- Le guiño un ojo. Nolograba comprender cuál era el afán de mi madre sobre conseguirnos novio. Desde lamuerte de papá ella no había salido con nadie más. ¿Por qué se empeñaba en quenosotras si lo hiciéramos? 

Las esquive yendo a la cocina y abrí el refrigerador buscando algo comestible. 

 -¿Y qué hay de ti, Lu? ¿Algún chico del que deba saber?- Las dos me siguieron hastala cocina. Empecé a sacar las cosas necesarias para hacerme un sándwich intentandoganar tiempo para responder a eso. 

Usual EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora