"Emma"

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Después de esperar en aquella sala casi 20 minutos, un doctor salió seguido de una enfermera que llevaba a Gemma en una silla de ruedas.

Nos pusimos de pie y nos acercamos.

Gemma cogió a _______ y a mamá de las manos, sonriéndoles de manera débil.

Papá y yo nos acercamos al doctor.




—¿Por qué la dejaron en la silla?— pregunté con el ceño ligeramente fruncido. El doctor suspiró y papá colocó su mano en mi hombro.

—La señorita es algo.. Insistente.- dijo el doctor en tono algo cansado. que habla en serio. — Ha insistido en la silla en vez de la camilla. Vamos a trasladarla al tercer piso, que es donde tenemos habitaciones especiales para los trabajos de parto y luego para que se quede allí con su bebé y ustedes puedan esperar.— explicó. Suspiré.

—Disculpe a mi hija, doctor.— dijo papá apenado.- ¿Podemos llevarla nosotros?- el doctor asintió.

—Claro. Querrán saber que deben lograr que se relaje, las contracciones que tuvo han sido solo el comienzo. Aún le esperan las más fuertes, y debe dilatar y romper fuente. Deben hacer que camine un poco, eso apresurará las cosas.— explicó metiendo sus manos en los bolsillos de su bata perfectamente blanca.

—Oh, bueno.. Será difícil lograr eso.— dijo papá rascando su cuello. Rodé los ojos.

—Por supuesto que lo será. Ash, ¿por qué tengo que tener una hermana tan testaruda? Venga, hay que llevarla.— dije bufando y me acerqué a Gemma, quien hablaba con la abuela, mamá y _______. — Venga ya, chica dramática, vamos.- dije cogiendo las mangas de la silla de ruedas y empujando. Gemma protestó.

—¡Que te follen, Harold!— exclamó y reí.

—Claro.— dije sonriendo.— Amor, luego lo haces.— dije mirando graciosamente a _______ por sobre mi hombro. Ella se sonrojó, aunque se rió, y papá negó con la cabeza a la vez que la abuela se reía.— ¿Ya ves? Tu deseo se cumplirá.— bromeé y Gemma bufó.

—Sí, sí, como digas.— murmuró y, sin dejar de andar directo al ascensor, me incliné y le besé la cabeza.

—Debes tranquilizarte, dejar de pelearme, la bebé estará en tus brazos en poco tiempo. ¿De acuerdo?— murmuré cerca de su oreja. Ella asintió y me besó la mejilla.

—De acuerdo, lo siento.— murmuró y le sonreí.

—Todo está bien. Pero, hermanita, yo que tú comienzo a pensar un nombre para esa niña. — bromeé. Ella jadeó.

—¡Aún no tengo un nombre para ella!— chilló.



...




Me acurruqué más a ______, colocando mi mano en su muslo.




—¿Quieres algo para comer?— preguntó ella en voz baja, cerca de mi oreja. Negué.

—No tengo hambre.— murmuré y abrí los ojos, mirándola desde mi lugar en su hombro y cuello.— ¿Quieres que vaya por algo para ti? Puedo ir por café. — pregunté cariñosamente. Ella sonrió y negó, luego se inclinó y plantó un pequeño beso en mis labios.

—No es necesario.— dijo ella y le sonreí.





Cuando abrí la boca para decir algo más; la puerta frente a nosotros se abrió y de allí salió la abuela.

Ella nos sonrió.




—Gemma quiere que pasen.— asentimos y nos pusimos de pie.— ¿Dónde están tus padres?— me preguntó confusa. Señalé el ascensor.

Virgin.[HS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora