—¿Alguien, por amor de Dios, puede hacer callar a esa criatura? ¡Gracias!— exclamé malhumorado, saliendo de mi habitación.
Pronto pude oír el llanto más fuerte, ya que habitación de Gemma tenía la puerta abierta.
Caminé adormilado, soltando pequeños quejidos por el dolor que tenía en mi cabeza, y cuando pasé frente a la puerta de Gemma me asomé.
Emma estaba en su cuna, y el chupete rosa estaba lejos de ella. Y Gemma no estaba.
Fruncí el ceño, pero Emma soltó otro llanto y mi corazón se estrujó.
—Oh, bebé, sh, sh.— murmuré entrando y cogiéndola con cuidado, acunándola en mi pecho y cuello. Instantaneamente su llanto aminoró y frotó con su nariz y labios mi piel, mientras hacía pucheros.— Oh, bebé.. — murmuré acariciando su pequeña espalda a la vez que sostenía su trasero con el otro brazo. — Cariño, tranquila.. Buscaremos a mamá y ella te dará de comer. ¿Eh?— murmuré cogiendo el chupete y colocándoselo con cuidado en los labios. Lo rechazó. — ¿Qué sucede? ¿No lo quieres?— fruncí un poco el ceño y acaricié su espalda.— Oh, rayos, no quiero ni pensar lo que tendrás en ese pañal.— murmuré con una mueca de asco. Ella hizo un sonido extraño con su boca, aferrándose a mi polera.— Oh, cielos, ya veo que el llanto descontrolado es tu forma de pedir que te cambien.— gemí en protesta.
Me aparté de la cuna y la dejé suavemente en la cama, luego cogí un pañal limpio y sus toallas especiales. Y, con sumo asco y cuidado: cambié su pañal y la limpié.
Dios mío, que niña más exigente.
Con cuatro días de vida ya es así, pff, no puedo ni imaginar cómo llegará a ser al crecer.
Dios nos libre de eso. Espero que sea una buena niña, no como su madre.. Amo a Gemma, pero no podría soportar a una miniatura suya.
Cargué a una limpia y feliz Emma, que ahora sí quería su chupete, y la sostuve bien a la vez que salía de la habitación.
¿Dónde carajos está Gemma?
Bufé y acuné bien a Emma, por suerte la calefacción estaba encendida sino nos habríamos congelado.
Le besé la frente a la bebé y me acerqué al baño que estaba a unas puertas al fondo.
No se oía nada, pero de todos modos toqué la puerta. No se oyó nada, y la abrí. Nada ni nadie. Bufé y me dirigí escaleras abajo.
Miré por la sala de reojo, pero no había nada y toda la casa estaba sumida en silencio.
—¿Gemma? ¿Mamá? ¿Papá?— pregunté elevando la voz. Nada, esa fue la única respuesta.— Genial, simplemente genial.— gruñí rodando los ojos y yendo a la cocina. Abrí la nevera con una mano y sólo encontré botellas de agua y verduras.— ¿Qué carajos?— me quejé. — ¡No pueden hacer esto conmigo el último día del año, joder!— me quejé cerrando la nevera un poco fuerte, lo que provocó un pequeño sobresalto en Emma.— Lo siento, lo siento. — murmuré abrazándola a mi pecho con cuidado, aún sosteniéndola con un solo brazo.— Es que no pueden hacerme esto, ¿sabes? Siempre me dejan solo, todos parecen tener mejores cosas que hacer, y bueno; al menos podrían dejar comida suficiente para un desayuno decente y no a una bebé con el pañal sucio y llorando a todo volumen a las..— alcé mi brazo y miré la hora en mi reloj.— ¡A las 7 am! ¿Qué clase de castigo es este?— bufé. Ella me miraba atenta desde su posición recostada a lo largo de mi antebrazo derecho, moviendo su chupete, mirándome con sus ojos grises azulados de bebé y moviendo sus pequeños puños y piernitas.— Eres tan preciosa..— murmuré sonriendo tontamente y alzando mi mano para acariciar su mejilla suavemente. — Bien, creo que puedo prepararte un biberón, sólo debes comportarte. ¿De acuerdo?— agregué al final con voz infantil. Ella dio más pataditas a la vez que sonreía.— Tomaré eso como un sí, no me decepciones.

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Virgin.[HS]
FanfictionAquella chica era perfecta.. Aquella chica, mejor dicho mujer, era mucho para mí. Pero sin ella me puedo morir. Sé que ella merece más... Mucho más que yo. Un niño. Un "virgen". Historia en la que un inadaptado de padres cristianos se enamora de la...