Virgin.[HS]

"Aléjate de él"

Acaricié su mejilla con ternura y ella frunció el ceño entre sueños.. Para después acurrucarse a mí.

Sonreí.

Todo lo que ella hace inconscientemente me resulta adorable.

Todo.

Desde tocar mi mano por accidente, hasta enredar sus piernas con las mías.

Y yo, como estoy despierto, la observo dormir.

Aún seguimos en el apartamente frío y nuevo, que apenas y tiene muebles..

Me estoy congelando los pies porque he alzado el edredón para cubrirme hasta la nuca, ya que estoy de lado, y poder cubrir a ______ por completo.

Y el problema es que si encojo las piernas, no podría abrazar a ______.

¿Es que este apartamento no tiene calefacción?

Me acurruqué más a ______ para que me de calor y yo a ella.

Pero mientras la apretaba contra mi pecho con cuidado, me rodeó con sus brazos.

Joder, la desperté. Bufé.

—Lo siento, amor..— murmuré.— Estoy congelándome, no pretendía despertarte.. Sólo quería abrazarte, tal vez tienes frío también..— me excusé mientras le apartaba suavemente el cabello del rostro.

Me sonrió adormilada, sin siquiera abrir los ojos.

—Estoy bien..— murmuró enlazando nuestras manos. Sonreí y besé su frente.— Pero si tienes frío, pedes encender la calefacción..— murmuró luego de suspirar.

Hice una mueca.

—Maldición, sabía que había calefacción. Y yo aquí, con los pies helados..— me quejé y ella se rió.

Me dio un empujoncito y me miró.

—Ve a encender la calefacción.. No queremos que te enfermes.— alzó una ceja. La besé a la vez que la abrazaba apretada y bruscamente. Soltó una carcajada entre el beso.— ¡Harry!— se quejó graciosamente. Esta vez reí yo, pero me quedé abrazado a ella.— Amor..— la miré sonriente.

—¿Sabes acaso cuánto me gusta que me llames así..? — pregunté en voz baja. Negó suavemente con la cabeza, mientras que sus ojos no se apartaban de los míos.— ¿No? ¿Acaso no notas mi sonrisa de idiota..? Cada vez que la mencionas...— sonreí. Y me deleité con la vista de sus mejillas poniéndose rosadas.

—Estás algo sentimental, mi amor.— bromeó suavemente a la vez que me acariciaba los hombros con la yema de sus dedos.

Un escalofrío placentero y reconfortante recorrió mi cuerpo.

Siempre me pasa cuando ella me toca con esa delicadeza inexplicable.. Como si temiese hacerme daño alguno.

Coloqué una pierna entre las suyas, obligándola a abrirlas un poco para luego colocarme entre ellas y sobre su cuerpo.

Soltó una risita por mi rápido movimiento.