Al regresar no esperé más y le conté a papá la maravilla de haber regresado con Diego. No lo vi muy comodo con la noticia pero lo aceptó.
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—De tarea para mañana van a traer una solicitud de empleo y una carta formal y la van a elaborar aquí —escuché decir al profesor de Lectura y Redacción. Nos ha estado fastidiando todo el día con lo mismo.Sonó la campana para el siguiente receso e hice lo que nunca habia hecho, ir al salón de Diego. Y aunque se encontraba algo retirado del mío, quería verlo.
Entré cautelosamente y vi que estaba riendo con algunas otras personas. Antes de que pudiera acercarme a él o de que me viera, una de las chicas que formaban parte de la bolita saltó sobre él montandosele a horcajadas. Me puse furiosa y sentí que todo en mi iba a estallar. Esperé a que ella bajara de él para acercarme.
—Hola —sonreí de lo más disimulada.
—Hola amor —se acercó a mi y me tomo de la mano. Noté que todos me miraban confundidos, para romper el hielo, sonreí.
—Hola, soy Danet —les dije con una sonrisa de confianza, pero no sabia quien era esa niña encajosa.
—Hola —saludarón.
—Es mi novia —dijo Diego y me dió un abrazo.
—¿Otra vez? —dijo la chica esa que se había lanzado sobre él. ¿Ella como sabe?
—Sí, otra vez —le sonreí— ¿podemos ir a caminar? —volteé a verle con unos ojos del gato con botas.
—Sí, vamos —sonrió y salimos del salón. Lo llevé para atrás a la cancha con la esperanza de que no hubiera nadie y en efecto, no había nadie.
—¿Qué pasa? —frunció el ceño.
—¿Quién es ella y por qué se toma la confianza de abrazarte de esa manera? —pude notar su cara de confundido.
—¿De quién hablas? —me miró serio.
—De la niña esa que preguntó si eramos novios de nuevo. Al entrar al salón vi que se colgó de ti. No quiero parecer celosa pero no es comodo ver que abracen a tu novio de esa manera y es bastante molesto.
—No me extraña, siempre has sido una celosa —dijo bastante serio, como si no le importara lo que decía.
—¿Ah sí? —enarqué una ceja.
—Sí —respondió —siempre has sido una celosa y siempre lo serás. Tampoco exageres, no es como que me haya besado o intentado violarme.
—Dejame ver si entiendo —me alejé un poco de él y lo solté de la mano— ¿debo esperar a que te bese o intente violarte para ponerme celosa? Porque si a eso te refieres estás muy equivocado.
—No es eso, pero es molesto que siempre me estes celando.
—¿Sábes algo? Si no te gusta que te esté celando no me des motivos, así de simple. Porque si lo hago es porque tu me das los motivos y haces que me ponga de esta manera. Y no quiero seguir discutiendo al respecto, me voy a clase, adiós —me di la vuelta y me fui de ahí.
Al llegar a mi salón dijeron que el profesor no había llegado, así que caminé al escritorio de Paola y comencé a conversar con ella de lo sucedido.
—Jamás entendere porque fue que regresarón, pero francamente si ya no funcionó una vez, ¿qué te hace pensar que esta vez sí funcionará? —enarcó una ceja.
—No lo sé —suspiré— sólo esperaré.
Pasados los 5 minutos sentí que Paola seguía a alguien con la mirada, hasta detenerla justo detrás de mi. Me miró y sonrió.
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Nunca Me Dejes |#GhostyA
Teen FictionNo creo en un "Para siempre", mucho menos en un "Hasta luego". Las personas cambian de opinión mas rápido que lo que cambian de calcetines. Solo me pidió que le prometiera algo, más sin embargo fui tan cobarde de siquera responderle aunque muy dent...