Capítulo 14

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Maricela...

Era ella, era Maricela. ¿Qué está haciendo aquí? Mi mirada y la suya se cruzarón, parecía una batalla de miradas, en la cual ganaba quien hablara primero o hiciera la vista a un lado. Me miró de pies a cabeza y después regresó a mi vista. Quedó parada ahí en la puerta.

—Compermiso —pasé a su lado entrando en la casa—. Diego, ¿dónde estan los vasitos de shot?-grité. No sabía donde se encontraba.

—Arriba entre los vasos de vidrio —dijo saliendo de la sala—, ¿Daylea los olvido?

—Sí —rodé los ojos. Me pusé un poco de puntillas para tomarlos y los puse en mi bolsa la cual estaba cargando, por alguna rara razón. No entiendo porque no la dejé en el auto—, ¿Estás listo? —dije saliendo e ignorando completamente a Maricela quien seguía ahí.

—Sí —dijo y salió. Maricela a lado de él—. Adiós —le dió un beso en la mejilla.

—Adiós —ella le sonrió y después se fue.

—Vaya, vaya —entrecerré los ojos—, andando —subimos al auto y pude notar su cara cuando miró a Santiago en el copiloto. Arranqué el carro.

—De haber sabido que traerías a tu noviesito, hubiera traido a Maricela conmigo —alzó una ceja.

—No soy su noviesito —Santiago habló con tono serio. Pude ver la expresión de Diego por el retrovisor. Me límite a reir.

—Pues amante, quedante, esposo... lo que sea que seas —dijo con tono sangrón.

—Ni siquiera estás cerca —dijo Santiago riendo.

—Es mi hermanastro —dije viendo por el retrovisor. Diego se hecho a reir.

—Sobrepasaste los límites está vez —Diego,comenzó a reir—, ¿eres capaz de inventar un hermanastro con tal de no acepar que sales con él? Me decepcionas.

—Pues no es ningun invento —dije seria—, el Domingo que me fui apresurada de tu casa, fue porque papá me los presentó a él y a su mamá.

—¿Tu papá ya sale con alguien? —frunció el ceño.

—Sí, tampoco lo sabía, hasta ese día —hice una mueca—, y tuvo que ser repentino porque ahora tendrían que vivír con nosotros. Y paso el mayor tiempo posible con Santiago para conocernos, al igual que necesito de alguien para contarle mis alegrías y desamores —afirmé.

—Lo lamento, hombre —le dijo a Santiago. Él sonrió.

—No hay problema, te entiendo—se encogió de hombros—, yo también estaría celoso de saber que mi ex novia que aún quiero, anda para todos lados con un chico. Es normal —no pude evitar que mis mejillas se tornaran rojas, Diego solo abrió los ojos como platos.

—Como sea —dijo tratando de sonar indiferente.

15 minutos más tarde, llegamos al lugar. Julian y Cristobal ya se estaban encargando de la comida y eso era genial, porque tenía hambre.

Pude notar que al acercarnos mirarón extrañados a Santiago. Nadie sabía sobre él, solo Daylea y ahora Diego.

—Danet tiene novio —dijo Luisa coreando. Reí. Luisa no cantaba muy bonito que digamos, incluso eso, se le escuchó horrible.

—Luisa callate —coreó Julian, lo cual provoco nuestros risas. Ella lo vió desafiante y después se hecho a reir igual que nosotros.

—Bueno —sonreí—, no es mi novio ni nada que se le paresca.

—No puedo creerlo de ti —Adal entrecerró los ojos—, ¿tienes un free? —me miro indignado.

—¡Que no! —grité.

Nunca Me Dejes |#GhostyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora