Capítulo 31

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—Vamos a la playa, oh, oh, oh, oh, oh... —dije cantando por lo bajo mientras terminaba de cerrar la maleta.

Tendremos toda una semana de vacaciones en la playa con los papás de Rebeca. Sus papás suelen ser muy flexibles en cuanto a tratar con nosotros. Estoy segura que nos dejarán salir bastante y divertirnos mucho, sin muchas restricciones pero con sumo cuidado.

Acordamos que estaríamos en la casa de los tíos de Cristóbal (que es bastante grande, según vi en algunas fotos), y los papás de Rebeca y su familia se quedarían en la casa de uno de sus familiares que curiosamente se encontraba a dos casas de la de los tíos de Cristóbal.

Hoy a medio día, saldríamos todos hacia haya. Y por todos me refiero a:
•Daylea
•Diego
•Santiago
•Renata
•Rebeca
•Cristobal
•Adal
•Julian

Y quizá se pregunten, "¿Dónde está Luisa?", pues para desgracia de la pobresita su mamá no la dejó ir a la vacaciones porque no quería que tuviera relaciones con Diego y quedara embarazada. Así que la obligó a ir con ella de vacaciones a Estados Unidos con su familia.

—¿Todo listo, Santiago? —grité mientras caminaba por el pasillo.

—Sí —dijo saliendo de la habitación.

—Carolina —dije entrando en la cocina—, ¿qué harás estas vacaciones?

—Vendrá mi familia de Estados Unidos.

—¿Tienes familia en Estados Unidos? —fruncí el ceño.

—Sí —asintió—. Vendrán ésta semana y se quedarán aquí. Aprovecharé el hecho de que ustedes no estarán.

—Bien —dije mientras tomaba un sorbo de jugo.

—¿A qué horas vendrán por ustedes? —preguntó Carolina.

—No deben de tardar, dijeron que sería al medio día.

—Creo que ya —dijo Santiago mirando por la ventana.

—Realmente diviertanse y cuidense mucho —dijo Carolina dándonos un abrazo a ambos.

—Gracias —le dediqué una sonrisa y después salí con mis dos maletas.

No hayo una explicación congruente de como pudimos caber todos en la camioneta, tenía dos hileras de asientos traseros, y atrás de entre las maletas salió Cristóbal provocandome un susto. Supongo que sería un camino divertido.

Y así fue, todo el camino estuvo lleno de risas hasta llegar a la casa de los tíos de Cristóbal después de 4 horas de camino.

La casa de los tíos de Cristóbal era realmente grande y espaciosa. En la sala, había varios sofás que se miraban demasiado cómodos y una gran plasma. Escaleras arriba había algunas habitaciones, la única que estaba bajo llave era la de los tíos de Cristóbal. Los baños eran bastante bonitos y amplios y el césped en el patio de atrás era demasiado bonito.

—Una gran semana nos espera —dije en una sonrisa.

—¿Irémos a la playa? Queda a unas cuadras de aquí —dijo Cristóbal.

—Primero deberíamos de intalarnos —dije mientras me acercaba a Daylea para proponerle ir arriba.

—¿Vamos arriba? —dijo Daylea antes de que yo pudiera hablar.

—Vamos —tomé mis maletas que se hallaban en la entrada y ella tomó las suyas.

—Ya, Diego. No va a responderte. Está enojada y ya sabes que las mujeres enojadas no entran en razón, sobre todo Luisa. Todos aquí sabemos que ese resentimiento le durará todas las vacaciones. Mejor disfruta y dejala ser y que disfrute su viaje en Las Vegas, conociéndola, querrá ir hasta los lugares mas recónditos de ahí —escuché decir a Adal mientras Daylea y yo subíamos escaleras.

Nunca Me Dejes |#GhostyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora