Capítulo 25

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Después de hoy y de mi furia al mirar que Diego y Luisa se iban juntos y me dejaban ahí, algo bueno ha resultado. ¡Diego y Daylea se van hoy!. No me molestaba que Daylea estuviera aquí, pero soportar a Diego era un martirio.

Santiago se sentó en el sofá conmigo pero estaba perdido en su celular, así que decidí yo perderme en el mio. Revisé mi Facebook y aparecía una solicitud de amistad. Por lo regular no las acepto, a menos que tengamos bastantes amigos en común o los haya oído nombrar. Pero al abrirla me llamó bastante la atención de su foto de perfil.

"Andrés Cortés
282 amigos en común"
Pero en su foto de perfil, aparecía Diego y otras chicas, incluyendo a la tipa esa, su ex. Por la que comenzó la discusión el día que terminamos.

Le piqué a aceptar y regresé a revisar mi perfil. Esperaba que esto no tuviera nada que ver con Diego, pero a la vez, me intrigaba el hecho de porque me añadió ese chico. Continué revisando mis noticias y algunas notificaciones y apareció un mensaje de Andrés. Lo respondí con un simple "Hola" y comenzamos a conversar.

Recibí un WhatsApp y era de Luisa. Lo abrí y me dispuse a leer.

Luisa.
¡Hey! Hoy nos reuniremos las Team Perfect, ¿puedes ir?

Agh, el Team Perfect. Es un grupo de amigas que tengo con Luisa, Beatriz y Valentina. Beatriz y Valentina también son mis mejores amigas (quizá olvidé mencionarlo) a Valentina la conosco incluso desde antes que a Luisa. Y Beatriz apenas la conocí hace 2 años. Y bueno, hicimos ese grupo sólo nosotras 3 y de vez en cuando nos reunimos, comemos y platicamos.

Yo.
Sí, ¿a qué hora?

Luisa.
A las 5 en casa de Valentina.

Yo.
Está bien, haya nos vemos.

Faltaban dos horas, así que decidí dormir un poco porque estaba un poco cansada.

*****
Danet, iré con tu abuela, ¿Quiéres ir conmigo?

No sédude un poco—, mejor me quedo con mi papi, vamos a ir con mi abuela.

Está bientomó su bolso—, nos vemos en la tardese acercó a mi—, te quierome dio un beso en la mejilla.

Yo también te quiero, mamile sonreí.

Abrí los ojos de golpe. Y pensar que nunca imaginé que sería la última vez que la vería. Revisé la hora en mi celular y eran las 4:40. Me levanté y cepillé un poco mi cabello y le pedí el auto a papá, pero en vista de que lo necesitaría, le pedí a Santiago que me llevara.

—¿Quién es Valentina? —preguntó Santiago durante el camino.

—Es una de mis mejores amigas, la de más tiempo —dije escribiendo algo en mi celular.

—¿Es bonita? —recordé que nunca la ha visto.

—Sí, es bonita —le indiqué que tomara una calle—, pero no te hagas iluciones.

—¿Por qué? —me dedicó una mirada rápida y regresó la vista al camino—, ¿tiene novio?

—No —negué con la cabeza—, pero no es muy fan de los noviazgos. Ha tenido novios, pero tiene ya bastante tiempo soltera. No es de esas personas que les entusiasmen los noviazgos o coquetear.

—Cualquiera puede cambiar de opinión —se encogió de hombros.

—Éste no es el caso, creeme —le aseguré.

Valentina, es alguien atractiva. Aunque de alguna manera, ella no lo da a notar. Siempre está despeinada, no usa ni un sólo gramo de maquillaje y la mayoria de su ropa es casual. Debe de haber una ocasión muy especial para que ella use vestidos, faldas y de maquillaje, rimel y brillo en los labios. Y la verdad, es que no necesita de más. En fin, su último novio lo tuvo hace dos años, especifícamente, Roberto. Pero cuando yo conocí a Roberto, ellos ya habian terminado. Así que teóricamente, no fui una mala amiga al estar con él; sin contar, que él no me quería. La vida amorosa de Valentina no es muy activa, tampoco demuestra interés en tener un novio. Su vida se basa más en: libros, familia, libros, amigos, libros, escuela, libros y libros. ¡Sí!, sobre todo en libros.

Llegué a casa de ella y le dije a Santiago que le llamaría para que fuera por mi más tarde. Toqué el timbre y segundos después abrió la puerta. La saludé y Luisa se encontraba en el sillón con su celular. La saludé de igual manera y al cabo de unos minutos llegó Beatriz.

Encargamos pizza y Valentina tenía pastel que, amablemente, su mamá compró. Esa señora es tan ocupada, que no tendría tiempo de cocinar un postre. En su lugar, yo también lo hubiera comprado.

Mientras comía un pedazo de pastel mi celular sonó con una alerta de mensaje. Lo miré y era un whatsapp con un clip de voz de la persona más fastidiosa de esta vida, Maricela.

Mi corazón se aceleró y con la mano temblando un poco, lo reproducí.

¿Ya te diste cuenta que te están pagando con la misma moneda? Jajajaja.

Escuchar su risa erizó mi piel y mis mejillas comenzarón a arder. Estaba muy molesta. Respondí con otro clip de voz.

¿De qué hablas? Te pido de favor que no me estés molestando. Nadie le está pagando con la misma moneda a nadie. Mejor concentrate en tu relación con Daniel.

Dejé el celular sobre la mesa molesta y poco después sonó de nuevo.

Te mueres de ganas por ser tu la que tuviera esa relación con Daniel, ¿verdad? Pero no pudiste. Y sí, alguien te pagará con la misma moneda, ¡mala amiga! Te arrepentirás de haberte fijado en Daniel.

Ignoré ese último clip pero noté la mirada de Luisa sobré mi. No la miré y continué comiendo.

—¿A qué se refería? —preguntó Valentina.

—No lo sé —me encogí de hombros.

—No sabe lo que dice —comentó Luisa.

—Típica niña en busca de atención —concluyó Beatriz. Siempre con terminos psicologicos.

Nunca Me Dejes |#GhostyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora