Capítulo 12

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Abrí mis ojos y miré la hora en el celular. 6:10. ¿Algo terrible?, es Lunes.

Santiago acomodó sus cosas en el cuarto que era de mis hermanos y Carolina duerme con papá. Escuché ruido en la cocina, lo ignoré y fui al baño. Regresé a mi habitación y me pusé el uniforme. Cepillé mi cabello y me maquillé un poco. Tomé el celular de la cama y fuí a la cocina antes de lavarme los dientes.

Ahí se encontraba Carolina cocinando algo, en ese momento Santiago pasó a mi lado.

—Buenos días —dije observando que cocinaba Carolina. Ayer por la tarde estuvimos platicando un poco, es una mujer muy buena, me agradó mucho y yo también a ella, al parecer.

—Buenos días —dijo concentrada en la cocina—, puedes sentarte, ya casí está el desayuno.

—¿Desayuno? —dije sentandome en una silla del comedor.

—Sí, desayuno —me miró extrañada—, ¿por qué?.

—No recuerdo la última vez que desayuné en casa antes de ir a la escuela. Supongo que desde que mamá murió —dije pensativa—, por lo regular siempre desayuno en la escuela. Más aparte, casí siempre despierto tarde y no me da tiempo —reí

—Pues ahora desayunarás a diario en tu casa. En el colegio podrás comer si te da más hambre. Pero siempre procuro hacer desayuno en las mañanas.

Colocó un plato de panqueques en la mesa y tomé un plato y me serví dos. Santiago hizó lo mismo.

Los deboré lo más rápido que pude, pues se hacía tarde. Lavé mis dientes y tomé la mochila de mi cuarto. En ese momento papá salió del suyo.

—¿Me prestarás el coche o me llevarás? —fruncí el ceño.

—Puedes llevartelo —rodó los ojos.

—Bueno, adiós —le dí un beso en la mejilla. Caminé apresurada a la puerta y recordé que quizá deba llevar también a Santiago.

—Santiago, ¿nos vamos? —dije parada en la puerta.

—Claro —sonrió.

—Andrés, ¿los llevarás? —preguntó Carolina.

—No —respondió papá—, le presté el auto a Danet. Hoy no tendré trabajo —Carolina asintió nadamás. El trabajo de papá así es. El ser arquitecto y ser el jefé, conlleva a que algunas veces estarás libre, y otras veces estarás esclavizado. Todo depende.

Me despedí y Santiago igual. Subimos al auto y partimos al colegio.

—¿Te prestan el auto muy seguido? —habló por fin en todo el camino.

—Algunas veces. Sólo si papá no tiene trabajo y no tiene ganas de traerme. O a veces no tiene trabajo, pero me trae él. Todo depende —dije simple.

—Pues, que bien —sonrió—, ¿puedo preguntarte algo? —dijo tímido.

—Claro.

—Ayer que te llevé a casa de tu amiga, noté que un chico estuvo mirando por la ventana durante casi todo lo que estuviste adentro, ¿quién es? —frunció el ceño.

—Ah —reí—, es Diego, el hermano de mi amiga y... —hice una pequeña pausa— mi ex novio —Santiago abrió sus ojos bastante sorprendido.

—¿En serio?, ¿terminarón hace poco?

—Hace una semana. Bueno, hace algunos meses fuimos novios, pero terminamos. Después de dos meses regresamos pero sólo fue una semana y lo terminé hace dos sábados.

—Parecía celoso —insinuó.

—Lo sé, pero es difícil de entender. Ese chico es un caos.

Llegamos por fin al colegio.

Nunca Me Dejes |#GhostyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora