Capítulo 24

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—Hola Danet —dice Roberto con una sonrisa de oreja a oreja. No entiendo como Daylea no supo que el hermano de su novio, era Roberto.

No la culpo, yo nunca conocí del todo a la familia de Roberto. Él siempre me mantenía aislada de todo, y en ese entonces, nisiquiera conocía a Daylea, mucho menos a Diego o alguno de mis amigos. A exepción de Luisa.

Aunque mi noviazgo con Roberto sólo fue de unos días, se podría decir que mis sentimientos por él no fuerón por unos días. Él siempre se encargaba de hacerme sufrir, y yo me convertía en una profesional del rogar. Mis amigos se alejaban de mi porque hacía demasiadas tonterias por él, y hacía oídos sordos a los consejos de los demás. No conocía a otra gente porque sólo vivía para él. Era como mi todo, aunque descuide algo muy importante: Yo.

Por vivír siempre a costas de él intentando quererlo para que él me quisiera, me descuidé y olvidé quererme yo. Es una triste historia, pero verdadera, por desgracia.

—Yo no iré a ningun lado con él —Diego se percata de lo que sucede y se acerca a la puerta. Mira a Roberto y me toma del hombro. Siento su mano tensa.

—Tranquila Danet, no pasará nada —dice sin toqué de vergüenza. Daylea sabe acerca de mi historia con Roberto, pero no sabe que él me molestaba y sigue molestandome. Eso sólo lo sabemos Diego y yo.

—¿Qué sucede? —pregunta ella con intriga.

—Yo no saldré con él —lo señalo y Carloss e gira a ver a Roberto.

—No es tan malo salir con tu ex novio. ¿No has escuchado eso de "amigo de tu ex"? —dice Carlos como si no supiera nada al respecto.

—No se puede ser amigo de tu ex, si éste te acosa o mantiene una obsesión hacia ti —dice Diego y da un paso frente a mi.

—¿Obsesión? —Roberto suelta una carcajada—, ella es la que mantiene una obsesión conmigo, ¿creíste que te quiere? Ella me quiere a mi y siempre será así —dice con suficiente ego en su voz, tanto que provoca que quiera soltarle un golpe.

—Largate —camino hasta donde está y lo miro un poco hacia arriba, es unos centimetros más alto que yo.

—Si me voy yo, se irá mi hermano —no puedo arruinarle su noche a Daylea, pero tampoco saldré con este tipo y su hermano.

—Pues entonces, vayanse los dos —escucho la voz de Daylea detrás de mi—, no podría salir con el hermano de alguien que le hizo tanto daño a una de mis mejores amigas —esto es impresionante.

—Le arruinas la felicidad a tu amiga —dice Roberto evitandome con la mirada.

—No, no es así —replico—, tu le arruinas la felicidad a mi amiga —lo señalo—, ¿crees que creeré que tu hermano y tu estan aquí sin ningun propósito? No lo creo.

—Callate, Danet —me grita.

—No le grites —se interpone Diego.

—No te metas —Esteban se pone frente a Diego, bloqueandole el paso.

—Dejalo en paz —ordena Daylea a Carlos.

—Eres un desgraciado —le grito a Roberto—. Maldito hijo de puta, desgraciado. Eres un imbecil poco hombre, patan y estu...

**************
Abro dificilmente los ojos y miro el techo blanco de mi sala, muevo la cabeza un poco hacia un lado y miro a Diego hincado y a Daylea sentada a los pies del sofá. Diego tiene un pequeño golpe en la mejilla, no entiendo porque, todo me da vueltas y me arde un poco la mejilla a mi.

—¿Qué sucede? —intento sentarme en el sofá.

—¿Te sientes bien? —pregunta Diego.

—Sí, ¿qué paso?

—Roberto te golpeo —Ay, ¿es broma, cierto?

—¿Y por qué no lo recuerdo? —alcé una ceja.

—Porque te desmayaste. Quizá cuando te golpeó, al mismo tiempo te desmayaste y por eso no sentiste.

—¿Y tu mejilla? —le señalo

—No iba a quedarme de brazos cruzados al ver como ese idiota te golpeó —dijo serio. ¿Lo ven?, ¿cómo no quieren que esté confundida con éste tipo?

—Como sea, ¿puedes darme mi celular? —le pregunto.

—Sí, por aquí esta —lo busca entre el sofá y tengo una llamada perdida de Luisa. Mierda. Le marco de nuevo.

—¿Bueno? —la escucho decir.

—¿Para qué me llamaste?

—Para avisarte que iría a tu casa —hay, no. ¿En serio quiere venir? ¿querra hablar de el asunto?

—Esta bien, ¿a qué horas? —le pregunto.

—Digamos que, mejor abre la puerta —me asomo por la ventana y veo que su auto entra a mi casa. Cuelgo y después ella abre la puerta. La saludamos y se acerca al sofá. Diego se pone de pie y coloca una de sus manos en su hombro y le da un beso en la mejilla.

—¿Qué te paso? —dice viendo su mejilla, la cual está roja, por ahora.

—Nada importante —sonríe—, iré a curarme esto.

—¿Te ayudo? —le pregunta y él asiente. Se van al baño y me me límito a mirar a Daylea.

—Oh —dice Daylea y sonríe.

***********
Le entrego el examen al profesor y me indica que puedo salir, ésta semana de examenes me preocupa un poco, he estado muy distraída y casi no entiendo el examen, entre todos, el que más me preocupa, es quimica y matematicas.

No es que sea mala para los numeros o elementos, al contrario, me gustan. ¡Pero no sé en que maldito día en las matematicas habia letras y en la quimica había numeros, formular y letras! ¿No se dan cuenta que solo nos afecta en la existencia?

Salgo y me doy cuenta que solo hay unas cuantas personas, no los conosco a profundidad, pero lo que sé de ellos es que no soy muy aplicados que digamos, lo cual me hace sentir una tonta. Todos estan adentro con sus examenes respondiendo, y yo salí rápido por no entender.

Me siento en la barda y miro que Luisa salé de su salón acompañada de un chico, me acerco a ella y cuando apenas vamos iniciando una conversación, me giro y miro a Diego acercarse.

—Hola —agita su mano

—¿Tengo que verte todo el día? —hice una cara de fastidio.

—Hoy llegan papá y mamá —gracias señor—, y de hecho no vengo contigo, vengo por Luisa —le dedica una mirada rápida y ella sonríe.

—¿Para qué? —pregunta ella.

—Para lo que te dije —ella parece recordar y se acerca a él y se van sin siquiera despedirse. Me giró y el chico con el que Luisa salió se mantiene viendome.

—Oh —es lo único que logro articular, no encuentro algo más que decir, ¿en serio me dejó por ese idiota?

—¿No te llevas bien con él? —pregunta.

—Es mi ex novio —ruedo los ojos—, y no sé ni siquiera si nos llevamos bien —y francamente, yo ya no sé si Diego y yo nos llevamos bien. De pronto es lindo conmigo, el otro día tuvimos ese pequeño encuentro e incluso golpeo a Roberto, pero... en veces es indiferente y me molesta y pareciera me odiara. ¿Quién entiende eso?

Nunca Me Dejes |#GhostyADonde viven las historias. Descúbrelo ahora