Bajo la lluvia || Jerrie Thirlwards

Capítulo 7.

Leer la nota del final.

''No te vayas, quédate. Paremos el tiempo ahora. Si estoy contigo puedo morir en este momento''.

- ¿Q..Qué?

- Que me gustas Jade- susurró. Su vista seguía clavada en la mía.  

- N..No..mira, Pezz sólo estás algo tomada. Sí solo es..es eso- hablé con notorio nerviosismo en mi voz- mejor recuéstate ¿sí?- ella hizo lo que le pedí- yo mejor me voy.

-  ¡No!- gritó haciéndome saltar del susto- no te vayas, Jade- dijo triste alzando el labio inferior. Sonreí, Perrie podía ser infantil si lo quería.

- Tienes que descansar- mordí mi labio inferior para evitar soltar una carcajada.

- N..no no quiero que te v..vayas Jade, por fav..vor- parecía tan vulnerable en este estado. Que no pude evitar cumplir con lo que ella me pedía.

- ¡Ya! está bien- rodé los ojos- hazte a un lado- me metí debajo de las sábanas a su lado. Le dí la espalda.

- No te vayas..- posó sus brazos en mi cintura envolviéndome en un abrazo.

- Nunca- susurré para después cerrar mis ojos.

***

Perrie:

Abrí mis ojos pero los volví a cerrar debido a que la luz que se colaba por la ventana era demasiado molesta, intenté acostumbrarme a la luz y al final conseguí abrirlos. La cabeza me daba vueltas, pensaba que en cualquier momento iba a explotar ¿Qué demonios había pasado? sentí mi estomago dar vueltas y estrujarse. Enseguida las ganas de vomitar se hicieron presente. Corrí hacia el baño, cerré la puerta tras de mi y literalmente me tire sobre el inodoro. Sentí como la puerta se abría lentamente.

- ¿Perrie?- escuché a mis espaldas, reconocí su voz al instante. ¿Qué hacía Jade en mi casa? seguí dando devolviendo todo- ¿estás bien?- ella se arrodilló a mi lado.

- N..No..vete- sentí como las lágrimas caían por mis mejillas.

- Está bien, sólo respira- trató de tranquilizarme.

- Vete,. Jade- respiré hondo tratando de calmarme.

- Cálmate Pe..

- ¡Ya basta! ¡Te estoy diciendo que te vayas!- grité con mucha rabia- ¡¿es que no entiendes?!

- ¿Es..Estás bien?- intentó tocar mi hombro pero rechacé su tacto- está bien..me voy- se levantó de su lugar y se fue. Escuché como la puerta principal se cerraba dando a entender que se había marchado, continué en el suelo llorando. Me sentía de alguna manera vacía.

- Beber alcohol hasta emborracharte no es la solución a los problemas Edwards- me dije a mi misma.

Pero el dolor que sentía no me dejaba pensar con claridad, poco a poco todos se enterarían que mi papá no es más que un criminal y que mi mamá..murió. Tragué en seco. El pensamiento de no tener a ninguno conmigo daba vueltas en mi cabeza como burlándose de mi.  

Me levanté del frío suelo y caminé hacia la estantería a paso muy lento. Me encontraba débil y tenía la vista nublada debido a las lágrimas que había derramado, me costaba mucho caminar. Tomé unas pastillas y me las trague sin agua. Volví a sentarme en el suelo. 

¿Qué sentido tenía seguir sin nadie que te acompañe? ¿qué sentido tenía seguir sin nadie te abrazaba cuando estabas triste? ¿qué sentido tenía seguir sin nadie que te haciera reír?  No había sentido para nada, nadie notaría si me fuera. Me gustaría cerrar mis ojos por un largo tiempo, no podía seguir ahogándome en esta soledad abrazadora que me envuelve y me lleva a un vacío profundo. Yo no tenía a nadie; mi primer amor me abandonó llevándose consigo todo lo que tenía. Le había entregado mi alma, le había brindado cariño, le había entregado todo de mi. Le había mostrado un parte que nadie había visto antes. Cuando Zayn llegó a mi vida volví a sonreír, volví a confiar en el amor, volví a sentirme completa, logré abrirme nuevamente. Pero cuando se fue todo se derrumbó, me mudé de su casa e intenté sacármelo de la cabeza. El hecho de que estudiáramos en la misma universidad no ayudaba de mucho. Me había enamorado como una estúpida y luego me había dejado, sin importarle nada, como si yo no fuese nada para él. Es que nunca le había importado alguien realmente; aún podía recordar sus frías palabras.

- Zayn- susurré- ¿me vas a decir qué es lo que sucede?- mi cuerpo temblaba, se notaba el nerviosismo.

- ¡¿Sabes qué me pasa?!- gritó cerca de mi cara, muy cerca- ¡quiero que te marches de mi puta casa y de mi vida! ¡ya no te soporto!

- Za..Zayn..yo- sollocé.

- ¡Basta!- dijo frío- cuando vuelva no quiero volver a verte- aquí. Y ya sal de mi vida, no eres más que un estorbo- salió de la casa dando un portazo.

El recuerdo de ese día sigue en mi cabeza, atormentándome todos los días. Miré el frasco de pastillas que yacían en mi mano, como burlándose de mi.

¿Realmente valdría la pena?

Jade:

Las palabras de Perrie habían dolido, sin duda. Pero supongo que sólo necesitaba tiempo, un espacio a solas. Salí de su edificio y decidí dar una vuelta, no quería alejarme mucho por si ella me necesitaba.

Acaba de gritarte y tu estás como perro cuidándola. Me reprimió una voz dentro de mi.

Ya déjame. Resoplé sin ganas.

Decidí ir a la tienda para comprar unas galletas y luego volvería con Perrie.

Llegué a su edificio, entré y saludé a la recepcionista con una sonrisa. Aunque aún me sentía un tanto avergonzada por sus palabras de hace un rato.

Me metí en el elevador y presioné los botones para dirigirme hacia el piso Perrie. Paré frente a su puerta, imponente, grande, de un color café oscuro y con una lápida dorada en la parte superior el número 502. Golpeé, el silencio se hizo presente.

- ¿Pezz..?- utilicé un tono suave. Recordé que traía conmigo la llave que me había dado el señor tan amable.

Abrí con cuidado y sin hacer ruido me adentré al apartamento.

¿Pezz?- volví a decir. Entré en su habitación y no estaba. Me atreví a entrar a su baño- ¡Perrie!- grité horrorizada.

Hola. Sé que estuve mucho tiempo sin actualizar, pero como saben (algunos ¿?) estuve con gripe y fiebre. Tal vez no actualice por un tiempo, ya que empiezo el liceo el lunes y además he tenido demasiados problemas personales. Pero siempre la novela debe seguir ¿?. 

Anyways, gracias por el apoyo.

OJ.