Capítulo 11.

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''Más profundo que los océanos, tan dulce como la devoción, es todo lo que necesito. Tu me pones cerca y no hay manera de que pueda describir. Eso es lo que tú amor me hace sentir''.

Un oso de peluche o algún regalo adorable, eso necesitaba. Jade no se resistía a los osos de peluche ¿verdad?, pensé mientras conducía hacia la primera jugueteria que viera. Aunque ya era tarde ¿quién en su sano juicio tendría una tienda de juguetes abierta a esta hora? No obstante no podía perder las esperanzas.

Detuve el auto cuando volví a la realidad, ¿qué rayos hacía yo comprando un oso de peluche a esta hora? debería estar yendo a casa tranquila, pero no, ¿por qué me importaba darle algo a Jade para que no esté molesta conmigo? Sentí algo raro en mi estómago, estaba segura que no era hambre, tampoco tenía ganas de vomitar ¿acaso estas eran las famosas mariposas, esas qué sentía Harry cuando salía o estaba con Louis? pues no se sentían como mariposas más bien se sentían como dragones furiosos. Jodidos dragones.

Dejé de pensar cuando pude ver a lo lejos —no tanto— un letrero iluminado con la palabra "Juguetes", qué original. Bufé. Bajé del auto y me encamine hacia la juguetería, abrí la puerta de vidrio haciendo sonar una campana que indicaba la llegada de un nuevo cliente.

Me detuve para observar; no estaba mal. El local era cálido, con una gran iluminación y una bonita decoración rústica. Contaba con estanterías repletas de juguetes y peluches de todo tipo, luego había una mesada y detrás de ella se encontraba una señora mayor. Me sonrió amable.

- Buenas noches- dije una vez que me encontraba en frente de ella.

- Buenas noches, joven- me miró a través de sus lentes de gruesa lentilla- ¿desea algo?

- Um, sí- suspire- estaba buscando un..¿oso de peluche?

- Por supuesto. Espere un momento, por favor- dicho esto salió por una puerta marrón oscuro que se encontraba detrás de ella. Supuse que sería algo así como un depósito.

Volvió minutos después con un gran peluche de color rosa pálido y grandes ojos.

- Este oso es muy especial, déjeme decirle jovencita. Las personas suelen comprar este peluche para sus parejas- explicó- cosas de jóvenes, supongo- rió llevando un mechón rebelde detrás de su orejas. Luego se acomodó las gafas y me miró como esperando un respuesta de mi parte. La miré un par de minutos indecisa antes de contestar: - Oh, bien. Entonces lo quiero- saqué mi billetera mientras ella metía a el oso en una gran caja dorada y le colocaba un mono rojo intenso en la tapa. Pagué el dinero y volví a guardar mi billetera en el bolsillo de mi cazadora.

- Él debe ser muy especial- sonrió con dulzura.

- Ella lo es- tomé la caja y me dirige hacia la puerta para salir. Cuando su voz me detuvo.

- Buena suerte con ella- usó un tono de voz que logré reconocer como cálido.

- Gracias- sonreí saliendo de aquel local.

Ya en mi auto deposité la caja en el asiento de atrás y arranqué con destino a mi departamento. Detuve el auto cuando el semáforo había cambiado a rojo. Bajé mi vista a mi celular ya que había sonado indicando un nuevo mensaje.

Perrie, ¿dónde estás? Ya es muy tarde.
√√

¡Lo siento! Es que me detuve por una emergencia.
√√

¡¿Estás bien?!
√√

Sonreí a su mensaje, ella se preocupaba por mi a pesar de todo el gran escándalo que se había armado donde ella había salido principalmente perjudicada. Cuando el semáforo cambió a verde opté por responderle un "no te preocupes, ya estoy llegando". No quería dar pistas o explicar dónde había estado ya que se suponía que este oso debía ser una sorpresa.

***

Coloqué la llave en la cerradura y eventualmente la giré abriendo la puerta. Me adentré y la cerré con el pie ya que en mis manos se encontraba la caja por lo que tuve que maniobrar para poder abrir la jodida puerta sin que la caja cayera de mis manos.

- ¡Ya estoy en casa, Jade!- grité para que me escuchara.

- ¿Se puede saber dónde estabas?- prácticamente salté en mi lugar del susto.

- ¡Dios mío! ¡casi me matas del susto!- como pude llevé una mano a mi corazón, el cual estaba a punto de salir de mi pecho.

- No cambies el tema- respondió fría.

- Oye, tranquila- dije caminando hacia mi habitación. Podía sentir sus pasos detrás de mi- Ya, Jade ¿qué demonios quieres?

- ¡¿Eh?!..¡¿Qué que demonios quiero?!- gritó con furia. Giré mi cuerpo encarándola- ¡Llevas más de dos horas desaparecida! ¡ni siquiera te dignas a avisarme que ibas a llegar tarde! ¡estaba preocupada! Tenía miedo de que lago te pasara, no sé que haría sin ti- dijo susurrando lo último. La miré fijamente sin querer perderme ningún detalle de su lindo rostro lloroso y sonrojado- y..y eres mala persona adem..- la callé posicionando mis labios sobre los de ella, sellándolos en un beso realmente esperado, al menos por mi parte. Suspiré en medio del contacto. Literalmente sentía todo mi interior estremecerse de felicidad por al fin probar esos dulces labios sugerentes.

Hola. Tomen su lindo capítulo jiji.

OJ.

Bajo la lluvia || Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora