Bajo la lluvia || Jerrie Thirlwards

Capítulo 24.

Recta final.

''Si lo tuviera todo no significaría nada. Porque nada se siente como tú. No importa lo que digan. Ellos no pueden tomar mi amor, porque nada se siente como tú''.

Cinco años después. 

Querida Perrie: 

Ha pasado tanto tiempo desde que te fuiste, pero de todas maneras sigo aquí esperándote como tú lo dijiste. Tengo tantas cosas que contarte; han pasado tantas cosas desde tu partida. Comenzando por el hecho de que la mamá de Niall y tu padre se han puesto realmente locos al enterarse que se habían ido, no pude evitarlo pero ese día me reí mucho lo que creo estuvo mal, porque me lanzaron miradas frías. ¿Qué más para decirte? Oh sí ¡He adoptado una niña! Sí, puede parecerte extraño o algo, pero me siento lo suficientemente preparada para cuidarla. Su nombre es Jennie y tiene apenas unos meses de nacida. Tiene unos cachetes rellenitos y rojos, porque sí, estamos en invierno y vaya que hace frío, tienes que verla tan abrigada parece un bollito adorable, tiene un lindo cabello oscuro (lo poco que tiene) y unos bonitos ojos cafés, sus manitas son tan pequeñas que me causa ternura de verla. Um, quiero que sepas que no solo es mí hija, sino que también es tuya, la criaremos ambas cuando regreses ¿Sí? Es una promesa. Te extraño mucho Perrie y ya quiero que la conozcas y quiero que vuelvas pronto para que podamos formar una hermosa familia. 

Con amor, Jade.

Suspiré al terminar de leer la carta de Jade. ¿Tengo que decirle que volví hace unos días? Creo que me matará si se entera. ¡No puedo creer que tengamos una hija! realmente estoy muy emocionada y sí, ya quiero verla. ¿Realmente las cosas han cambiado mucho como ella dice? ¿Cómo estarán Liam, Leigh, mi papá, la ogra- mamá de Niall- y Mark? esperaba volver a verlos muy pronto. 

Muerta por la curiosidad decidí ir a darles una visita, especialmente a Jade, ya era hora de volverlos a ver luego de tanto tiempo.

Bajé las escaleras y tomé un abrigo del perchero adyacente a la puerta principal. Habíamos rentando un bonito y cómodo departamento al llegar aquí. 

Antes de cruzar por la puerta grité.

- ¡Niall vuelvo en un rato!- escuché un está bien de su parte y salí dirigiéndome a la casa que compartía con Jade en su tiempo, rezando en voz baja para que se encontrara ahí y no se haya mudado. Media hora después me detuvo frente a la conocida puerta. Toqué el timbre y esperé ansiosa. Mordí mi labio inferior y metí mis manos dentro de los bolsillos de mi gran abrigo. Jade tenía razón, hacía un frío de puta madre aquí. Me paralicé al oír el ruido de las llaves moviéndose en la cerradura, segundos después abriendo la puerta.

- ¿Jade?- la susodicha abrió mucho sus ojos y se lanzó hacia mí en un abrazo envolvedor y cálido.

- Oh Perrie te extrañé tanto ¡No vuelvas a irte de esa manera otra vez o juro que te amputaré los pezones!- reí al escuchar su vocabulario. Ella sollozó empapando mi hombro con sus lágrimas y probablemente con sus mocos también. Diugh, que desagradable. 

Tomé sus brazos y la separé lentamente de mí para poder verla bien.

- ¡Te haz pintado el cabello!- chillé sorprendida. Su cabello anteriormente castaño ahora estaba pintado de un lindo color gris. Además estaba usando maquillaje (que se había corrido un poco debido al reciente llanto) y debía admitir que le sentaba muy bien.

- Sí- se sonrojó y sorbió por la nariz. Desagradable, de nuevo- realmente te he extrañado mucho- susurró jugando con sus manos evidentemente nerviosa. Vaya algunas cosas sí que nunca cambian.

- Yo igual- sonreí. Hizo una señala para que pasara y obedeciéndola me adentré a mi antiguo hogar- realmente haz cambiado mucho, por que veo- dije sentándome en su sofá mientras la inspeccionaba disimuladamente.

- Supongo que no me venía mal un cambio. Pero veo que tú también- señaló la perforación de mi nariz del lado derecho.

- ¿Esto? ¿qué puedo decir? debo conservar mi imagen de ''chica mala''- dije haciendo comillas en el aire haciéndola reír- y bien..¿dónde está ella?- Jade frunció su ceño confundida y luego alzó sus cejas al entender a quién me refería.

- Está arriba, durmiendo- miré hacia las escaleras. ¿Debería ir a verla? ¿y si Jade cambió de opinión y ya no quiere criarla conmigo?

- Yo..um..¿Puedo verla? P-Pero si tu me lo permites, claro- ella asintió con una sonrisa de oreja a oreja. Suspiré aliviada y me levanté de mi lugar limpiando en mi pantalón el sudor que empezaba a correr por mis manos que sinceramente no sabía si era por la calefacción o porque me encontraba realmente ansiosa de ver a mi hija. Mi hija, que bien suena eso. Subimos al segundo piso, caminé detrás de Jade quién me dirigía hacia la habitación. Abrió la puerta silenciosamente y entró ella para hacerlo luego yo. Me acerqué hacia la cuna que se encontraba del lado izquierdo de la habitación. Quería llorar de la emoción.

¡Estaba viendo mí hija! Mía, mía, mía. Rayos es tan bonita y adorable.

- ¿Estás llorando?- preguntó la de cabellos ahora grises en un susurro.

- No, no- dije limpiándome las lágrimas. Jade me miró alzando una ceja- bueno sí, un poco- carraspeé.

- ¿Quieres decirle algo?- la miré y luego miré a mi hija.

- Um, hola Jennie. Yo soy tu mamá, Perrie- sonreí acariciando su mejilla- y espero que me quieras mucho ¿sí? podremos jugar juntas. Prometo encargarme de los bribones que intenten lastimarte, lo prometo princesa.

Que emotivo jesús ahre, como dice arriba estamos entrando a la recta final. Gracias por todos los votos y anticipen el final ahre

OJ.