Capítulo Final.

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''No puedo detener este amor. Eres la única que me hace vivir, eres más valiosa que mi propia vida. No puedo dejarte ir''.

Era el día. No podía creer que el tiempo había pasado tan deprisa, como una gran ráfaga de viento.

Aún podía recordar momentos de mi vida; cuando dije mis primeras palabras, cuando caminé por primera vez, cuando ingresé a la escuela, cuando hice amigos, cuando comencé la secundaria, cuando tuve mi primer beso. Todo había pasado tan fúgaz, tan repentino.

Me senté en la cama atando mi cabello desordenado. Bostecé refregando mi cara para terminar de despertarme.

Caminé hacia el baño con notoria flojera en mis pasos; ya en él hice mis necesidades, lavé mi cara y mis dientes, cepillé mi cabello y salí para comenzar a vestirme.

- ¡Jennie baja a desayunar!- sentí el grito de mi mamá desde el primer piso y decidí bajar aún con el pijama puesto. Luego subiría a cambiarme.

- Buenos días progenitora- dije besando su mejilla para sentarme frente a ella posteriormente.

- ¿Cuántas veces debo decirte que no me llames de esa forma?- cruzó sus brazos indignada.

- Está bien, mamá- hice enfásis en la última palabra.

- Bien- sonrió- ahora come para que puedas vestirte. No quiero que llegues tarde a tu gran día.

- Sólo es mi graduación- rodeé los ojos restándole importancia. Sí, estaba algo emocionada, lo admito. Pero no es la gran cosa.

- De todas formas, es un gran día. Así que come- asentí comenzando a degustar el plato de comida que tenía frente a mí.

La comida era algo que amaba, además de la música. A veces era el centro de burlas debido a eso; solían ponerme demasiados estúpidos apodos como "Jennie cerda", "Jennita" y más.

Pero la verdad era que poco me importaba lo que piensen y/o digan sobre mí, yo estoy conforme conmigo misma y con eso es suficiente.

Una vez terminado subí a cambiarme al fin.

Opté por ponerme una sencilla camiseta negra, un buzo del mismo color encima, unos jeans rasgados en las rodillas y unas simples zapatillas. Simple; así soy yo.

Me coloqué el uniforme de graduación y el gracioso sombrero en la cabeza. Una vez lista bajé.

- ¡Perrie, digo, mamá ya estoy lista!- grité bajando las escaleras.

- ¡Ay!- chilló al verme- mírate, estás tan grande- abanico su rostro con su mano para evitar que las lágrimas salieran- no puedo creer que mi princesa haya crecido tan deprisa.

- Mamá..- caminé hacia ella para darle un roconfortante abrazo- ya, me harás llorar a mi también- ambas reímos- mejor vamos yendo. No quiero llegar tarde- asintió. Caminamos hacia la puerta donde tomamos las llaves para subir al auto. Nos dirigimos a éste una vez cerramos la puerta de entrada.

- ¿No estás nerviosa?- dijo mi mamá después de un rato de silencio, no incómodo, con la vista puesta en la carretera.

- Tal vez- respondí mirando por la ventana.

- ¿Tal vez?- volteé mi visión hacia mi mamá. Pude ver por el espejo retrovisor que una de sus cejas se encontraba curvada hacia arriba.

- Está bien- bufé cruzándome de brazos- sí estoy nerviosa.

- No te preocupes- sonrió cálidamente- verás que todo saldrá bien- asentí con una pequeña sonrisa. Dirigí mi atención a mi móvil ya que lo había sentido vibrar.

Bajo la lluvia || Jerrie ThirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora