Capítulo 31: Esto es una locura

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Minho golpeó la puerta suavemente y luego tocó el timbre.  Unos minutos después escuchó unos pasos acercándose. Una voz suave seguida de un bostezo preguntó quién era. No podía creer que Kyungsoo estuviera durmiendo a las cuatro de la tarde, porque no era algo que hiciera con frecuencia. El muchacho se sorprendió y respondió con su nombre. La puerta se abrió y un Jongin sin camiseta le recibió. Se restregaba los ojos y cuando lo reconoció le saludó con una sonrisa. 

–Hola hyung, ¿buscas a Kyungsoo?– preguntó como si fuera lo más normal del mundo recibir invitados semi desnudo en un departamento que no era el suyo. 

–Sí... vine a verlo– Minho todavía no salía de su asombro, especialmente por la tranquilidad con la que el otro muchacho actuaba. 

–Está en el baño cambiándose. Por favor pasa. Estoy seguro de que saldrá enseguida– el chico fue muy cordial, como si estuviera acostumbrado a pasar tiempo ahí. 

Minho esperó en la sala y se sintió extremadamente incómodo. Era evidente que Kyungsoo y Jongin era una pareja que hacía lo que las demás. Sintió entonces que estaba invadiendo la privacidad de su mejor amigo. El dueño de casa se apresuró a recibir a su inesperada visita. Preparó un poco de té y se sentó al lado de Kai cuando Minho dijo que quería hablar. Conversaron de varios temas intentando relajar un poco el ambiente, pero el novio de su amigo parecía ansioso, así que decidió ir al grano.

–Lamento esto, pero tengo malas noticias– anunció el mayor de los tres chicos. 

–Lo sabía– murmuró de inmediato Jongin, apretando la mano de Kyungsoo. 

–Kang Dae está prófugo todavía.

–¿La policía no tiene ni una sola pista?– quiso saber Kai. 

–Es extraño. Seguramente tiene cómplices, pero no se sabe nada. Las investigaciones de la situación me dejaron preocupado. Al principio iba a hablarlo con Kai y Baekhyun, pero Kyungsoo tiene derecho a saber. 

–¿Pensabas ocultarme cosas?– Kyungsoo sonaba herido e indignado. 

–No, no. Entiende que esto es difícil para nosotros. Somos tus amigos y queremos lo mejor para ti. Como testigo de la situación, porque Kang Dae me llamó después del ataque, hablé con los oficiales. Me preguntaron si sabía sobre los antecedentes que tenía y les dije que no. Entonces me dieron información que me dejó muy inquieto. 

–Por favor, hyung, sólo dinos qué pasa con ese hombre– le rogó Jongin, angustiado. 

–Aparentemente fue forzado a inscribirse en algunas ocasiones en grupos de control de ira, pero los abandonaba enseguida. No podemos tener su récord psiquiátrico porque es confidencial. Lo único seguro es que tiene antecedentes familiares de trastornos mentales. Se negaba a ser internado, por eso tenía tantos problemas con su familia. ¿Sabías algo de esto, Kyungsoo?

–No tenía idea– susurró y se tapó la boca con una mano. Jongin lo abrazó. 

–¿Qué es lo que quiere decir todo esto?– terminó por preguntar el dueño de casa. 

–Bueno, eso querría decir que Kang Dae...–Minho no supo como continuar, así que Jongin se le adelantó. 

–Quiere decir que está loco. Él está... enfermo. Es una persona peligrosa y necesita ayuda. Necesitas mudarte y no ser accesible. Él sabe donde encontrarte y está furioso.

–Hay algo más que he estado pensando– intervino Minho y los otros jóvenes lo miraron. –Kyungsoo, creo que sería recomendable que tuvieras sesiones con un psicólogo o con un médico.  

–¿Yo? ¿Por qué?– exclamó sorprendido. 

–Has pasado por mucho, cariño– intentó explicarle Kai. 

–Tengo miedo, Kyungsoo. Podrías tener algún tipo de síndrome parecido al de Estocolmo. Es decir, estabas enamorado a tu agresor y lo defendías cuando te hacía daño. Eso no es normal. Te rindes frente a él y permites que entre a tu casa después de todo lo que te ha hecho. Tampoco pareces estar muy consciente del peligro que representa para ti. Lamento ser tan directo, pero podrías...

–¿Estás insinuando que yo también estoy loco?

–No. Estoy diciendo que sería bueno que busques ayuda. Fuiste atacado, fuiste maltratado, todo eso deja macas. Estás en el momento perfecto para liberarte de todo lo que pasó, porque tienes apoyo emocional muy fuerte. Desde que estás con Jongin tienes un grupo de amigos y llevas una vida normal, como siempre debió ser. Baekhyun está preocupado por ti y te da la dosis de contacto social y afectivo que necesitas. Mereces la nueva vida que tienes, pero puedes recaer si no dejas todo lo feo atrás. No dejes que eso vuelva. Y para eso se necesita ayuda profesional. 

Minho casi se sentía culpable por ser quien le dijera algo tan duro a la persona que veía como un hermano. Le ponía triste, le hacía sentirse como una mala persona, pero era lo mejor para él. Así que acumuló fuerza y sonrió para darle confianza. 

–No te preocupes, yo iré contigo– Jongin colocó su mano sobre la de su novio y la apretó como muestra de apoyo. –Voy a apoyarte en todo. Vamos a empezar de cero juntos. ¿Qué te parece?– Kyungsoo escuchó esas palabras y asintió con la cabeza, estaba temblando. 

Minho se marchó después de abrazar con fuerza a Kyungsoo y agradecerle mucho a Jongin por su increíble apoyo. La pareja se quedó a solas de nuevo en el departamento. El silencio era triste y pesado. Jongin no quería presionar a su novio, pero tampoco podían estancarse en la incomodidad. 

–Podemos empezar buscando una nueva casa– dijo en tono alegre. –Si queda cerca de la mía, mejor. 

–Tienes razón– Kyungsoo sonrió sin mucho ánimo. 

–Soo, Minho dijo todo eso con buena intención. Es algo que te va a hacer bien. Todos queremos lo mejor para ti y él en serio se preocupa por tu bienestar. 

–Lo sé.

–¿No te molesta si voy contigo al médico?– preguntó el chico preocupado. 

–Jongin, no creo que pueda ir si no vas conmigo– admitió Kyungsoo y su novio lo abrazó con ternura, luego le dio la mano y lo guió hasta el cuarto.

Una vez ahí, tomó su brazo y con delicadeza le hizo recostarse sobre la cama, para abrazarlo de inmediato. Jongin empezó a tararear una canción y se movió lentamente para mecerlo en sus brazos y darle tranquilidad. Kyungsoo se sintió protegido, querido y a salvo. Se aferró al cuerpo ajeno y disfrutó de la deliciosa sensación de calor y compañía. El tiempo con Jongin pasaba lento y rápido al mismo tiempo. El recuerdo de Kang Dae se borraba como un dibujo de tiza con la lluvia. Su novio era como la medicina milagrosa de las heridas que había dejado su ex. Jongin representaba salvación al terror que esa horrible persona le provocaba. 

–¿Jongin?– preguntó el chico, esperando que todavía estuviera despierto.

–¿Mmmh?– murmuró en respuesta Kai, adormilado y abrazando con más fuerza a su novio.

–¿Me vas a amar incluso si estoy loco?– cuestionó, como un niño asustado de perder algo que realmente quería.

–Me enamoré de ti estando loco, ¿por qué no abría de seguir haciéndolo?–respondió divertido el menor, riendo y besando su cuello, entrelazando aún más sus piernas bajo las cobijas.

–Entonces admites que sí estoy loco– concluyó Kyungsoo, sin poder evitar una sonrisa.

–En realidad es difícil encontrar a alguien que esté verdaderamente cuerdo, amor.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora