Capítulo 23: Lo lamento, maknae

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La fiesta del sobrino de Kyungsoo fue todo un éxito. Jongin y él supuestamente tenían que hacerse cargo de los niños, pero en realidad los niños se hicieron cargo de ellos. Kyungsoo consideraba la eutanasia como la mejor opción después de soportar niños gritando, llorando o quejándose, pero Jongin parecía haberse divertido bastante. Todavía no entendía cómo, si había sido salvajemente maltratado por un ejército de niños malcriados sin control.

Kyungsoo se encargó de los juegos y, mientras intentaba explicar en qué consistían las actividades, un par de niños le prestaban atención mientras el resto estaban demasiado ocupados montándose, jaloneando o directamente golpeando a Jongin quien, se quejaba, pero aún así no dejaba de reír y juguetear también. 

¿Esa era la imagen que quería que sus padres tuvieran de su pareja? Se imaginó algo como: "Hola mamá, papá. Bueno, desde hace tiempo que sé que soy gay y ese que está ahí es mi novio. Sí, ese, el que está peleando por las golosinas con los niños porque quiere comerse los caramelos masticables y no los duros. Sí, ese, el muchacho de más de un metro ochenta que está en el piso cubierto de pintura y que se ríe como foca. Esa es la persona que escogí en mi vida". Dicho de esa manera, resultó vergonzoso incluso en su mente. Luego lo reconsideró y se dio cuenta que era más tierno, un poco extraño, pero adorable. 

Su mente racional le hizo darse cuenta de algo que debía considerar. ¿Cómo hubiera tenido que describir a Kang Dae? Pensó en eso también, ¿cuáles eran las palabras más realistas para él? Pues algo como: "Hola mamá, papá. Este es mi novio. Sí, el tipo de la mirada fría, el que me obliga alejarme de los demás. El hombre que me manipula, que me amenaza, me me maltrata, me golpea y me humilla sin importar quién este presente. El hombre que dice amarme pero que me hace sentir miserable".

No había punto de comparación. Un lindo, inmaduro y dulce joven juguetón, con un corazón puro era mil veces mejor que un tipo violento y abusivo. Un complicado, pero amable Jongin era mil veces mejor que cualquiera de los posibles Kang Dae. Era obvio, pero todavía le costaba darse cuenta. ¿Por qué sentía como si estuviera traicionando a Kang Dae con Jongin? Su relación había terminado ya y no tenía nada oficial con su nuevo amigo. Entonces, ¿por qué se sentía culpable? Tenía un problema y estaba consciente de que iba a costarle mucho sacarse esas ideas negativas y absurdas de la cabeza. 

Kyungsoo alzó la mirada cuando escuchó a Jongin quejarse. El pobre estaba en el piso siendo atacado por los niños. Tuvo que acercarse porque, incluso si se estaba riendo, tal vez le estaban haciendo daño. Jongin miró con adoración a su salvador y sonrió encantadoramente. Fue en ese momento que entendió que estar con Jongin era la mejor opción.

* * *

Lay corría rápido y logró anotar. Él y sus amigos estaban jugando basket en una cancha cerca del río Han. Chen se acercó él y chocaron las manos emocionados. Xiumin y Luhan bufaron, porque estaban perdiendo el improvisado dos contra dos. Era una derrota casi humillante y ambos, buenos en los deportes, se desanimaron. Luhan parecía estar especialmente desconcentrado. De todas formas, nada se podía hacer. Terminaron su juego y se sentaron a comer un bocadillo, tanta actividad los hizo morir de hambre. Los cuatro chicos estaban muy animados, conversando entre ellos. La conversación se centró en Lay tratando de explicar una expresión en chino que había usado. 

–Hey– le llamó Xiumin al distraído rubio. –¿Le dijiste a Sehun que estás de vuelta en Corea?– la sonrisa de Luhan desapareció y empezó a mover los fideos con sus palillos, con clara angustia en el rostro. 

–Todavía no– respondió desanimado. 

–No lo entiendo. Ya pasaron dos semanas– comentó sorprendido el mayor de los dos. 

–Lo sé. Es que no encuentro la manera de hacerlo. Lo he pensado mucho 

–¿La manera? No tiene que pensarlo mucho, no después de todo el tiempo que has esperado para ver a ese mocoso. Ambos se van a volver locos. Escucha, si te portas bien y lo llamas hoy mismo, no te acusaré y guardaré el secreto de que has estado lloriqueando todo este tiempo. 

–No he estado lloriqueando– se quejó, pero su amigo lo miró con impaciencia. 

Cuando Jongin entró a la universidad se unió a dos grupos de amigos que terminaron por integrarse. Primero conoció a Chanyeol, Baekhyun, Kris y Sehun. Se hizo cercano a ellos con facilidad y se convirtieron en sus mejores amigos. Cuando entró al club de baile con Sehun, conocieron a Lay, Tao y Xiumin. Ellos, a su vez, incluyeron a Luhan, Chen, Suho y Kyungsoo, que eran parte del coro de la universidad. 

Lamentablemente, el grupo de baile se desintegró por culpa de los horarios de los miembros y la falta de nuevos estudiantes que quisieran unirse. Las presentaciones desaparecieron, pero los que tenían la posibilidad todavía practicaban. Kai y Sehun iban con frecuencia a la sala para sacar todo su estrés a través del baile. Eso los hizo particularmente unidos. Fue justamente en esa sala donde la historia de Sehun y Luhan empezó. 

Un día, el menor de todo el grupo practicaba solo una coreografía que estaban creando con Jongin. Escuchó un ruido y, cuando se volteó, encontró al rubio. En esa época no lo conocía mucho, aunque a veces compartían los almuerzos en la cafetería o se saludaban en fiestas. Intentó saludarlo, pero el otro muchacho no respondió. Tal vez no lo había visto. 

–Hey Luhan, ¿cómo estás?–preguntó, intentado ser amable.

–Luhan hyung para ti. Puedo ser extranjero, pero eso no quiere decir que puedes hablarme informalmente– Sehun sonrió cuando se dio cuenta que no estaba molesto de verdad. 

–¿Necesitas algo, hyung?– preguntó intentando ser más formal.

–No, porque en realidad quería verte bailar. Es la primera vez que puedo hacerlo de tan cerca– el mayor de los dos parecía tranquilo, pero Sehun estaba sorprendido. Había confesado que lo veía bailar y que, además, le gustaba hacerlo. Por lo tanto, no era la primera vez. 

–Vaya, ¿a este hyung le gusta espiar a sus dongsaengs?– quiso saber divertido Sehun.

–Sólo a veces y sólo a ti– Luhan avanzó hasta él.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Sehun lo comprendió todo. Era viernes por la noche y en el aliento de Luhan se podía percibir el alcohol. Eso justificaba la extraña forma en la que estaba actuando. 

–¿Por qué me espías, hyung? ¿Acaso te gusto?– Sehun tomó los brazos de su mayor para ayudarlo a sentarse. Verlo así le causaba mucha gracia.

–Exactamente– admitió Luhan un instante antes de empezar a besarlo.

Así fue como el maknae terminó enamorado de su hyung extranjero. Una historia que pudo ser romántica y llena de amor, se convirtió en la pesadilla privada de Sehun. Su relación parecía estar en su mejor momento, cuando Luhan se vio forzado a regresar a China. Intentaron soportarlo, pero el amor a distancia no fue algo fácil. Sehun estaba muy afectado y Luhan estaba devastado. La tristeza le hizo regresar, pero no encontraba la manera de hacerle saber al chico que estaba de vuelta. Habían dejado de hablar sin explicar nada y no podía simplemente presentarse frente a su puerta y decir que no había soportado más tiempo lejos de él. Ni siquiera estaba seguro de si seguían siendo una pareja. 

–Deberías decirle que regresaste, Luhan– insistió Xiumin. 

–Es gracioso. Eres la persona que más escenas de celos ha tenido que soportar de Sehun y sigues aquí, siendo un maravilloso amigo– se quejó Luhan. 

–Tal vez no le caigo muy bien, pero sé que ustedes se quieren de verdad. Eso es todo lo que importa– respondió el mayor de los dos, haciendo que el rubio se quedara callado. 

–¿LUHAN? ¿ERES TÚ?– la voz familiar detrás suyo le hizo sentir un  espantoso escalofrío.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora