Capítulo 46: ¿Dónde estás?

2.2K 354 10
                                    

Traición. Aquella era una palabra muy dolorosa para cualquier persona que amara y se sintiera correspondida. Pero, por alguna extraña razón, Sehun no era capaz de sentirse traicionado por Luhan. No le cabía en la cabeza que su amado rubio fuera capaz de hacer algo así. Estaba demasiado seguro de la relación que tenían y no comprendía por qué su pareja actuaba de esa manera tan extraña. Lo único que quería era una explicación razonable y arreglarlo todo de una buena vez. Incluso después de ver la buena disposición de su novio, Luhan se cerró y se negó a hablar más sobre él tema. Lloraba y se lamentaba por sus errores, pero no explicaba en qué consistían. Esto llegó a desesperar a su novio que intentaba ser comprensivo. Estaba dispuesto a entender y oír razones si había sido traicionado realmente. 

Luhan se bañaba. Había perdido la noción del tiempo y no sabía cuánto tiempo hacía ya que estaba debajo del delicioso y caliente chorro de agua. Ese pequeño escape de la realidad le hizo relajarse un poco y, cuando empezó a tararear una canción y a enjabonarse, sintió unas manos en sus hombros. El susto le hizo voltearse en un brinco peligroso, pero la imagen que apareció frente a él enseguida lo dejó sin palabras. 

Sehun llevaba nada más que unos bóxers y una camisa blanca abierta, completamente mojada por el agua que le salpicaba. Lo miraba con fiereza y con esos ojos que parecían ser inexpresivos, pero que escondían muy bien lo que realmente estaba pensando. El muchacho no dejaba de observar el cuerpo ajeno, desnudo, y se acercaba sólo para retirar su propio cabello mojado que le estorbaba. Luhan tragó el seco después de admirar el espectáculo de ver a su novio en su ducha. Se acercó a él temeroso y se perdió en un fuerte abrazó.

–¿Hace cuánto llegaste?–preguntó en un susurro, muy cerca de su oído, provocando un escalofrío en el cuerpo del menor.

–Hace un rato ya– respondió igualmente el chico, aprovechando para deshacerse de las dos únicas prendas que llevaba puesto.

–¿Me estabas espiando?– quiso saber Luhan con picardía. Sehun sonrió.

–Sólo contemplaba lo que es mío– respondió con seguridad, de inmediato se acercó lo suficiente para dejarlo sin aliento en un beso desordenado y extremadamente apasionado.

Luhan tuvo que apoyarse en las resbaladizas baldosas de la ducha e intentó aferrarse a algo que no encontró con facilidad en ese espacio reducido. Sehun lo preparaba y no tuvo piedad. El rubio no sentía dolor, pero empezó a lloriquear y gimotear. Era extraño que Sehun conociera su cuerpo casi mejor que él. Entre el vapor, el calor del momento, el sentirse invadido y la situación en sí, Luhan sólo atinó a dar palmadas a la pared para liberar la tensión acumulada. El mentón de Sehun se apoyó en su hombro justo antes de sentir la verdadera intromisión. Sin salir de él, el menor de los dos lo cargó y lo apoyó contra la pared de la ducha, mientras Luhan entrelazó sus piernas alrededor de su cintura y se movió exageradamente para poder sentir a Sehun en su totalidad.

–Más... más rápido– pidió entre gemidos, casi rogando.

–No– respondió cortante Sehun y mantuvo el ritmo desesperadamente lento.

–Más... más– insistió Luhan, pero no obtuvo resultados.

–No lo haré hasta que me digas por qué dijiste que me habías sido infiel– exigió saber Sehun. Y, antes de que el rubio pudiera hacer algo, tomó su longitud y empezó a mover su mano de arriba a abajo, tan lentamente como sus estocadas.

–Por favor– Luhan lloró de placer y de frustración. Sehun se estaba aprovechando de su debilidad para sacarle información. Resultaba más doloroso de esa manera. 

–Dilo. Igual, no podré odiarte. Sin importar lo que me cuentes, todo estará bien, porque justo ahora te estoy haciendo el amor.

Al escuchar aquello Luhan tomó el rostro de su novio y lo besó casi agresivamente. Abrazó a Sehun, escondiéndose en su pecho mientras seguía recibiendo a su amor dentro de él.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora