Capitulo 14: Flechazo

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–¿Qué?– Kyungsoo miró a su amigo y dio un par de pasos hacia atrás. 

–Ya hablamos de esto. Tienes que hacer un cambio de look– explicó Baekhyun, extrañamente entusiasmado. El muchacho hizo una mueca, no entendía por qué el otro intentaba cambiar de repente su imagen. 

–Creo que no es necesario– sentenció finalmente Kyungsoo, pero su respuesta no fue tomada en cuenta. 

–¿De qué estás hablando? Es uno de los pasos más importantes cuando quieres cambiar tu vida. 

–¿Vamos a cambiar mi vida?

–Escucha, Kyungsoo. Estoy intentando ser lindo contigo, pero no puedo mantener una conversación con alguien que me responde con nuevas preguntas o con evasivas. Sí, por supuesto que estás cambiando tu vida. No sé si lo has notado, pero cuando te deshaces de un novio psicópata, entras en un nuevo grupo de amigos, conoces a alguien con quien congenias perfectamente... el siguiente paso lógico es cambiar tu estilo. ¡Es un combo, viene todo junto!

–Pero Baek, yo no quiero cambiar mi imagen– admitió Kyungsoo un tanto tímido. Baek no sintió ternura por él, todo lo contrario, perdió la paciencia. 

No iba a aceptar un no por respuesta, especialmente después de haber desperdiciado varias horas compitiendo por la atención de Kai contra un videojuego, intentando averiguar de forma no tan sutil, qué era lo que más le gustaba en una persona. Su arduo trabajo no sería en vano, no soportaría que Kyungsoo no estuviera dispuesto a cambiar ese tonto peinado pasado de moda. 

–Bien, las cosas claras: me importa un zapato tu opinión. Vas a entrar en el local y harás lo que yo te diga. Caso contrario, le diré a Kai que se te mojan hasta los pantalones cuando piensas en él. 

–¿QUÉ? ¡YA! ¿De dónde sacaste algo como eso? ¡Calla esas ideas tan absurdas!– exclamó Kyungsoo ante semejante amenaza. 

–A mí no me engañas, muñeco. Y, si me sigues molestando ¡los encerraré en un armario! A ver si puedes caminar en un mes después de eso. No te olvides que es negro. 

El violento sonrojo de Kyungsoo se podía ver a kilómetros. Como no supo qué responder, sólo se dejó llevar por Baekhyun a ese enorme y terrorífico lugar lleno de máquinas monstruosas con gente rara dentro. Había mujeres armadas con tijeras y secadoras y otras cosas horribles. Fue torturado ahí por horas.

***

Kyungsoo se miró al espejo y no fue capaz de reconocerse. No sabía si estar agradecido con su atolondrado amigo o demandarlo. Su cabello, que siempre había conservado su negro natural, era castaño y estaba mucho más corto. No podía negar que era mucho más fácil de peinar, pero también lo hacía verse más blanco y resaltaba demasiado sus enormes ojos. 

Por su parte, Baekhyun no podía disimular su felicidad. Se sentía sinceramente satisfecho con los resultados y acomodó el nuevo cabello de su amigo cada cinco minutos, mientras murmuraba para sí mismo cosas que Kyungsoo no lograba ni quería entender. 

El buen ánimo que había conservado por su buen trabajo no duró demasiado. Desde que habían salido de la peluquería, había estado buscando a Jongin sin conseguirlo. Le había advertido que era algo importante, pero él lo evitaba. Si tanto Kyungsoo como Kai hubieran conocido las razones por las que Baekhyun se había dando tantos trabajos, probablemente las cosas hubieran sido diferentes y, tal vez, menos complicadas. 

Pero lamentablemente no lo sabían. Así que Kyungsoo tuvo que ser arrastrado por todas partes por un rabioso Baekhyun en busca de un escurridizo Kai, que hacía todo lo posible para alejarse de lo que él consideraba un problema. 

–¡Hasta que por fin de encuentro desgraciado!–gritó Baekhyun en medio del campus y Jongin, a lo lejos, se echó a correr cuando lo escuchó. –¡No huyas cobarde!– exigió Baek disgustado y luego fue a atraparlo, dejando a Kyungsoo estupefacto.

A rastras, Jongin fue llevado al estacionamiento en medio de reclamos y amenazas. Kyungsoo vio la escena y se bajó del auto de Baek, donde se había escondido. Estaba preocupado por la forma en la que el más bajo hacía uso de todas sus fuerzas para mover un cuerpo evidentemente más grande y fuerte que él. Jongin dejó de forcejear cuando finalmente lo vio. Estaba tan impresionado, que no fue capaz de soltar una sola palabra. No le importó que Kyungsoo se le acercara con cautela, preguntándole si estaba bien. Él se mantuvo embobado y mirando cómo la distancia era cada vez más corta.

–De nada–susurró Baekhyun fastidiado, al ver la reacción que el menor de los tres tuvo al descubrir un nuevo y mejorado Kyungsoo.

–Vaya... estás... ese peinado... te queda muy bien– comentó Kai y tocó con curiosidad el cabello castaño. Kyungsoo luchó contra su timidez y pudo darle unas palabras de agradecimiento sin parecer muy forzado.

–Lo de encerrarlos va en serio– sugirió, burlón como siempre, Baekhyun. Quiso acercarse, pero fue alejado del espacio por una mano de Jongin. –Bien, bien. Ya entendí. Creo que los dejaré solos entonces. Diviértanse.

Así fue como Kyungsoo terminó con  el brazo de Jongin alrededor de su cuello, caminando por la universidad con las miradas de las personas sobre ellos. Fue una situación que lo llenó de alegría por tenerlo cerca, pero también mezclado con el nerviosismo característico en él. Min Cha estaba furiosa cuando se topó en su camino con Jongin desordendo el cabello de Kyungsoo, mientras le decía algo al oído y luego se alejaba para ir a clase.

Sin la más mínima idea de lo que había pasado, Kyungsoo no fue capaz de percatarse de el odio que recibe a lo lejos. Estaba demasiado metido en la idea de recapacitar y considerar las palabras de Baekhyun: su vida está cambiando. Y si todo seguía así, sería para bien. Mientras guardaba sus cosas en su casillero, la novia de su amigo lo abordó otra vez.

–¿Has considerado mi propuesta del otro día?– le preguntó la muchacha sonriente, pero sin un mínimo rasgo de educación. Kyungsoo la miró un momento, antes de entender a qué se refería.

–Oh, hola. Bien, pues, lo lamento. Realmente lo siento,  pero me lo pides en una época bastante difícil.

–¿Estas diciendo que puedes andar por ahí, colgado de mi novio como si fueras su maldita sombra y no puedes ayudarme a hacerle feliz?– le recriminó con un tono de ira mezclado con un falso toque de dramatismo.

–¿Cómo podría ayudarte exactamente?– preguntó con santa paciencia Kyungsoo.

–¡Alejándote de él, por ejemplo!

–Alejarme de él no va a arreglar los problemas que tengas con tu novio. Yo no tengo nada que ver con eso.

–¡Claro que tienes que ver! Se pasa sólo hablando de ti. No tiene sentido que alguien como tú sea más importante para él que su propia novia. Si no lo conociera, hasta diría que le gustas, pero Jongin siempre ha sido así y no puedo entenderlo. Es muy cercano con sus amigos, pero esto ya es el colmo. Lo que sí sé,  es que las cosas no eran tan difíciles hasta que poco menos y se obsesionó contigo.

Esa era información que el cerebro de Kyungsoo no debió recibir.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora