Capítulo 34: Mentiras y más mentiras

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Luhan estaba sentando en la mini sala de su departamento viendo una película de dibujos animados mientras lloraba desconsoladamente. El lugar seguía tal como estaba desde que llegó a Corea, porque no estaba seguro de si se iba a quedar o no. Mentía, mentía, mentía y no dejaba de mentir. Le mintió a sus padres y les mentía a sus amigos. También le mentía a Sehun.

Cuando Luhan llegó a Corea de intercambio lo único que quería era regresar a su casa y no volver jamás a la península. Sin embargo, después conoció a Sehun y se enamoró perdidamente de él. Así, sus planes cambiaron por completo y eso retrasó su regreso a casa con muchas excusas. Sus padres lo habían escuchado quejarse tanto, que armaron un viaje sorpresa para él y le ayudaron a conseguir todos los beneficios que había reclamado perder por quedarse en un país que no era el suyo. 

Estaba avergonzando por no haber aceptado frente a su familia que quería quedarse en Corea y fue por eso que no pudo rechazar el viaje de regreso a China. Especialmente por la forma en la que se había quejado y cómo había rogado al inicio que lo llevaran de vuelta. Originalmente su plan era regresar a China, hablar con sus padres, explicar que había encontrado buenas razones para quedarse en Corea y regresar. Ese fue también el plan que le contó a Sehun para que él supiera las razones por las que no se verían un tiempo.

Lamentablemente no pudo cumplir con su palabra. En cuánto llegó a China, sus padres lo recibieron con entrevistas para universidades importantes, para trabajos temporales en los que estaba capacitado y citas a ciegas con mujeres para que pudiera escoger una esposa. Ese fue el tema más complicado de tratar. 

La primera chica que le presentaron le rogó que la rechace, porque tenía novio. Luhan aceptó gustoso por solidaridad.  Cuando le preguntaron por qué no quería saber nada de una mujer tan adecuada, él insistió en que definitivamente no habían congeniado. 

La segunda definitivamente no le cayó bien desde que saludaron y la rechazó inmediatamente, ya que el sentimiento había sido mutuo. Pero, para mala suerte de Luhan, la tercera se obsesionó con él. Luhan fue muy amable y dulce con ella, pero no se sentía interesado en lo más mínimo. La chica lo llamó y lo siguió. Le ofreció un matrimonio favorable, dinero, buenas relaciones familiares o lo que él le pidiese, pero Luhan sólo sonreía mientras pensaba en las maldades que Sehun diría, si la hubiera escuchado rogando por atención de esa forma, intentando comprar el amor de una persona con cosas materiales.

Para su mala suerte, la chica era todo lo que sus padres querían y forzaron a Luhan con palabras bonitas a tener un par de citas extras, ya que el chico no había podido decir que era un mal partido o que no era agradable, para ellos no bastaba que no estuviera interesado en ella de esa forma. Mientras tanto Luhan empezaba a preocuparse porque su estadía en China estaba demorando más de que esperaba y Sehun empezó a desesperarse. El muchacho no quería decirle a su pareja que estaba teniendo citas a ciegas con personas escogidas por sus padres, porque pensaba que era innecesario, ya que no aceptaría a ninguna.

Fue entonces cuando se le ocurrió admitir frente a la chica que tenía una novia en Corea y que quería regresar para verla, de esa forma tendría más tiempo para preparar a sus padres y decirles la verdad, así le repudiaran. Pero las cosas no salieron bien. En la tercera y  última cita que Luhan aceptó, la chica prácticamente lo emborrachó para seducirlo. Luhan no recordaba mucho esa noche, pero tiene en su memoria la imagen de haber correspondido a besos y caricias. La muchacha lo guió a una habitación del hotel donde se encontraron para comer, y Luhan se estaba quedando dormido cuando ella empezó a sacarle la camisa. Lo que pasó después le provocó un problema bastante grande.

–Sehun, por favor... más despacio– repitió Luhan en Coreano intentando parar a quién él creía, era su novio. La joven china no entendió el idioma, pero comprendió que esas palabras no iba dirigidas a ella.

Cuando Luhan se despertó en el hotel y entendió la situación, se puso como loco. Le rogó a la muchacha que le explicara lo que había pasado. Ella, con lágrimas en los ojos, le contó que se habían emborrachado y que habían terminado acostándose juntos, pero que él continuaba hablando en coreano. No importaron todos sus esfuerzos, siempre terminaba nombrando a alguien más.El joven se disculpó y admitió que tenía una pareja en otro país y que no quería lastimarla, pero tampoco podía aceptarla.

Después de ese día, Luhan habló con sus padres sobre la idea, pero tuvo que continuar los estudios que había empezado. Sus padres insistían en que era una buena universidad y que no podía desperdiciar un semestre de clases cuando estaba matriculado.Entonces, Luhan seguía aplazando sus desesperados planes de que regresar a Corea tan pronto como sea posible. Las excusas con Sehun se le habían acabando desde el inicio.

Así, casi un año después, y ya sin contactarse con su novio, Luhan regresó sin poder soportarlo más, pero totalmente asustado de confesarle cualquier cosa a Sehun, porque su conciencia estaba sucia: le había engañado. También les había mentido a sus padres, diciéndoles que Sehun era una chica y le había mentido a Sehun, diciendo que se había escapado de casa.

Cada vez que Luhan pensaba en eso lloraba desconsolado, confundido, frustrado y asustado. Se secó las lágrimas cuando escuchó la puerta de su departamento abrirse y se acomodó en el sillón. Sehun besó sus labios como saludo y se sentó a su lado.

–¿Por qué lloras?– preguntó secándole una delatora lágrima.

–La película– se justificó rápidamente y sonrió. –Sabes cómo me pongo.

–Sí,claro– respondió sin creerle nada, porque en la televisión pasaban una película de dibujos animados cómica.

Sehun no le reclamó nada. Ya habría tiempo para sacarle toda la información que necesitaba.

* * *

Kyungsoo se levantó más dormido que despierto, le costó mucho que Jongin lo deje salir de la cama. Tenía que atender la puerta. Estaba despeinado, adormilado y hambriento. Consultó la hora y marcaban las cinco de la mañana. Todo seguía oscuro. Se arrepintió de no haber traído algo con qué taparse porque sintió una ligera corriente de aire bastante fría cuando estuvo de su cuarto. Preguntó, con voz ronca, quién era la persona que estaba golpeando su puerta a esas horas de la mañana.

–Baekhyun– respondió una voz suavemente del otro lado y Kyungsoo abrió la puerta preocupado. Sólo una emergencia traería a Baek a su casa tan temprano.

–¿Baek? ¿Estás bien? ¿Pasó algo?– preguntó angustiado y Baek sonrió, pero su cara se transformó enseguida y se echó a sus brazos a llorar.

–Mi madre... ella.. bueno,  me he escapado de casa, ella... he dejado mi casa...– sollozó abrazado al otro chico. Kyungsoo le consoló tanto como pudo .

–¿Has peleado con tu madre?– el dueño de casa acarició su rostro y secó sus lágrimas con delicadeza.

–Me ha dicho que quiere que deje de ver a Chanyeol. Me negué terminantemente y me dijo que la gente piensa que soy gay... entonces le dije que tendrá que vivir con eso el resto de su vida y me fui. Esperé a que se duerma para salir con todo lo que pude– Baek señaló un par de mochilas y continuó llorando.

–¿Entonces en serio escapaste de casa?– el menor de los dos estaba sorprendido.

–¡Le he confirmado que soy gay! ¿Qué esperabas?

–Tranquilo, Baek– le pidió Kyungsoo y le abraza para calmarlo.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora