Capítulo 35: Venganza silenciosa

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Jongin se había levantado al escuchar las voces de los otros dos chicos. Eso fue lo que dijo cuando salió de la habitación, pero en realidad había estado buscando a Kyungsoo para regresar con él a la cama cuanto antes. Cuando el muchacho salió, escuchó las últimas palabras de Baekhyun sobre él confesando su inclinación sexual. Su sorpresa fue grande. 

–¿Que hiciste qué?– preguntó el menor de los tres alterado. Tampoco estaba muy feliz cuando vio a su novio con el otro chico abrazados y llorando. 

–¡Kai!– exclamó Baek abalanzándose encima del chico. -¡No tengo a donde ir!- comentó desconsolado.

–¿Escapaste de casa?– Baekhyun asintió con la cabeza y señaló sus cosas en la puerta del departamento de Kyungsoo. 

Jongin los miró con horror y entendió que esas no eran buenas noticias. 

–Se quedará conmigo hasta que podamos resolver esto– explicó el dueño de casa y colocó una mano en el hombro de Baekhyun que pasó de estar pegado a Jongin a estar nuevamente pegado a su otro amigo.

El dueño de casa hizo el desayuno con la mente en las nubes. Había podido separarse de un meloso y llorón Baekhyun gracias a que los celos de Jongin hicieron que prefiriera consolarlo él mismo. Kyungsoo pensaba en todos los problemas que tenían. Quería resolver todo de la mejor manera para que pudieran tener un poco de paz. Unos nuevos golpes, más desesperados esta vez, resonaron en el departamento y el chico salió corriendo de la cocina para atender. Abrió la puerta y encontró a Chanyeol sudando, pálido y parecía muy angustiado. Parecía como si hubiera sido perseguido por un monstruo de una película de terror. 

–¿Baek en serio está aquí?– preguntó sin aliento. Kyungsoo asintió y le dejó pasar. Chanyeol no pudo disimular, buscaba a su novio con la mirada y, cuando lo encontró, se acercó a él para abrazarlo con fuerza. Baek tuvo el primer impulso de gritar llegaste  y dejó caer más lágrimas mientras se aferraba a su novio con una sonrisa de alivio. Se hablaron entre susurros y la imagen hizo que Kyungsoo sintiera ternura infinita. Era una escena conmovedora y se sintió un intruso. Jongin también los miraba en silencio, con un brillo indescifrable en los ojos.

Kyungsoo pensó si él también se veía así cuando abrazaba a Jongin o cuando lo miraba y lo besaba. ¿También era adorable cuando se aferraba desesperadamente al cuerpo de su novio, buscando el calor que lo hacía sentirse protegido? No podía saberlo, pero le causaba curiosidad pensar cómo se veía cuando estaba cerca de él. ¿Por eso todo el mundo se daba cuenta que estaban enamorados?

El chico despertó de sus pensamientos, recordó que el desayuno estaba en la cocina a medio hacer y, cuando regresó, era demasiado tarde. Sus invitados tendrían que comer con buena voluntad y tolerancia, porque el sabor parecía no tener arreglo. No había más ingredientes. Después de hablar un poco, los cuatro chicos se sentaron y agradecieron por la comida. Baek parecía un niño apegado a Chanyeol que el preguntaba cada cinco minutos si estaba bien, si se sentía bien o si necesitaba algo. 

Jongin, para variar, los miraba con impaciencia. Le alegraba que sus amigos se demostraran amor, pero al mismo tiempo sentía que habían invadido su pequeña burbuja y habían interrumpido sus adorados momentos con su pareja. Sus amigos tenían la mala costumbre de interponerse en su ansiada intimidad. 

–¿Esto cocino Kyungsoo hyung?– preguntó Kai con una expresión extraña en el rostro, Baekhyun asintió exageradamente con la cabeza. –No puede ser, esta horrible ¿Lo hiciste tú Baek? 

El nombrado lo negó lanzándole una mirada amenazante y Kyungsoo bajó la cabeza avergonzado, luego probó su comida y confirmó lo peor: su querido novio tenía razón.

–Lo lamento. Lo olvidé por completo cuando recibí a Chanyeol y parte se quemó y lo otro se pasó demasiado en vinagre– se justificó con una sonrisa. –Pero te haré algo delicioso para el almuerzo, lo prometo.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora