Capítulo 37: Lo que sea por ti

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Chanyeol abrió la puerta principal de su casa con su mano izquierda. Le resultó un poco complicado porque la derecha estaba enrollada alrededor de la muñeca de Baekhyun, que parecía nervioso. El pitido de la alarma pidiendo ser desactivada los calmó, porque indicaba que no había nadie. El gigante se hizo cargo de eso y luego guió a su novio escaleras arriba, directo a su habitación. 

Ambos avanzaron con urgencia pero, al llegar, Baekhyun se sentó en la cama como siempre lo hacía y tomó alguna revista tirada por ahí. Chanyeol cerró la puerta con llave y se acercó a él, se arrodilló  respiró hondo antes de mirar a su pareja con adoración. A centímetros de su rostro, Baekhyun empezó a temblar. El alto muchacho tomó el rostro ajeno y acarició su rostro con los pulgares.

–¿Cómo es que te amo tanto?– preguntó el dueño de casa mientras bajaba una mano hasta su cuello.

–Chan– susurró Baek al mismo tiempo que juntaba sus labios sin poder contenerse. Saboreó, jaló, mordió y besó. Necesitaba saber que era real. Quería asegurarse que tener el peso de Park Chanyeol sobre su cuerpo no era otro de sus sueños. 

Sus movimientos eran suaves y balanceados. Fueron delicados al tocarse, pero no por eso menos apasionados. Baek adoraba escuchar los gemidos de su novio cerca de su oído y cuando clavaba sus cortas uñas en la piel desnuda de su espalda. Chanyeol abrió las piernas de Baek con delicadeza para colocarse entre ellas y sentir que encajaba perfectamente.

No importaba que su ropa todavía estuviera todavía en su sitio, Baek podía sentir la presión  del otro chico a través de la tela y estaba seguro de que no iba a decepcionarlo. Las manos de Chan subieron y bajaron por todo su cuerpo, retirando de a poco las ropas que les estorbaban para amarse de una buena vez. Baekhyun ahogó gemidos y colocó su frente contra el pecho de Chanyeol que no dejaba de moverse de atrás hacia adelante. Apretó los dientes para no gritar que fuera más rápido, pero se lo dejó saber con el movimiento de sus caderas.Sin poder resistirlo más, el mayor  de los dos dejó caer su cabeza contra el colchón y entrelazó sus piernas al rededor de la cintura de su novio, rogando por más atención y sobretodo... más profundidad.

Chanyeol pasó de ser dulce y amable a ser dulce y rudo. Golpeó con fuerza porque sabía que así es como debía hacerlo para dar y recibir placer. Baekhyun gritó sin poder evitarlo y Chan supo entonces que había terminado. Se movió un poco más rápido para poder llegar también y lo hizo. Se dejaron caer sobre la cama, que era un desastre. Sus pechos subían y bajaban una y otra vez hasta que poco a poco sus respiraciones se fueron calmando. Baek se  tapó con una sábana y no dejaba de sonreír mientras acariciaba el sudado rostro de su compañero sólo con dos de sus dedos.

–¿En qué piensas?– quiso saber el menor de los dos y se apoyó en  su brazo izquierdo para poder mirarlo.

–En que ahora me amas– respondió Baek feliz, muy feliz.

–¿Me dices que antes no lo hacía?– Chanyeol correspondió el gesto mostrando sus perfectos dientes.

–Tal vez lo hacías... pero no podías decirlo o demostrarlo.

–¿En serio es lo que piensas?– Chanyeol frunció el ceño. Había estado convencido de que siempre fue evidente lo enamorado que estaba. 

–La primera vez que me di cuenta que me querías fue cuando me metiste en el baño del bar al que fuimos  con Kyungsoo cuando empezamos frecuentarlo. Me lo dijiste claramente y, desde entonces, no sólo lo demuestras sino además me lo haces saber. Eso, mi amado Chanyeol, me da seguridad y confianza para decírtelo también. Te tomó un tiempo admitirlo, pero la espera no significa nada cuando obtienes algo tan importante como eso.

–Perdóname, por no hacerlo a tiempo– se disculpó Chan, besando su cuello y aferrándose a su novio.

–En realidad lo dijiste en el momento correcto. Tal vez, si hubiera sido muy pronto, probablemente no te hubiera creído.

Acéptame, acéptanos (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora