Acéptame, acéptanos (Kaisoo)

Capítulo 38: Ideas que duelen

Kyungsoo buscaba sus llaves con gesto de sincera preocupación. Le aterraba la idea de haberlas perdido porque el llavero había sido un regalo de Jongin. No podía haberlas perdido. Golpeó la puerta de su propio departamento en caso de que Baekhyun estuviera ahí, pero nadie atendió. Enseguida, llamó por teléfono a su novio y le preguntó si no había dejado las llaves en su casa. Kyungsoo esperó alrededor de diez minutos antes de recibir una respuesta. 

–Kyungsoo hyung, encontré tus llaves en mi auto. Te las iré a dejar tan pronto como me desocupe, ¿puedes esperarme un poco?

–Sí, claro. Disculpa las molestias. Te esperaré aquí, igual no tengo a dónde ir.

Jongin  conducía con ansiedad. No creía mucho en el destino o en las supersticiones, pero tenía la mala sensación de un peligro inminente. Kang Dae había ido por ahí hace poco y su novio estaba solo. Si el tipo decidía regresar justo ese día no encontraría a Baek sino a Kyungsoo totalmente desprotegido y eso le asustaba mucho. Kai dejó salir un suspiro de alivio cuando subió el último escalón y vio a Kyungsoo sentado, con los brazos apoyados en las rodillas y aspecto de cansancio.

–El tráfico estaba terrible, lo lamento– se disculpó mientras le ofrecía una mano para ayudarle a ponerse de pie.

–Te entiendo. De todas formas fue mi culpa por olvidarme las llaves en tu auto– respondió el chico y aceptó la ayuda que su novio le ofreció.

Cuando por fin fueron capaces de entrar al departamento, poco le faltó a Kyungsoo para echarse en un sofá y dormir ahí hasta el siguiente día. Pero, como se  caracterizaba por ser un buen anfitrión,  le hizo un gesto a Kai para que se acercara y pudieran sentarse juntos en el mueble. No dijeron nada. Kyungsoo porque estaba agotado y Jongin porque estaba pensativo

–Soo, ¿crees que soy un buen novio?

–Eres el novio perfecto– respondió sin dudarlo, acurrucándose más cerca del otro chico.

–Hablo en serio– se quejó el menor de los dos pensando que Kyungsoo sólo quería que hiciera silencio.

–Yo también– insistió, abrazándolo con fuerza.

–¿Puedo confesar algo? Mientras venía aquí, tenía miedo que Kang Dae llegara. Vine muy asustado. ¿No crees que sería bueno cambiarte de casa, hyung? Es peligroso y las personas que nos preocupamos por ti queremos saber que estás bien. Mi principal preocupación es que ese psicópata pueda lastimarte.

–Jongin, lo estuve pensando. En realidad no va a ser tan fácil que me cambie de casa por ahora. Primero, Baek está aquí, no puedo simplemente echarlo. Después, conseguir un nuevo departamento a este precio y tan cerca de todo no es tan fácil– argumentó un poco ansioso Kyungsoo. También tenía miedo de Kang Dae, pero eso jamás se lo diría a su novio porque sabía que sólo lo asustaría más.

–¿Sabes?– Jongin lo abrazó –Me gustaría que podamos estar siempre juntos. Así estaría tranquilo y feliz. Llegaría a casa y estaría contigo, comeríamos algo mientras vemos una película en la cama. Que nuestra mayor preocupación sea quién tiene que levantarse a preparar el desayuno al siguiente día– El chico sonrió al planear un futuro juntos, imaginándose cada momento con lujo de detalle.

–Baek me lo explicó– comentó Kyungsoo con aire nostálgico. –Dijo que sería difícil para mí acostumbrarme a alguien que me demuestre amor de un modo que yo no entiendo. Pensé que estaba exagerando, o que tal vez no entendía a que se refería, pero ahora lo entiendo- continuó mientras su novio lo apretaba más contra su cuerpo. Kyungsoo respondió el gesto. Habían unas ideas extrañas merodeando por su cabeza.

* * *

Luhan se había negado a hablar con Sehun acerca de lo que había pasado en China. Le dijo que era algo terrible y que simplemente quería olvidarlo y que lo necesitaba más que nunca para conseguirlo. Sehun cedió ante la palabrería de su novio a pesar de que nada le convencía. Conocía a Luhan y era evidente que le estaba ocultando algo. Le preocupaba que se hubiera metido en problemas, pero pensó que las cosas caían por su propio peso y que con el tiempo el rubio aprendería a confiar en él y confesarle lo que había pasado.