Debajo de las estrellas!

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Un porche negro de último modelo estaba estacionado frente a una casa más o menos grande blanca, con un jardín de lujo. De ella salían dos chicos, un rubio y un pelinegro los cuales se despedían de unas personas mayores.

- Adiós mama, adiós papa, nos vemos mañana, se despidió el pelioscuro que era el más bajo de los dos.

- Adiós hijo, hablo la mujer para abrazar lo con fuerza.

- Adiós hijo, y no hagas muchas travesuras con tus amigos en casa de Stephane, el papa le guiñó el ojo diciéndole con esa mirada que sabía más de lo que el creía.

- Adiós Señor y Señora Shizuma, dijo esta vez el rubio inclinado se en modo de respeto.

- Ui que niño más ejemplar ^^, chillo la mujer mirando a su hijo feliz, adiós Stephane espero que vuelvas eres bienvenido en nuestra casa, la mujer poso su mano sobre el hombro del rubio sonriendo amablemente.

- Gracias Señora, después de haberse despedido los dos jóvenes se acercaron al porche.

Stephane miro a Bryan con una sonrisa para después mirar detrás de el donde estaba la casa después deslizo su mano por la cintura del pelinegro y lo pego a su cuerpo posando le un sonoro beso en los labios. Bryan se ruborizo de un rojo intenso escondiendo su cara en el pecho del mayor.

- Déjame, nos pueden ver..., lo dijo en un murmuro casi inaudible pero que para los oídos de Stephane si.

- Ya se adentraron a la casa así que no creo que nos vean, le respondió con una sonrisa dibujada en su cara para después darle un beso separándose de el y abriéndole la puerta del co-piloto como todo un caballero.

El pelinegro aún con los cachetes rojos se adentró rápido al caro y espero que ese cerrará la puerta. Stephane se acomodó a su lado y prendió el caro. Estuvieron en camino por media hora, en silencio, llegando por fin a la dichosa mansión del rubio. Bryan se iba a bajar pero el rubio lo tomo de la muñeca jalando de ella para pagar sus labios en un rico beso. El pelinegro no se alejaba o hacia resistencia, como no si deseaba lo mismo que el rubio. El beso se tornó peligroso, con intensidad Stephane se comía los labios del otro, Bryan abrió un poco su boca dejando le el paso libre a la lengua del otro que entraba con mucho gusto jugando con la de la otra. El rubio se le subió prácticamente encima al menor pegándolo contra la puerta del caro. Stephane ya perdiendo la poco cordura que le quedaba se aventuró con sus manos por debajo se la camisa del menor sin dejar de besarlo pero ese beso fue interrumpido por Bryan el cual rojo como un tomate se había separado del rubio agarrándole las manos para que no se atreva a ir más lejos mientras lo miraba fijamente a los ojos.

- Stephane... Aquí no..., le dijo recuperando su respiración que la tenía un poco agitada.

- Esta biés esta bien, dijo el mayor apartando se de Bryan ofreciéndole una sonrisa para después salir del caro y abrirle a Bryan.

Caminaron en silencio hasta la mansión y cundo estuvieron dentro se escucho un terrible silencio en toda la casa, pues los padres del rubio se habían ido junto al hermano menor del mencionado de vacaciones donde su abuela a lo que Stephane se quiso quedar en la casa por el negocio familiar. Seguían en silencio parados en la entrada sin mirarse hasta que Bryan por fin hablo:

- Quiero bañarme..., un poco apenado salieron esas palabras de su boca.

- Que tu que?, pregunto el mayor incrédulo mirando lo confundido.

- Que me quiero bañar es tan difícil de comprender?!, bufo nervioso pero haciendo creer que estaba molesto.

- Pues si, además hace 3 segundos estábamos...

Era una venganza! (EDITANDO HISTORIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora