Otra comedia romántica absurda [OCRA #1]

35. ¿No hay amor en tu corazón?

—Vamos —dijo la tutora Denise y se encaminó hasta la cabaña, el resto la seguimos en silencio. Ella abrió la puerta y esperó a que nos adentráramos al salón, una vez lo hicimos, cerró la puerta y se volvió hacia los niños. Ellos le sonrieron tímidamente mientras se apartaban de las ventanas. Vi como Ginny se dirigía hacia un grupo de niñas, las cuales no me apartaban los ojos de encima.

—Niños, ¡necesito su atención! —Solamente bastó con eso para que los niños se callaran y se centraran en lo que su tutora diría a continuación.

—Ellos serán sus consejeros en el tiempo que dure nuestra estancia aquí. Si desean ayuda de cualquier índole, estarán encantados de ayudar. Son estudiantes de preparatoria, tal como Jared y Maggie —explicó la mujer a la vez que señalaba a los dos chicos que, al igual que los niños, no dejaban de vernos.

—Yo soy Angelette Boissieu, pero pueden decirme An. Un placer conocerlos —intervino la pelirroja y extendió una gran sonrisa, los niños la correspondieron, especialmente los varones. Ser un niño de primaria no te impedía reconocer a una chica bonita.

—Mi nombre es Nick Parker, un gusto —habló, sonriendo con entusiasmo e ignorando la popularidad de su novia.

—Yo soy Coraline Collins. En caso que no conozcan al chico callado de aquí, se llama Alexis Hale y es el hermano de su compañera Ginny —Coraline hizo un gesto hacia la pequeña. Por su parte, Ginny asintió, lo que provocó que sus amigas se arremolinaran en torno a ella, reclamándole el hecho que no les contó que tenía un hermano mayor tan lindo.

—Soy Dante Moretti —Vaya, hace tiempo que mis ojos no tenían el placer de contemplar la sonrisa de príncipe azul, hasta en Marte se escucharon los suspiros de las niñas.

—Me llamo Sophie Adams —dije, luego de percatarme que era mi turno. Sentí como alguien me analizaba de pies a cabeza, me volví y me encontré con unos ojos azules. Pertenecían a otro de los consejeros. Su estilo me gustó, cabello negro sin ningún intento de mantener acomodado y destacaba por los mechones azules que se repartían por su cabellera. Vestía una camisa oscura con el título de la banda «The Strokes», justamente los autores de la canción que cantamos en el coche. No pude evitar sostenerle la mirada, él sonrió de lado.

—Hola, chicos. Soy Jared Astor y ella es Maggie Clifford —dijo, extendiendo su sonrisa. La chica que lo acompañaba desplegaba una sonrisa enorme. Su cabello rubio, ojos azules y rostro adorable la embellecía todavía más—. Soy sobrino del profesor August —agregó después de una pausa. Abrí los ojos como platos, su tío parecía alguien imponente mientras que él transmitía un aura rebelde. Hubiera sido más creíble que fuera su padrastro estricto que lo obligó a venir.

Denise se colocó delante de los niños y nos informó que cada uno contaba con un gafete con su nombre para mayor seguridad. A continuación, anunció que nos mostrarían las cabañas en donde los consejeros dormirían. Le encargó a la madre de Alexis que vigilara a los pequeños, salió de la sala y caminó por un sendero rodeado de vegetación que terminaba en un terreno rocoso, se detuvo y nos permitió admirar las cabañas. A lo lejos, visualicé dos cabañas de tamaño similar a las que se presentaban a un par de metros de nosotros. 

—La cabaña del lado izquierdo es para los hombres, ustedes dormirán junto con el profesor Astor. A la derecha está la cabaña de las mujeres, les acompañarán las madres de Romeo y Ginny. Ellos están retrasados, por cierto —torció la boca sin dejar de hablar—. También dormiré en la cabaña de las chicas, por supuesto. Pueden acomodar su equipaje, cuando terminen regresen a la cabaña principal, por favor —concluyó y dio media vuelta.

—Los baños están a unos metros de las cabañas de allá —el profesor Astor apuntó con la barbilla a las cabañas que vi antes—. En esas cabañas dormirán los niños. En la derecha, las niñas, y en la izquierda, los niños —Habiendo dicho eso, intentó alcanzar la figura de la tutora, la cual estaba por desaparecer de mi campo de visión.