29. No puedo fallar.

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Dante se cubría la boca para evitar reírse. No aguantó mucho tiempo. Reía a sonoras carcajadas, golpeaba la mesa con el puño, golpeaba el hombro de Nick y se secaba las lágrimas que no pudo evitar.

—Te parece tan divertido, ¿eh? —pregunté con un enfado tan grande que se podía percibir un aura negra detrás de mí.

—Lo siento —se disculpó—. Es tan hilarante, por favor, tú jamás te habrías unido a las porristas y mucho menos tendrías puesto ese uniforme —Dante señaló la falda que usaba.

—La entrenadora me amenazó, no tuve más alternativa —tomé las comisuras de la falda e intenté bajarla un poco. No funcionó.

—Ashley no puede caerme peor —bufó Coraline—. Siempre está fastidiándome. Llega y me dice «Coraline, tienes tan poca resistencia» o «Coraline, no sirves para esto, mejor ve a comprar bebidas para las demás». ¡Estoy harta! —exclamó con los puños apretados.

—Veo que odian esto —intervino Nick—. ¿No sería mejor que abandonaran? El curso de verano es malo, claro, pero no están cómodas siendo del equipo de porristas.

—Tal vez tengas razón —murmuramos al unísono mientras lo considerábamos.

—¡No! —negó Dante—. Continúen con esto, resistan, Alexis tiene un plan increíble para las vacaciones de verano, si toman el curso, no podrán ir.

—¿Qué es? —levanté una ceja.

—Mi hermanita asistirá a un campamento estas vacaciones y su maestro pidió voluntarios para ayudarlo a cuidar a los niños. A cambio, los costos serán pagados por la escuela —explicó Alexis sin apartar su mirada del libro entre sus manos.

—¿Vacaciones gratis? —interrogó Coraline, mirándome—. No puedo perdérmelas, Sophie —afirmó y me sostuvo por los hombros. Asentí con la cabeza y me resigné. Seguiría como porrista, no había otra alternativa.

(...)

An nos pidió que la acompañáramos a la casa de la capitana del equipo de porristas, Olivia Williams, la chica tenía un par de fracturas y no podía moverse. Según la pelirroja, le alegraría que la visitáramos porque se sentía sola. Afortunadamente podíamos llegar a su casa caminando.

—Les agradezco que hayan venido a visitar a mi hija, pasen, por favor. Su cuarto es la primera puerta del lado izquierdo —anunció la madre de la joven cuando abrió la puerta y reconoció a An. Luego de que Coraline y yo nos presentáramos, entramos con miedo porque no conocíamos a Olivia. No obstante, su madre nos observaba con una gran sonrisa.

Subimos las escaleras y notamos que An abría la puerta sin tocar. Nos encontramos a una chica arrebatadoramente hermosa recostada en una cama con una pierna y un brazo enyesado. Sus ojos verdes estaban fijos en un libro y parecía realmente impactada por nuestra presencia.

—¿Eres tú, Angelette? ¡Ha pasado tanto tiempo! Me gustaría levantarme y abrazarte, pero eso me dolerá mucho —dijo ella mientras reía—. ¿Qué te trae a Sophie, a Coraline y a ti por aquí? —añadió, cerrando el libro. Me sorprendió que me conociera, Coraline reaccionó de la misma manera.

—Claro que las conozco, chicas. Sophie, tú eres la más inteligente de segundo año y estuve a punto de pedirte una asesoría en historia antes de lesionarme. Creo que no la necesitaré después porque estudio mucho ahora que no puedo moverme —contó al mismo tiempo que levantaba el libro de historia que leía anteriormente—. En cuanto a Coraline, escuché que mi exnovio te coqueteó cuando todavía salía conmigo hace unos meses y tú le diste un buen golpe. ¿Cómo olvidaría a mi heroína?

Coraline se ruborizó ligeramente y le dedicó una sonrisa.

—¿Te has sentido bien? ¿Qué te dijo el doctor? —intervino An con un semblante de preocupación.

—Bueno, esto es más lento de lo que creí. ¿En unos cuatro meses? —Olivia no sonaba deprimida, sino que estaba impregnada de optimismo. Se veía radiante aun estando tan vulnerable, si la hubiera conocido como era normalmente, ¿sería posible que fuera más resplandeciente?

—Lamento si estoy siendo indiscreta, pero, ¿cómo te heriste tan gravemente? —inquirí sin temor. Ella actuaba como una chica agradable que no se ofendería.

—Es una larga historia, supongo —ella extendió una sonrisa forzada—. No me gustaría contarla ahora.

—No hay problema —Vaya, creo que me había pasado de la raya.

An me rescató cuando cambió el tema de conversación. Le contó un par de chismes de la escuela y acerca de los ensayos del equipo, no pararon de reírse y emocionarse conforme la charla avanzaba. Coraline se unió a ellas. En cambio, yo me sentía un poco avergonzada, así que decidí limitar mi lengua esta vez.

—Alyssa ha ayudado mucho, pensaba que se negaría a hablarme siquiera. Siento que está queriendo cambiar eso, no quiere ser igual que sus amigas y eso me alegra mucho —An sonrió.

—¿Eso es lo que tú crees? —susurró Olivia y por poco no la escuché. En sus ojos revelaba que dudaba. Existía algo relacionado a Alyssa que la inquietaba. No conocía muy bien a la chica, sin embargo, participó cuando sus amigas me atacaron. Probablemente también sabía lo que Summer estaba haciendo en su momento. Era mejor temer de alguien que hasta ahora estuvo en las sombras y tuvo más tiempo para planear algo. Ese trío de amigas nos lastimó, no creo que pudiéramos soportar otro golpe, así que estaba en mis manos evitarlo. No puedo fallar.

FIN CAPÍTULO 29.












Otra comedia romántica absurda [OCRA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora