36. Buongiorno, principessa.

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Me levanté temprano por la mañana mientras todas dormían plácidamente. Como había perdido el sueño, decidí irme silenciosamente para no molestarlas. Tomé una muda de ropa y una toalla antes de abrir la puerta. 

Había amanecido hace poco, por lo tanto, las duchas estarían solas y podría bañarme sin ninguna compañía. Creí que no había nadie despierto hasta que escuché la puerta de la cabaña de los hombres. Dante salió, sorprendiéndose por mi presencia. Se acercó y caminó a mi lado. Noté que teníamos el mismo plan porque también llevaba ropa y una toalla.

—Buongiorno, principessa (Buenos días, princesa) —dijo, extendiendo una sonrisa—. Ho sognato tutta la notte con te. Andavamo al cinema e tu portavi quel vestito rosa che mi piace tanto. Penso solo a te, principessa. Penso sempre a te! (He soñado toda la noche contigo. Íbamos al cine y tú llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto. Solo pienso en ti, princesa. ¡Pienso siempre en ti!) —continuó, no podía comprender casi nada.

—¿Qué has dicho? —interrogué. 

—Es de «La vida es bella», una película originalmente italiana. Es mi película favorita —me explicó con una gran sonrisa. 

—No la he visto, cuando llegue a casa, la veré. ¿Qué me dijiste? —insistí, frunciendo el ceño. 

—Nada importante —se encogió de hombros y entró al baño de chicos. 

Al terminar de bañarme, esperé a que An despertara, tan pronto lo hizo, la acompañé mientras se duchó. Posteriormente fuimos al comedor por el desayuno. Comimos en silencio, algo raro viniendo de ella, era igual o más habladora que su hermanastro. 

—¿Qué opinas de Jared? —la pelirroja me lanzó una mirada. 

—Me parece buena persona, casi no he hablado con él. Cuando tuve la ocasión, preferí empaparlo con una pistola de agua —respondí sin despejar mis ojos de los huevos revueltos que comía. 

—Bien, espero que no te termine gustando, mi hermano se pondría triste.

Dejé de lado mi comida y me incliné hacia ella. 

—¿De qué hablas? No te entiendo. 

—Entonces era cierto, ella es demasiado distraída, incluso cayendo en lo torpe —Maggie apareció sin que me diera cuenta, estaba situada cerca de la francesa con una charola, detrás de ella se encontraba Coraline. 

—¿Torpe? ¿En qué sentido, rubia? —espeté, sintiéndome ofendida. Ella rodó los ojos y se acomodó en la mesa, Coraline tomó asiento a mi lado. 

—Los conozco desde hace un día y es casi obvio que Dante está enamorado de ti —la chica lo señaló con la barbilla, el italiano estaba en una mesa alejada en compañía de Nick, Alexis, Jared y un grupo de niñas que lo observaban como si fuera un dios griego.

—Es estúpido que todos crean eso, somos amigos —negué con la cabeza y la escruté, expectante por una respuesta. 

—Es estúpido que te aferres a esa idea —replicó ella a la vez que torcía la boca.

Quedamos nuevamente en silencio, me dediqué a cuestionarme sobre Dante. Él era alguien incomprensible para mí, era incapaz de leerlo entre líneas. Aunque fuera capaz, estaba convencida que solo me veía como una amiga e incluso una gran amiga. 

—Sophie, deberías ser novia de mi hermano —suspiró An con expresión soñadora. 

—No le gusta, Angelette. Sophie, te aseguro que Jared es mejor partido —propuso Maggie, guiñándome un ojo. 

—En dado caso que no le gustara Dante, Jared tendría menos oportunidad. Dante es mejor. Dante Moretti y Sophie Adams por siempre —le advirtió, apuntándola con un dedo como si estuviera retándola a un duelo. 

Otra comedia romántica absurda [OCRA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora