Capítulo 2

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Mientras el poderoso y atractivo Endimión Shields (como debía ser llamado en público por sus trabajadores y amigos) se reunía a puerta cerrada con el "gran sabio" para recibir algunas órdenes, una bella castaña de pronunciadas curvas atendía a una elegante pero muy seria doctora.

Lo extraño fue lo que le escuchó decir por teléfono mientras se acercaba a su mesa.

—sí, si Mina, todo se fue al demonio. Ahora sí es definitivo. Mejor ven y te cuento. ¿En serio? ¿Desde cuándo eres la mata de la responsabilidad? Ok, te lo agradezco mucho. Aquí te espero. Si, ya la llamé. Dijo que no tardaría. ¿Dónde más? con su papá. Sabes que siempre va. Bueno, adiós. Nos vemos.

—¿señora Mizuno?—le preguntó algo apenada mientras Amy guardaba el celular en la costosa bolsa azul "Louis vuitton"

—ay Lita, —río—te hemos dicho como un millón de veces que no seas tan formal, ¿Por qué? Nosotras te consideramos nuestra amiga.

—eh...gracias—la miró y sonrió con ella—es que no sé, aun me cuesta trabajo.

—ok, olvida eso. Necesito pedirte un favor.

—si claro, ¿en qué puedo ayudarle?

—¿vendes licor?

—no somos un restaurante bar pero si, si hay. Tenemos de toda clase de vino y champagne. ¿Qué le gustaría ordenar?

—hmmm, déjame ver, —se llevó un largo y arreglado dedo a la boca—a Serena le gusta el vino dulce. A Mina le gusta el vino blanco. Pero como vamos es a celebrar... —sacó su tarjeta de crédito y se la pasó—ten. Tráeme dos botellas de champagne y ah sí, necesito pedirte otro favor.

—¿Cómo cual será?—la miró muy divertida porque al parecer Amy había estado bebiendo.

—que cierres el restaurante. Cobra lo que quieras pero quiero tener este lindo lugar para mí y mis amigas el resto de la tarde. ¿Puedes?

—claro, claro que sí. De no ser por usted y sus amigas, mi restaurante no habría tenido tanto éxito como lo ha tenido hasta ahora. Así que así no me hubiera dado esta tarjeta, —se la mostró—no le habría cobrado por eso. Solo le registrare lo de las botellas. Es que a eso no le gano casi nada señora, ¡son muy caras! La comida si va por cuenta de la casa.

—¡ay Lita!—se levantó eufórica y la abrazó— ¡eres un amor! Eres tan amable y dulce. ¿Cómo es que no tienes una linda sortija de casada todavía eh?

—hmmm, a saber señora Mizuno. —río con ella.

—¡oye! No más de eso. De hoy en adelante Amy. Ahora soy señorita Amy de nuevo, ¿de acuerdo? ve, ve mejor y me traes esas botellas, pones algo de música, y te tomas una copa conmigo mientras estas degeneradas llegan, ¿sí? hoy estamos celebrando Lita, —levantó una copa –mi libertad, ¡vete al demonio Richard! Yo valgo más de lo que piensas. Infeliz. ¡¿Cambiarme a mí por esa escoba con falda?! ¡Ja! ¡Idiota! Pero ya veras, ya verás lo caro que te va a salir, ¡te voy a desplumar, mi amor! No voy a dejar que una maldita se...

Y mientras Amy alegaba sola por lo que le hizo su ahora aparente ex esposo y Lita iba por las botellas, Serena estaba como casi siempre llorando frente a la tumba de su padre.

Pero lo que ella no sabía es que ese día no estaba tan sola como siempre.

—papá, papá...cuanta falta me haces todos los días. No sabes como deseaba que pudieras ver mi título, ¡me gradué! Saqué mi carrera adelante a pesar de lo duro que fue y lo hice más que nada por ti. Quiero poder encontrar al ¡maldito!—apretó un puño de ira—que te torturó y que te mató de esa forma tan bestial. Aún sigo esperando poder hacer justicia pero, pero nada de eso hará que pueda verte de nuevo. —Se quitó las lágrimas— Papá...papá....

El caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora