El caballero

Capítulo 15

Seis meses se fueron en un abrir y cerrar de ojos. Serena y Darien al final habían sucumbido (después de muchas salidas) a lo que ambos sentían cuando estaban juntos, a la pasión, al deseo, al amor. Después de estar saliendo por un mes y sobre todo después de la tarde que habían pasado aquel día en el rancho, se convirtieron en novios. En los novios más enamorados que alguien hubiera podido ver en la vida.

Al principio el "gran sabio" se había opuesto rotundamente a esa relación porque le daba miedo. Le preocupada que Serena se terminara enterando de quien era Darien en realidad y acabara con su negocio; pero más grave que eso, con su hijo, con Zafiro por la muerte de su papá. Más relajado cuando Darien manipuló la situación diciéndole que si él estaba con ella estaría un paso más delante de la policía, hizo lo de siempre, dejó todo en sus manos.

Darien tuvo una breve charla con el "gran sabio" sobre el noviazgo que mantenía con ella pero Serena, Serena aun discutía con Haruka por eso.

Haruka recibió el rechazo de gran parte de su familia cuando decidió "salir" del closet y decir que era cierto lo que le decían en la escuela y mientras creció. Aceptó después de muchos años y de luchar contra ello, que era gay, que le gustaban muchísimo las mujeres. Siendo fuertemente rechazada por su familia cuando declaró que era gay y que estaba enamorada de una de sus mejores amigas, tuvo el respaldo de Serena. Serena la defendió a capa y espada y fue tanto su apoyo que hasta le ofreció su casa; lo cual Haruka tuvo que rechazar aunque no quería porque Michiru ya le había ofrecido la suya. Triste por Seiya pero feliz por ella, ya llevaba cuatro meses viviendo felizmente con su novia y discutiendo con Serena cada que la veía. Sospechaba de Darien y no importaba cuantas explicaciones le daba Serena sobre su novio, ella aun no creía que él fuera bueno para ella.

Todos siguieron con normalidad sus vidas pero ese día, justo ese día, se complicarían muchísimo las cosas.

— ¿Seguros muchachos? Porque si quieren se pueden ir que...

— Tranquilo jefe. —Le sonrió Yaten mientras se subía a la gran moto negra y Taiki subía a la de él—Es mejor. Los dejamos en su casa y de ahí si nos vamos. No se preocupe por eso.

— En ese caso...vamos Fiore. Nos dejas y de ahí te puedes ir a hacer lavar la camioneta.

Darien (o Endimión como era que Serena lo conocía) subió a la camioneta que manejaba su chofer con Serena y era extraño. Por más que no quería se sentía ansioso, preocupado. Subiendo con Serena mientras Yaten y Taiki se preparaban para seguirlos, estaban completamente inocentes de lo que pasaría.

Unos minutos después y mientras Yaten y Taiki los seguían de cerca y Fiore manejaba la camioneta....

— Ay Endimión, mi amor, no seas así. Sabes que no me gusta estar yendo a esos lugares y además ya despertaste mi curiosidad. ¿Qué es lo que quieres decirme?

— Angel, mi hermoso ángel de ojos azules, —le acarició el rostro y luego miró con una gran sonrisa el cristal de plata. El collar, que como ella se lo había prometido, nunca se quitaba—no seas tan impaciente. Salgamos esta noche y....

Darien no pudo decir nada más porque el fuerte ruido de unas balas y el sonido de las llantas pegando contra el pavimento cuando Fiore aceleró mucho la camioneta, no lo dejaron decirle lo que iba a decirle. Abrazándola y agachándose con ella para protegerla mientras les seguían disparando, no podía ver nada de lo que estaba pasando ni mucho menos quienes los estaban atacando.

No sabía todas las proezas que estaban pasando sus amigos para protegerlo, para salvarlos.

— ¡¿Gente de los Uzumaki, Taiki?! ¡¿Pero qué putas les pasa?!