Capítulo 27

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Una semana había pasado y había sido la semana más larga de toda la vida para cada uno de ellos. Para Darien y Serena no había sido más que una semana llena de dolor porque Serena no hacía más que lastimar a Darien con cada cosa que hacía. Serena le pidió el favor a Taiki (lo había visto en un almuerzo que tuvo con él y con Amy por esos días) de recoger las cosas que tenía en la casa de Darien. Dijo que le pedía el favor a él porque no podía comunicarse con Yaten por más que lo llamaba al celular. Y es que si, ese era otra historia.

Yaten no alcanzó a llegar a tiempo al aeropuerto y en cambio tuvo que ver como despegaba un avión que muy seguramente era en donde estaba ella yéndose y partiéndole el corazón, de nuevo. Sin más opción que salir de ahí y volver a su casa, se fue igual a como iba ella en ese cómodo asiento de avión rumbo a Londres. Se fue con el corazón destrozado. Llevaba una semana tomando de seguido cada noche y claro, él no era el único. Andrew que no hacía más que llamar a Lita a pedirle que lo perdonara, estaba como él y como Darien. Tomaba cada noche y ese era peor que los otros dos. Andrew le buscaba problema a cualquiera porque le gustaba descargar en aquellas peleas (de las que Seiya lo sacaba casi que agonizando) toda la frustración y el dolor que llevaba por dentro.

Una semana había pasado y todo había estado, bueno, relativamente tranquilo hasta ese día. Darien creía que no podía pasar nada peor que haber enterrado a su hermana, ser enemigo de la otra, y que la mujer que amaba lo odiara. No creía poder estar peor de lo que estaba en ese momento hasta que el teléfono de Taiki sonó.

— ¿Bueno? Hola Serena y, no, no, Amy no está conmigo. No espera, ¡¿qué?! ¡¿Cómo así que no fue a trabajar?! Ella no hace eso. ¡Claro que no está conmigo! Nosotros nos despedimos el viernes porque yo tenía que venir al rancho a; no, no andábamos de paseo de fin de semana. Esto está muy raro Serena y lo mejor es que...

— Oye Taiki, ¿qué es lo que pasa? ¿Por qué estás tan alterado?

— Es Serena señor.

Lo miró y Taiki estaba blanco. Estaba pálido porque presentía que algo muy malo le había pasado a Amy.

— Serena me está diciendo que Amy no; no, no, no Serena, ¡no hagas eso! Nada de poner denuncias. Ya mismo voy para allá a averiguar qué fue lo que pasó con Amy. Claro, claro, te llamo si sé cualquier cosa. Nos vemos.

Taiki colgó, guardó el teléfono en su chaqueta de cuero nueva (una de las que Amy le había regalado) e iba a salir a buscarla pero Darien lo detuvo.

— Espera Taiki, ¿para dónde vas?

— Van a tener que hacer la entrega solos porque me voy a la ciudad a buscar a Amy señor. Tengo que irme porque no sé porque pero presiento que algo malo pasó. Amy, Amy no es así. Ella es muy responsable con su trabajo.

— Antes que nada, tranquilízate y ve a buscar a Yaten. Dejaremos encargados a los muchachos de la entrega y...

Cuando en esas, sonó de nuevo el teléfono de Taiki.

— Debe ser Serena otra vez. ¿Serena?

— ¡Taiki!

— ¡Amy!—Se le dilataron las pupilas del susto cuando Amy gritó por el teléfono— ¿Dónde estás? ¡Amy!

— ¿Escuchaste? Aquí tenemos a tu noviecita hijo de la gran perra y si no quieres que te la mate y además le haga otras cosas....

— ¡¿Quién mierda es?! ¡Hable! ¡¿Por qué tiene a mi mujer y por qué me está amenazando con eso?!

El caballeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora