Mientras muy lejos del rancho de Darien los hombres de Zafiro metían los cadáveres de Nicolás y Rei a un auto para hacerlos estrellar y que pareciera eso, que habían muerto en un accidente automovilístico, Darien era despertado de su confortable y muy reparador sueño por uno de sus más confiables trabajadores.
Levantándose de la cama y teniendo mucho cuidado de no despertar a Serena, la acomodó con delicadeza y le dio un dulce beso en la frente antes de ir a la puerta y ver qué era lo que Malachite quería a esa hora de la noche. Eran más de la diez. Más le valía a Malachite que se tratara algo de vida o muerte porque Darien estaba más que cómodo durmiendo abrazado a Serena. Estaba que no se cambiaba por nadie.
— Malachite, ¿Qué pasó? De sobra sabes que cuando...
—...que cuando esta con ella no le gusta que lo molesten para nada y deja que me encargue de todo pero no, hoy no puedo hacer eso señor.
Darien se cerró mejor la bata de dormir y empezó a mirarlo muy preocupado.
— Acaba de llamar Yaten señor. Dice que la cosa con el perro de Uzumaki, su primo y sus hombres, esta color de hormiga.
— Ay no. —Se llevó una mano a la cabeza con desesperación— ¿Y que más dijo?
— Sólo dijo que Uzumaki exigía hablar con alguno de los jefes; o sea con alguien de los Black o con usted señor. Le dije que ya mismo nos íbamos para allá a ser sus refuerzos pero...
— No, lo mejor es cortar esto por lo sano. Nos vamos ya mismo para allá Malachite; y Malachite...
— ¿Si señor?
— Ve con los muchachos y que se alisten. Preparen las mejores armas que tengan porque aunque voy a ir a tratar de ver como resuelvo este mierdero en el que nos metió el "gran sabio" de forma civilizada, nunca se sabe. Es mejor ir preparado.
— Sí señor.
— Malachite, ¿de casualidad no tienes algo de ropa que me puedas prestar?
Sonrió y lo miró con los ojos entrecerrados.
Darien era el jefe de todos ellos y era la máxima autoridad impuesta en ese y en muchos otros ranchos por el "gran sabio" pero él no los veía como eso, siempre los vio como sus amigos. Por eso riéndose y haciéndolo reír con su pregunta, pasó a explicarle (mientras Malachite sonreía de verlo tan apenado) porque le estaba pidiendo prestada algo de ropa.
— Serena. Si entro y empiezo a buscar ropa para cambiarme, seguro la despierto y después empieza a hacer preguntas que no le puedo responder y ahora no tengo tiempo para eso.
— Que hablando de eso y con todo el respeto que usted me merece jefe pero... ¿en serio? ¿Hasta cuándo piensa seguir con esa muchacha? Eso puede terminar siendo un problema para usted.
— Y se pone peor Malachite.
Sonrió mientras le puso una mano en el hombro y empezaba a caminar con él hasta su habitación para poder cambiarse y salir con ellos.
— Hoy le pedí que se casara conmigo y me dijo que sí.
— ¿Qué usted hizo qué cosa? Ay no señor, no puedo creer que sea verdad lo que me está diciendo pero está bien, entiendo. Vamos, se cambia y pues, ahí disculpara usted que la ropa no sea tan fina como la suya pero eso sí, es cómoda y está muy limpia.
— Tú como siempre tan amable conmigo Malachite y bueno, recuérdame entonces subirte el sueldo para que compres más ropa.
Rieron mientras Malachite sacaba prendas de su "modesto" armario y las ponía sobre la cama.
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El caballero
FanfictionHola, hola mis estimadas monnies lectoras :) El dia de hoy les traigo esta historia que escribi hace, guau, creo que hace mas de un año, con la ayuda de una de mis mas queridas amigas, con Clarissa. El caballero es una historia que cuenta de la vida...