Pese a estar prácticamente todo el día en las nubes, posiblemente en cualquier otro lugar que la alejara de la realidad asfixiante que significaba su existencia y su entorno, Mia no podía evitar pensar que aquel momento superaba con creces cualquier atisbo de realidad. Jamás había creído posible vivir el momento mágico de encontrase cogida de la mano con Hyden Devan, después de haberla rescatado de las garras recubiertas de ideas e intenciones de Melanny y quien había sido una de las que se habían quedado pasmadas, de pie, con la boca abierta y observándolos como se alejaban camino al interior de lo que parecía ser el escenario... el escenario.
Mia sintió un espasmo y se detuvo bruscamente, arrastrando a Hyden que la miro con los ojos entrecerrados, molesto. ¿El escenario? Su imperiosa ensoñación no incluía el ser asesinada por cientos de fans que después de superar la sorpresa de verla junto a él —y felizmente agarrada de su mano—, no tardarían —ni dudarían— en comenzar a lincharla.
Sí, sí, admiraba a Hyden, le gustaba muchísimo, posiblemente se había enamorado como una tonta, pero de ahí a ser asesinada por sus fans... eso hería su autoestima, si es que tenía alguna y tampoco entraba dentro de sus planes más próximos y menos por algo que todos malinterpretarían de inmediato.
—¿A dónde vamos?
Hyden bufó.
—A dar un paseo, ¿a ti qué te parece?
—Pero, pero...
Mia señaló nerviosa la puerta por la que llegaban los exagerados gritos de todos sus fans y luego lo miró.
—¿Qué? —Hyden gruñó impaciente—, ¿realmente necesitas decir algo ahora? El concierto empieza en cinco minutos. No tengo tiempo de escucharte.
Mia lo miró con ansiedad y luego dirigió la mirada a la puerta donde los gritos parecían aumentar de volumen.
—No puedo subir al escenario —dijo tajante, segura de que plantaría los pies en el suelo y no se movería un milímetro más de donde se encontraba si Hyden la obligaba a continuar
Sin embargo la expresión del cantante cambió; alzó las cejas y la miró de la manera de alguien que está considerando muy seriamente si la persona que tiene enfrente tiene algún problema de deficiencia mental o simplemente era un caso de locura normal. Finalmente hizo un chasquido con la lengua y la asesinó, varias veces, con los ojos.
—¿Por qué deberías subir al escenario? —murmuró lentamente, con un tono ronco de irritación y fastidio que resaltó con un dramático movimiento de mano.
Mia decidió ignorarlo todo.
—Pero...
Hyden gruñó.
—Vale. Suficiente. Cállate —empujó de su mano y continuó arrastrándola sin ningún problema. Mia lo siguió reticente y casi dio un respingo, preparada para escuchar como el barullo de voces se apagaban y quedaban en silencio antes de que comenzaran a lanzarla algo —cuanto más duro y pesado mejor—, pero nada cambio y Mia se aventuró a mirar al otro lado.
No era el escenario, era una puerta lateral bastante discreta oculta tras una enorme barra de hierro que formaba parte de la estructura ambigua del escenario, al otro lado de donde se encontraban. Era una de las dos plataformas paralelas que representaban los dos brazos gigantes del diseño, altas, enormes, imponentes y custodiadas por andamios estratégicos y resguardadas por varios miembros de seguridad. Mia giró el cuello para mirar al cantante.
ESTÁS LEYENDO
Noche Oscura
Teen FictionMia es una chica de dieciseis años que decide pasar el verano con su tio en Montana, en un intento por huir de algo que la esta agobiando, pero termina viviendo con Hyden, el cantante de mayor exito del momento y del que Mia estaba platonicamente en...