—¿Feliz?
Mia entró a la casa y fue directamente a la cocina a dejar las bolsas de la compra sobre la mesa. Después se volvió hacia Hyden que hizo el mismo recorrido, dejó las que él había cogido al lado de las de ella y comenzó a rebuscar dentro, seleccionando aquello que pudiera perderse o necesitara estar refrigerado y lo fue metiendo en el frigorífico como si ella no se encontrara allí o simplemente fuera parte de la decoración.
Cuado terminó, volvió hacia la puerta y salió de la cocina haciendo que Mia se sintiera como si se hubiera vuelto invisible de pronto.
—¡Hyden!
Salió corriendo detrás de él y se detuvo de golpe cuando él también lo hizo al lado de las escaleras.
—¿Qué?
Su voz sonó igual de helada pero no trataba de contener la rabia.
Mia vaciló.
—¿Sabes...? —Tragó saliva para dar un poco de fuerza a su voz—. ¿Tienes idea de lo que habría pasado? —Ya sin hablar con el tema de que podía haber matado a alguien.
Hyden se dio la vuelta y dio un paso hacia ella, alejándose de las escaleras. Mia retrocedió instintivamente.
—¿Lo sabes tú realmente?
—¿Qué?
Hyden dio otro paso hacia ella y Mia dio otro paso hacia atrás. La expresión de Hyden estaba lejos de ser sosegada. Sus ojos brillaban peligrosamente y su color casi transparente parecía hacerse más liquido, más irreal.
—¿Sabes lo que habría pasado? ¿Sabes realmente lo que habría pasado en cualquiera de las dos situaciones?
—¿Las dos... situaciones?
¿Por qué la situación había tenido que invertirse de esa manera? La rabia que Mia había sentido hacía solo un momento se había desinflado completamente, dejándola tan fría que las palabras del cantante comenzaban a hacerla sentir culpable.
—¿Necesitas que te lo explique?
—Pues, sí, mira, lo necesito porque no lo entiendo.
Hyden bufó y puso los ojos en blanco. Al haberse quitado completamente la capucha tenía el cabello revuelto y mechones de diversos colores caían sobre su rostro.
—Dime, ¿qué dos situaciones crees que se habrían presentado?
Mia sacudió la cabeza y se encogió de hombros, mediando lo que quería decir, pero volvió a dar un paso hacia atrás cuando Hyden dio un paso hacia ella.
—No lo sé, tal vez...
—Uno —soltó Hyden con rudeza. Mia puso mala cara—, que ellos ganasen.
—¿Ganar?
Mia se atragantó con la peligrosa mirada que el cantante le lanzó en ese momento y cerró la boca.
—¿Te hubiera gustado comprobar qué hubiera pasado si te quedabas allí?
—No, claro que no —Mia se cruzó de brazos—. Pero parece que no entiendes lo que es evadir una pelea, ¿no?
—Evadir los problemas no significa que se solucionen.
Mia abrió la boca para protestar pero la volvió a cerrar sin argumentos.
—Vale, pero...
¿Había otros métodos? Por la forma que Hyden la miraba, Mia no fue capaz de terminar la frase. Ella se hubiera dejado arrastrar posiblemente. No hubiera peleado. Hubiera soportado y después habría intentado integrarse en el grupo. Convertirse en uno de ellos... Ella era una cobarde y no encontró las palabras ni las fuerzas para decir algo así a Hyden.
Desvió la cabeza.
—Aquella noche —siguió Hyden—. Si no hubiera llegado yo, ¿qué habrías hecho?
Mia se mordió el labio y dejó caer los brazos derrotada, sin mirar al cantante.
—No lo sé.
Nada. Esa era su verdadera respuesta. No hubiera podido hacer nada más de lo que hizo pero no quería decirle eso.
—¡Claro! Y dime, ¿crees que siempre habrá alguien que aparecerá para ayudarte?
—No, pero...
—Si tú no haces nada para solucionar un problema, el problema no se resolverá solo ni aparecerá nadie para hacerlo por ti.
Hyden se dio la vuelta hacia las escaleras.
—Tú apareciste —dijo Mia rápidamente, haciendo que Hyden se detuviera.
—Sí, cierto, ¿quieres que vuelva a disculparme por estropearte aquel día la fiesta?
Mia hizo una mueca.
—Me molesta que sigas diciendo eso.
—¿Te molesta?
Hyden comenzó a reír.
—Sabes que no... era una fiesta.
—Cierto —Hyden volvió a girarse, metiendo las manos en los bolsillos y la miró con expresión divertida—. No te va lo duro ni nada de eso.
Mia puso los ojos en blanco, sintiendo que el rubor regresaba a sus mejillas.
—No, no me gustan esas cosas.
—¿Y las has probado?
—¿Qué? —gritó Mia avergonzada, mirando hacia los lados como si temiese que apareciera alguien por alguna de las habitaciones—. ¡No!
Hyden apoyó la espalda en la barandilla y la observó con una sonrisa traviesa.
—¿Y entonces cómo sabes que no te gusta?
Mia abrió y cerró la boca varias veces sin saber qué decir, después decidió que su cara ya era lo suficientemente divertida para el cantante para seguir dándole gusto con las incoherencias que saldrían de sus labios.
—Espero que sepas que acabas de ganarte unos enemigos haciendo lo que has hecho a esos chicos —dijo atropelladamente, intentando recuperar su orgullo.
Hyden ensanchó la sonrisa y miró al suelo mientras se enderezaba y comenzaba a subir las escaleras.
—No es como si fueran a convertirse en mis amigos desde un principio.
Mia suspiró.
—¿A dónde vas?
Hyden siguió subiendo las escaleras y sólo ladeó un instante la cabeza para mirarla. Sus ojos brillaban de manera extraña.
—Seguiré el programa establecido en estos casos y me aislaré para reflexionar sobre mi mala conducta.
Mia creyó escucharle reír mientras se deslizaba hasta su habitación y cerraba la puerta, preguntándose cuál era la otra opción de la que Hyden había hablado.
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Uff, estos días teno menos tiempo que de costumbre :s un capitulo cortito pero al menos puedo actualizar el lunes como quedamos, jeje
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Noche Oscura
Teen FictionMia es una chica de dieciseis años que decide pasar el verano con su tio en Montana, en un intento por huir de algo que la esta agobiando, pero termina viviendo con Hyden, el cantante de mayor exito del momento y del que Mia estaba platonicamente en...