Capitulo 25

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Mia se aseguró de que no hubiera ningún rostro conocido en el metro; no al menos aquellos con los que no tenía ningún interés —ni ganas—, de encontrarse ya que mientras esperaba en el anden sí que vio algunas caras de su mismo curso y hasta de su clase con quienes se saludó con un intercambio de cabeceos y sonrisas vagas.

Tal y como iban las cosas últimamente Mia empezó a preguntarse cómo había conseguido sobrevivir todos esos años. Tampoco estaba segura de si hubiera conseguido dar todo ese cambio —y de alguna manera de lo que le parecía a ella radical—en otras circunstancias, pero creía que Hyden había abierto la cerradura de su jaula. Aunque tan sólo la hubiera entreabierto un poco y únicamente por curiosidad.

Llegó a casa más agotada de lo esperado y se encerró automáticamente en su habitación, agradeciendo que la casa aún estuviera vacía y se tumbó en la cama, contemplando distraída uno de los posters gigantes que colgaban del techo. Con pereza, buscó el bolsillo de la chaqueta donde había guardado el teléfono y tras varios tanteos y algunos movimientos para acceder al bolsillo, consiguió alcanzarlo y lo puso frente a su cara, observando embobada la pantalla oscura.

Hyden había dicho que hablarían después. ¿Y eso cuándo exactamente significaba? Porque lo que a ella pudiera ser ese después seguramente no lo era para Hyden. Tal vez tenía que esperar un día, dos, una semana e incluso un mes. Sí, con Hyden nunca se sabía y posiblemente el cantante lo haría para causarle una ulcera.

Mia no reflexionó demasiado sobre ello. No es que fuera parte de sus proyectos en la vida terminar siendo una más con una úlcera en el estómago por culpa de Hyden como Melanny o la mayor parte de su equipo. Se incorporó un poco más, lo justo para agarrar la mochila que había dejado en el suelo y sacar el i-pod; después volvió a tumbarse y se ajustó los auriculares mientras seleccionaba la lista de reproducción que más le apetecía escuchar y siguió jugando con el móvil un poco más, sin pensar nada en concreto hasta que la pantalla del móvil se encendió, posiblemente sonando, algo que no escuchaba por culpa del volumen de la música que comenzaba a perforarle los tímpanos.

Hyden...

Se quitó rápidamente los auriculares y se incorporó antes de contestar la llamada.

—¿Si?

—¿Aún sigues en clase?

¿Conocía la palabra hola o algún otro tipo de saludo típico o no le habían dado esa clase?

—No, estoy en casa.

—Te has dado prisa en regresar.

—No tenía nada que hacer en el instituto.

Ni con sus amigos, compañeros, conocidos y mucho menos con...

—¿Y tu amiguito?

Jake, y mucho menos con Jake.

Mia suspiró ruidosamente. ¡Era tan agotador hablar con Hyden! Usaba ese tono neutro que podía haber significado cualquier cosa pero que sin lugar a dudas demostraba que estaba enfadado.

—Lo de antes... Jake es sólo... —comenzó Mia a la defensiva.

—¿Buscas una excusa?

—¿Hm?

No era una excusa exactamente lo que iba a darle aunque una vez que el cantante lo había mencionado sí que podría parecerlo.

—Si tienes que dar una excusa, será porque tienes algo que explicar.

Sí, hablar con Hyden era agotador; y más si usaba ese tono de voz... Mia no creía poder decir aquello pero en ese momento prefería su tono agrio e indiferente, al menos eso era parte de él, eso otro significaban problemas.

Noche OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora