Hyden se apartó de ella despacio, con la misma delicadeza con la que la había besado y los dos se observaron en silencio. Mia comenzó a oír otra vez la voz de Hyden a través de los auriculares, al mismo compás que los fuertes latidos de su corazón, hasta que ella se lanzó hacia delante y volvió a besarlo, únicamente uniendo sus labios entreabiertos, sin que ninguna otra parte de su cuerpo llegara a rozarse.
—La canción... —susurró Mia echando la cabeza hacia atrás.
Decir que estaba roja era mentir. No sólo podía notar la sangre acumulada en su rostro, sino que parecía que todo su cuerpo había subido de temperatura, algo que no ayudaba al revoloteo incesante en su estómago y Mia se llevó una mano al pecho, sin apartar la mirada de Hyden que se mantenía insufriblemente tranquilo y era imposible adivinar qué estaba pasando por su mente en ese momento, y dándose cuenta de que tenía una sonrisa tonta en los labios.
—¿Te ha gustado?
—¿Eh?
Mia escuchó su propia voz escandalizada, algo ronca y bajó rápidamente la mirada.
Hyden se echó a reír.
—Me refiero a la canción.
—Ah... ya...
Mia sopló con fuerza, notando que el calor de sus mejillas subía aún más de temperatura y se llevó la mano libre a la mejilla, agradeciendo sentir algo de fresco, aunque no lo suficiente, deseando que una de las extravagancias del cantante hubiera sido tener un frigorífico en la habitación y poder meter la cabeza en él.
—Está bien...
¿De qué trataba la canción?
Mia intentó estrujarse el cerebro, acordándose de al menos el principio de la canción, pero en ese momento no conseguía siquiera pensar en una palabra que hubiera destacado en la letra. Abrió y cerró la boca, débilmente y sintió como el cabello le caía en la cara, sin atreverse a levantar la cabeza y mirar a Hyden.
—¿En serio?
Mia se humedeció los labios, aún sintiendo la calidez y la delicadeza con la que Hyden los había besado y el revoloteo se intensificó, obligándola a agarrarse a la cama para no desvanecerse.
—En realidad... —musitó, tratando de ser sincera—. No la he escuchado bien.
—Hmm.
Mia levantó la mirada. Hyden tenía la cabeza ladeada y la observaba con una sonrisa divertida.
—La volveré a escuchar —dijo, poniendo los ojos en blanco, algo molesta porque solo ella se sintiera tan perturbada por el beso mientras él estaba tan fresco. Era evidente que había una gran diferencia de experiencia. Ella era una chica que no había salido aún con nadie mientras que él seguramente había estado cambiando de novia a la semana.
Dejó escapar un suspiro y trató de alcanzar la grabadora con la mano, pero Hyden se la quitó de su alcance.
—No hace falta que la vuelvas a escuchar.
—¿Qué?
Mia entró en pánico y se abalanzó hacia la grabadora, comprendiendo de pronto que acababa de perder la oportunidad de escuchar una canción inédita de Hyden por primera vez.
—Ya la escucharás en otro momento.
—¡No! Déjame escucharla otra vez.
—Estate quieta.
—Sólo una vez más.
—No.
Hyden intentó quitarle los auriculares y Mía dio un grito, poniendo las manos sobre las de Hyden, impidiéndole que se los quitara y los dos se quedaron mirándose en silencio, Hyden con una de esas expresiones que tan bien sabía poner, entre la sorpresa por su reacción —o puede que por el grito histérico que acababa de dar—, y la cara de fastidio que tantas veces le había visto poner ya.
—Eres cabezota, ¿eh?
—Sólo una vez más —suplicó, sin apartar las manos.
No necesitaba presuponer qué pasaría si apartaba las manos. Hyden le quitaría los auriculares y fin del tema.
Hyden bufó e hizo una mueca, desviando un segundo la cabeza antes de doblar la espalda y volvió a besarla, deslizando la lengua entre sus dientes, empujando suavemente sus labios en un beso mucho más intenso, haciendo que Mia se aferrara a él con una mano, temiendo caer hacia atrás, intentando seguir su ritmo torpemente y olvidándose de los auriculares.
—Ah... —Mia protestó cuando Hyden apartó sus labios de los de ella y se echó un poco hacia atrás.
De alguna manera, la espalda de Mia había ido cediendo hacia atrás y Hyden se encontraba inclinado sobre ella. El cantante la miró un momento y luego le quitó bruscamente los auriculares, levantándose ágilmente y la agarró del brazo empujándola hacia la puerta y prácticamente la echó fuera de la habitación antes de que ella tuviera tiempo de sobreponerse del último beso.
—Fuera.
—Pero...
Mia intentó protestar, puede que realmente su mente, en otras circunstancias hubiera usado la palabra negociar, pero en ese momento sólo quería quedarse más tiempo con él.
—¿Pretendes pasar la noche en mi habitación?
Todas las protestas —porque su mente seguía sin ser capaz de usar la palabra negociaciones—, murieron en su garganta —o puede que lo hicieran en algún punto de su cerebro—, pero Mia o bien interpretó erróneamente la interpretación a la pregunta del cantante o no había más de una interpretación a la pregunta, pero no fue capaz de que de su garganta saliera un sonido coherente. De ningún tipo.
—Eh... ¿Eh?
Hyden hizo una mueca de fastidio y puso los ojos en blanco antes de mirarla y sonreír de manera distante.
—La tuya está al lado, buenas noches.
Y cerró la puerta antes de que ella pudiera decir nada.
Durante unos minutos —segundos interminables—, Mia miró la puerta cerrada como si estuviera alucinando, después parpadeó repetidamente y aún confusa, se giró como un autómata, entrando a su habitación y se apoyó en la puerta una vez la cerró lentamente, mirando la ventana y la poca claridad que entraba por ella. Al final, se llevó los dedos a los labios y los presionó recordando, sintiendo aún la sensación de tener los de Hyden tocándolos y se dejó caer hasta el suelo.
—¿Y si hubiera dicho que sí?
Mia sacudió la cabeza y sonrió tontamente, preguntándose si realmente quería volver y decirle a Hyden que sí se quedaba a dormir en su habitación.
—Mejor no.
Se frotó con fuerza la cabeza ahogando un gritito y suspiró, quedándose completamente quieta.
Al menos lo que era seguro era que esa noche no conseguiría conciliar el sueño.
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Nooo, no era tan mala para cortar el beso de aquella manera (capitulo anterior xD), pero... xDD
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Noche Oscura
Teen FictionMia es una chica de dieciseis años que decide pasar el verano con su tio en Montana, en un intento por huir de algo que la esta agobiando, pero termina viviendo con Hyden, el cantante de mayor exito del momento y del que Mia estaba platonicamente en...