Una guerra santa II

27 3 0
                                    

Todos, excepto Dante y Crimea, salieron del callejón atravezando una gruesa cortina de humo causado por los escombros. Jennifer apenas había podido salvar las maletas.

Allí se encontraban, fuera de un edificio residencial medio destruido y para completar el combo, con un grupo de hombres acompañando a unos de los hombres más detestables del mundo, Miguel. Sasha le maldijo hasta las cien siguiente generación mientras les tocaba rendirse ante la ventaja numérica que les tenían.

-Bueno, esto se debería considerar un día de suerte. He cogido a dos nefilims y he matado a un tercero, cogi a perras muy perras y me quite del medio un mierdesilla del camino de paso y todo esto con solo tres kilos de sentex.- dijo mientras sacaba una espada que supuraba un líquido negro. -¿Y ahora a quien mato primero? ¿Al cocainomano? ¿A la chica eléctrica? ¿A la perra que lleva las maletas con la información que necesito? ¿O a la zorra con la...? -Se acerca a Sasha y la mira fijamente. -¿Y tú cicatriz? No me digas que te la quitaron. Esa cicatriz me daba un morbo, unas ganas de lamerla mientras te cogía bien duro.

-¡Vete a comer mierda, garbimba hijueputa! -Dice ella en español y escupiendole.

-Insultos colombianos, buen toqué. -Dijo limpiandose la cara. - Pero tu madre te debió haber enseñado algo más que hablar con "ñeros".

-No metas a mi madre en esto.

-Vale, pero que sepas que de tal palo, tal astilla; y tu madre era muy...

-¡Hey, cabeza de pene! Yo soy el único que la puede insultar. -Dijo Argenta con una sonrisa mientras todo mundo se intentaba no reirse.

-¿Cómo me has llamado? ¡Vamos! Repitemelo si eres hombre.

-Te he llamado CABEZA DE PENE. Es solo cuestión de mirarse al espejo y apreciar ese undercut tan feo.

Argenta y Miguel se miraron a los ojos, era obvio que a Miguel le sentó muy mal que le dijeran eso, sobretodo cuando es el peinado de moda.

-Debo suponer que eres el hermano de Dante.

-Eso depende de tí. Deber o no deber, esa es la cuestión.

-¿Asi que tenemos a un Joker? Lastima que no este Dante para defenderte.

-No me hace falta, sé defenderme solo.

-¿De verdad? Pues vamos a comprobarlo.

En ese momento, Miguel, levantó su espada y Argenta detuvó su movimiento congelando su brazo. Nadie se podía creer eso, que Argenta pudiera defenderse.

-Se me olvido decirte, utilizó poderes de frío.

Argenta volvió a atacar, esta vez con un puño recubierto de una gruesa capa de hielo. El puñetazo fue el doble de impresionante con el rayo que salió del callejón. Jennifer no desaprovechó el momento para atacar a su enemigo ya aturdido, los guardaespaldas que Miguel traía, ni siquiera movían un músculo del miedo.

Jennifer, retrocedió de un salto al sentir el cambió de aura de Miguel al ver que Crimea salía del callejón con la chaqueta de Dante puesta. Miguel solo se le acercó con una sonrisa mientras intentaba aparentar alegría de verla.

-Crimea, querida, mucho tiempo sin... ¡AAAAHHHH! - Miguel recibido un poderoso rayo que le destrozó el brazo. -¡¿Por qué hiciste eso, hermosa?!

-Mira, hijo-puta. Tú no eres nadie para tratarme con cariño. Al menos, Dante se preocupa por mí.

En ese momento, la cara de Miguel cambió drásticamente a una de enojo y desagrado. En ese instante en que estuvo a punto de atacarla, llegan en un Mercedes-Benz muy caro tres personas, Paraf, Philia y un una mujer a la que se referían como Wings.

Miguel esbozó una sonrisa de victoria de oreja a oreja que rápidamente fue removido por la risa de Argenta y Jennifer.

-¿De qué se rien? -Preguntó Philia con su tono infantil de siempre.

-De que eso le va a doler a tu amigo.

Argenta miraba hacia el callejón mientras todo se volvía a tornar en silencio mientras todos miraban el callejón esperando ver salir a Dante salir a toda velocidad, pero apenas se oigan las llamas dentro del edificio, hasta que se escuchó algo en el la azotea del edificio contiguo. Era como si una persona corriera hacia la saliente. La silueta de un hombre salió de la azotea de un salto.

Miguel se quedó paralizado cuando se escuchó: "Cuarta tecnica solar: ¡COLMILLO DEL ECLIPSE SOLAR!".

Dante aterrizó dos metros detras de Miguel y mientras intentaba recuperar el aliento tras el sablazo que le propinó, Miguel empezo a sentir un fuerte escozor en el paladar que fue extentiedose verticalmente por la cabeza y el cuello, después su cabeza se fue partiendo en dos siguendo el camino del escozor e iluminando en un aura de fuego azul intenso su cabeza.

Dante se levanto y miró a los tres homunculos sobrantes, sintió sus olores y con la alquimia creó otra espada.

-Es un mal gusto volveros a ver, Paraf, Philia y Magnolia. -Dijo mientras se giraba para mirar alrededor.

-¡Ustedes, matadlos! -Dijo Miguel reincorporandose de vuelta en su estado original. - ¡A TOD...


El sendero de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora