El sendero de la venganza

Vega y Altair

Dante se vio atado, al igual que su hermano, y fueron llevados a una cueva cuyo interior estaba decorado como un templo barroco en su interior, pero su entrada estaba pintada con cientos de sellos antidemonios y runas trampas. Asura sabía muy bien por donde caminar, Yasha solo lo seguía para evitar las trampas.

-¡Altair, no te escondas que sé perfectamente que nos estas observando! -Exclamó Asura dejando a Argenta en un banco. -Necesito verme con Vega de inmediato. Los nefilims necesitan ayuda inmediata.

-Si me necesitas, no llames a mi discípulo, llámame a mí. -Dijo un hombre joven de pelo largo hasa el final de la espalda con pantalones formales, camisa azul celeste remangada y corbata azul con franjas plateadas. -¿Qué es lo que tienen?

- Suerte, de resto no lo sabemos -dijo Yasha dejando a Dante en otro banco -, pero se han hecho una heridas mortales, Dante tiene dos vertebras rotas y todos los órganos dentro del abdomen destrozados y Argenta, una grave lesión cráneo-encefálica y una gran pérdida de sangre.

-Muy bien, denme un segundo... -Dijo mientras puso sus manos, hizo un poco de presión y luego se alejó, dándoles la espalda. -Seguidme, con ellos... ¡Altair!

-¡Dígame, Maestro!

-Traeme hielo y gasolina, aceite de Judá, incienso centenario y, por si acaso, manzanilla.

Vega indico que dejaran a cada uno en unas tinas individuales y que los desnudaran, a ambos les echó el hielo y la gasolina y algo raro pasó... La tina de Dante hizo combustionar la gasolina muy rápidamente dejando los hielos intactos, mientras que con Argenta, el hielo absorbió la gasolina. Tras eso, solo los unge en aceite y se pone a esperar, ungiendolos de nuevo cada tres horas, así durante veinticuatro horas, manteniendolos dormidos con la manzanilla.

-¿Qué demonios? -dijo Dante al despertarse y verse desnudo en una tina con hielo casi derretido. -¡Hijo de puta! ¡¿Qué coño hice anoche?! Joder, no recuerdo ni haber ido a algún bar.

Se empezó a examinar el cuerpo para comprobar que no le hubieran sacado algún riñón u otro organ importante.

"Dante, no te han quitado nada. Así que tranquilízate que los que te trajeron aquí fueron Asura y Yasha y antes de que lo preguntes, nadie te ha violado." dijo Ifrit

-Dante, esto es lo ultimo que te queda para que te cures totalmente. -dijo una chica tirándolo al suelo. - Esto es muy posible que te resulte muy asqueroso, pero es necesario.

Ella solo le cogió un puñado de la urna de ceniza, le abrió la boca y se la puso en la boca mientras él forcejeaba por librarse de ella. Tras eso, se sintió como nuevo, sus dolores se quitaron, no sentía fatiga ni nada por el estilo.

-¿Pero cómo demonios...

-"es esto posible?" , fácil, se te a purificado biblicamente y luego tu alma ha hecho el resto. La ceniza solo se ha encargado de evitar que tu propia alma ataque a Ifrit.

-Oh, pues esto es genial ¿no?

-Pueees... No exactamente. Muestrame tus brazos.

Él obedeció y ella le hizo unas runas hindúes con tinta china en las palmas y luego le tocó con un dedo su frente haciendo aparecer a algo parecido a un sátiro.

-¡Vega, eres una maldita des... -Dijo la figura hasta que fue esfumada con un simple movimiento de la palma de la mano de ella.

-Por si te lo preguntas, ese era Ifrit. Así no nos va a interrumpir ni se ira a entrometer.

-Bien, entonces, dime que es lo que quieres de nosotros.

-Querras decir de tí. Tienes una cicatriz de Cain, sin llegar a decir que ninguna de tus vidas cegadas fueron marcadas, ni siquiera la primera de todas.