La debilidad

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Cuando Dante vió que estaba a punto de perder, utilizó la alquimia para atravesarlo y mientras se regeneraba encerrarlo en una pequeña caja que hizó hundir hasta unos quinientos metros bajo el suelo.

" Alégrate que acabás de ganar " dijó Ifrit.

- ¿Ganar?...- Dice jadeando y sosteniéndose en una pared. - No... sólo conseguí algo de tiempo... Esto fue una derrota.

" Sé que te falta entrenamiento, pero no te mortifiques"

- Debes saber que ese no tenía ni la mitad del poder de Bagdad, he perdido la mayoría de mi fuerza, mi capacidad de lenguas, ya no soy capaz de utilizar las técnicas que antes podía usar y mi resistencia se redujo a la cuarta parte. Además no sé si sere capaz de usar mis poderes de piro y de Slayer. Básicamente me he vuelto debil.

" Pues sera mejor que empieces a entrenar o no podras ni darles un solo puño."

- ¡ Sí, sí, estan allí! - Dice la chica, corriendo juntoa un policía.

- ¡ Oh, mierda! - Se va corriendo, voltea la esquina y ve una valla. - Esto es malo.

- ¡DETENGASE DE...! Que raro. Me pareció que estaba por aquí ... ¡ Demonios! - Dijo el policía al ver que Dante no estaba allí. - ¡ Malditos bromistas!

- Por poco y me veía en la trena.- dice Dante colgando de una ventana del cuarto piso.- Bueno, ahora vamos a bajar lentamen...- un niño se asoma a la ventana - Shhh- el chico asiente y cierra la ventana machucandole los dedos y haciéndole caer.- ¡ Ah!¡ PENDEJO DE MIERDA! Menos mal que cai sobre la prótesis.

Se levanta, mueve el brazo mecánico comprobando que no hubiera descompuesto y se va fingiendo que no le duele las costillas. Por el camino logra ver una tienda de deportes y se le ilumina la cara, recuerda que tuvo la suerte renovar los documentos y aislar una cantidad de 13850080 de reales ( treinta mil y cinco euros) y se decide por comprarse una bolsa de práctica, unas pesas de mano y de pies, unas manoplas y vendas para las muñecas. No se detuvó hasta llegar a aquel apartamento modesto con papel decorativo de tipo sicodélico y con casi todo cargado de decoración y colores que casi siempre se podría decir que hacían daño a la vista de cualquier persona, aunque era espacioso, cálido y muy luminoso.

Dante saca un bote aspirinas del botiquín, coge una botella de whisky y se enciende la televisión.
- "... No mezclar con bebidas alcohólicas... ". Bobadas - abre el bote y se los traga todos, pasandolos con un vaso entero de licor. Tose un poco y se desmaya unos segundos por la intoxicación.

Sus ojos se ponían llorosos al recordar el sueño que tenía junto a Lydia.

- Me gustaría fundar una posada...- Dice una voz femenina, un leve recuerdo que se manifestaba en la sala como un holograma de ella y el hace 3 años.

- Lydia. - Dice Dante mientras estira un poco el brazo.

- Pero solo es un sueño estúpido. - Dante se levanta con brusquedad.

- No, no es estúpido. - Dice el Dante del recuerdo. -Yo te ayudaré a cumplirlo.

- ¿ De verdad?

- ¡Claro! Todo por el que conserves esa hermosa cara de alegría.

- Pero si no es tu sueño.

- Solo quiero...- una lágrima empieza a bajar por la mejilla de Dante.- verte feliz.

" ¡ MALDITO MIGUEL! ¡ JURO POR MI VIDA QUE LE HARÉ PAGAR POR LO QUE NOS HA HECHO!"

El recuerdo se va desvaneciendo mientras él se enfurece más y más, su odio hacía que las luces del vecindario palpitaran hasta que las más débiles explotaron.

Dante había entrado en un periodo de depresión absoluta, aunque sabía como no mostrar el como estaba.

La semana pasó y le tocó entrar al instituto. A primera vista, se podría decir que no le gustaba, sobretodo por lo de llevar traje y se el único que no lleva un traje a medida, lo que causaba que algunos chicos lo miraran como algo raro. Aunque en realidad, lo aborrecía, pensaba que era una perdida de tiempo el no poder investigar a los homunculos, se pasaba el caminando por el pasillo pensando que estarían haciendo, Jeff, Jane, Nina, Jack, Hoodie, en resumen su escuadrón.

Al entrar a la clase que le correspondía, se presenta y se sienta en el lugar más aislado pero con buena visibilidad, del lugar. Algunos le hablaban y el por educación les conversaba. El director de grupo le da la bienvenida al instituto y se ofrece a enseñarle el lugar, junto a otros tipos de proposiciones de cortesía.

Las clases eran tranquilas hasta que llegaban los del aula de apoyo a su clase, uno bravucones de poca monta, que creen que por ir al gimnasio y tener familia militar podían hacer lo que quisieran, y alguna que otra chica que les prestaba poco caso.

- ¿ Así que este es el hermano del marica de Argenta? - Dice un tipo muy parecido a Miguel dirigiéndose a Dante. -¡ Oye! ¿ Quieres algo de périco?

- ¿ Perdón? - Dice Dante al verlo y reconocer que no era un homunculo.

- Ni perdón ni mierdas. ¿ Quieres o no?

- En serio, no entiendo una mierda lo que dices.

- Si no entiendes inglés, no lo hables, maldito "gringo".

- Espera. Repite eso en mi cara.- Se levanta del asiento y se pone en frente de él mirándolo de cerca.

- He dicho " maldito "gringo"", gringo.

- No hables así, que hasta los mexicanos se ofenden al oirte, estupido faldudo escocés.

- Soy de Galés.

- Como si fueras neozelandes.

- Pues entonces dinos de donde eres.

- Ciudad de Boston, estado de Massachuset.

- Eso esta cerca de Chicago ¿ Verdad?

- No, esta en la Costa Este cerca de NY.

- Osea que eres un puto yanqui. Jajaja. ¡ Escuchad todos! ¡El famoso Dante es un puto yanqui!- empuja a Dante en forma de tentativa - ¡ Y gracias a vosotros perdimos la hegemonía mundial!

- Pero gracias a nosotros pudieron reconstruir el país. Recuerda el plan Marshall y la OTAN, sin decir las otras en las que los americanos estamos en liderazgo.

- ¿ Quieres que te rompa la cara?

- Inténtalo y veras como te hago comerte tus palabras y dientes.

- Ya, tranquilos. Acaba de llegar el profesor. - Dice el representante de la clase. - Así que id a vuestro sitios y comportaos.

- Ok. - Dice Dante sentándose.

- Michael.

- Vale.- se sienta y empieza la clase.

El sendero de la venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora