80. I Said Are You Gonna Be My Girl?

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En el capítulo anterior:

{ —¡Que no existe la tía Cassandra! —grité en voz baja elevando los brazos e inmediatamente me arrepentí, la garganta picaba y dolía.

—No, no iré —respondió Jayden ignorando mi comentario—, aunque...—comenzó poniendo su mano en la barbilla "pensando"—, ¡que casualidad que hoy viene tu madre, Ashley! —finalizó sonriente.

Apreté la mandíbula y entrecerré los ojos.

—Ni lo pienses —respondí en seco, pero al ver a Ashton aún confundido, proseguí—, Ashton no me llevará.}
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Capítulo ochenta

I Said Are You Gonna Be My Girl?


—¿¡Qué!? —preguntó confundido Ashton—, tranquila, no te lo pedí... —contestó negando.

—Oh vamos, Ashton, sé amable —comentó Jayden.

Ashton bufó mientras cerraba los ojos.

—Tranquilo, puedo pedir un taxi —contesté sacando mi celular.

—Oh no, Ashton...—dijo Jayden señalándolo—... te llevará.

—Ni lo sueñes —contestamos Ashton y yo al unísono.

*

Jayden, Jayden, te odio y mucho.

—¡Buen viaje! —gritó Jayden saludándonos.

Tonto, tarado, bobo, inútil, tonto de Jayden.

Bufé mientras me ponía el cinturón de seguridad, el Homo Sapien nos obligó, Ashton encendió el auto y comenzó a conducir.

Lo observé sus facciones estaban marcadas, como si estuviera enojado o pensando en algo, su cabello estaba alborotado, más que de costumbre, un poco parecido al mío salvo que el mío sí era un espantapájaros.

Sus ojos grises estaban más claros que de costumbre y su piel pálida se encontraba aún más pálida, también, que de costumbre.

Tenía unas lindas pecas pequeñas les asomaban por todas sus mejillas desparramándose, lo que lo hacía lucir menos tonto.

—Saca foto, dura más... —habló refiriéndose a que no paraba de mirarlo. Automáticamente, pasé mi vista a la ventana.

El silencio que nos abrumaba era incómodo, muy incómodo. Y para colmo ninguno de los dos se atrevía a hablar.

No sabía si tenía vergüenza, rabia, tristeza, no sé.

—¿Cómo le sacaste la pintura tan rápido? —pregunté refiriéndome al auto con voz opaca tocando el tapizado.

—Tengo mis contactos —respondió en seco.

Y de nuevo, silencio incómodo.

¿Aún seguiría enojado conmigo?

Era como si ambos quisiéramos decirnos todo, sin embargo, ninguno quería o podía hablar. Ashton tenía tensa la mandíbula, en cambio yo, me sentía indefensa, enferma.

Y todo, por culpa de Mitchell.

—Oye, Ashton, lo lamento ¿sí? —rompí el silencio.

Él me miró de reojo.

—¿De qué hablas? —preguntó arqueando la ceja con su vista enfocada en la carretera.

—No quise hacerte... —suspiré recordando el momento—... eso.

¿Quieres guerra? Tendrás guerra © #1 [ BORRADOR ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora