Cincuenta y Dos

21.2K 2.1K 945
                                    

Harry había guiado a Louis hacia su habitación, no sin antes decirle al par de mujeres un "voy a mostrarle su regalo a mi bebé".

El más bajo, con una sonrisa tímida pintada en los labios se había sentado en la orilla de la cama, esperando por lo que Harry quería mostrarle.

— Bien, son dos. Pero en realidad el primero no es un regalo, es mejor dicho una sorpresa.

Louis asintió, y se sonrojó cuando el rizado comenzó a sacarse la camisa.

— ¡Harry! — Chilló mientras tapaba sus ojos con sus pequeñas manos.

El nombrado lo único que hizo fue reír a carcajadas.

— No, tontito, no es lo que tu crees — Quitó las manitas del menor que cubrían sus ojos, sonriendo con ternura — ¿Ves esto? — Señaló su costilla, donde se encontraba un nuevo tatuaje cubierto por un plástico transparente.

Harry se acercó, para que el más pequeño pudiera verlo mejor.

— Son nuestras iniciales — Susurró, y Harry asintió con una sonrisa.

— ¿Te gusta?

— ¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! — Louis saltó a los brazos de Harry, enlazandose con ellos y besando múltiples veces en su pecho, justo donde estaba la "L" que tanto le gustaba.

— A mi me encantas tú.

El ojiazul se sonrojó.

No podía creer el efecto que Harry provocaba en el, era simplemente perfecto, y saber que una nueva vida estaba creandose en su interior, producto de su amor con Harry, le hacía sentir en el paraíso.

— Harry, basta — Susurró, enterrando la cara en el pecho del mayor.

— ¿Cómo no me ibas a encantar si eres lo más lindo del mundo? — Susurró con ternura. Se separó un poco de Louis, obligándole a verlo a la cara. — Te amo.

— Yo te amo más, Harry.

— Bien, mi amor, ahora sí, voy a enseñarte tu regalo — Louis asintió, mientras Harry se separaba y buscaba algo en el armario café que estaba en su habitación.

Salió con una caja de tamaño mediano entre sus grandes manos. Se la entregó con una enorme sonrisa en el rostro.

— Abrelo, mi amor.

Louis lo hizo con las manos temblando, no sin antes leer la pequeña nota azul bebé que estaba en la caja, junto al enorme moño morado.

"Para el chico más lindo del mundo, el padre de mi bebé y el amor de mi vida, esto es apenas un pequeño detalle, una pequeña parte de lo que te mereces, mi amor, eres lo unico bueno en este mundo y eres mucho más de lo que merezco, le doy gracias al universo, y a Dios por dejarme tenerte entre mis brazos, y gracias a ti, por hacerme feliz a diario, gracias por todo, mi vida, te amo"

Louis le sonrió, y probablemente la sonrisa era demasiado grande para su cara, pero aún así, para Harry era la sonrisa más bonita del mundo, preciosa era la única palabra con la que se podría describir.

— Gracias a ti, Harry, yo soy el que no te merece.

— Dios mío, Lou, deja de decir tonterías y abrelo de una vez por todas, que me estoy muriendo por ver tu linda carita cuando lo abras.

Louis le lanzó un beso, y Harry estaba a punto se morirse de amor.

Quitó la tapa con cuidado, descubriendo los pequeños orificios que la caja de cartón tenía, muy pequeños y adorables.

— ¡Un gatito bebé! — Lo sacó rapidamente de la caja forrada con papel azul, para verlo con detenimiento. Era tan lindo.

— ¿Te gusta, amor?

— ¡Me encanta! — Exclamó con emoción mientras lo observaba con detenimiento y le hacía cariños a la pequeña bolita de pelos — Es tan lindo

— No tanto como tu, mi amor.

— Basta, Harry, deja de ser tan lindo — Louis susurró mientras el pequeño animal comenzaba a frotarse contra su cuello — Dios, me encanta, Harry, muchas gracias.

— Gracias a ti, mi amor, por existir.

— Dale gracias a mi mami.

Harry había decidido sentarse junto a Louis en la orilla de la cama, disfrutando de la linda vista de su bebé jugando con au naricita y la del pequeño gatito, frotandolas con cariño.

Le parecía tan tierno que el pequeño seguía llamando a su madre "mami" aunque ya tenía veinte años cumplidos. Pero así era su bebé, y le encantaba tanto.

El gatito soltó un pequeño "meow" y Louis no pudo evitar chillar con emoción, haciendo a Harry suspirar por lo bonita que su sonrisa era y por lo mucho que Louis con una acto tan simple como sonreír, iluminaba sus días de una manera tan inexplicable.

— No quiero que sigas creciendo, quiero que nos quedemos así por siempre, bebé.

— Yo tampoco quiero crecer, quiero ser por siempre un bebé.

— Siempre serás mi bebé.

Louis sonrió dejando al pequeño animalito en sus piernas.

— ¿Y el que estoy esperando?

— Ese será nuestro bebé

Acarició su abdomen aún plano, sintiendo mariposas por ese pequeño frijolito que ahí estaba creciendo.

— Suena tan lindo cuando tu lo dices, mi amor — Louis susurró, con una mano acariciando la de Harry que aún sobaba su abdomen y con otra el pelaje del gatito bebé que se frotaba contra sus manos unidas — Todo suena lindo cuando tu lo dices, Hazz.

Harry le sonrió mientras besaba su frente con amor, y después su nariz, seguido de sus labios.

— Nuestro bebé, nuestro, nuestro, nuestro, nuestro.

Empezó a frotar su nariz contra la del menor, sintiendo como su corazón se apretaba y después comenzaba a latir de forma rápida, producto de estar tan cerca de esa cosita bonita.

— Te amo.

— Yo más, mi amor, mucho más.

Harry Why?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora