Cincuenta y cinco

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Mes número dos.

Estaban más que felices, su bebé iba bastante bien, según las ecografías y Harry no
podía estar más felíz. Sus ojos se iluminaban cada vez que sus manos tocaban la pequeña pancita de Louis que apenas estaba comenzando a crecer.

Louis también estaba muy felíz, tenía el apoyo de su novio y padre del bebé, tenía su amor y nada más importaba.

Anne ya había comenzado a comprar varios enteros de colores blancos, pues si era niño no querían ponerle un entero rosa o viceversa. Estaban locas ¿qué importaba eso?

El médico le había dicho que quería seguir con su embarazo mes con mes, pues hombres embarazados no es algo que puedes ver todos los días. Y Louis estuvo encantado. También le informó que cuándo fuera hora de parir tendría que ser a modo de cesárea, pues su cuerpo no tenía una salida segura para el bebé.

El teléfono interrumpió a Louis de la interesante película que estaba mirando en ese momento. Refunfuñó, pero cuando vio que era Harry, sus ojitos brillaron y su sonrisa apareció.

— ¿Mi amor? ¿de qué sabor dijiste que querías tu pastel? — Fue lo primero que escuchó al descolgar el teléfono.

Louis suspiró contra el telefono como todo un enamorado. El embarazo era una buena excusa para que Harry cumpliera con todos sus antojos de dulces. Le encantaba esa fase tan linda que Harry estaba teniendo, tan atento.

— De chocolate con fresas, Hazz.

— Bien, cielo ¿Estás bien? ¿no ha pasado nada malo, amor?

El ojiazul soltó una risita tonta, por lo protector que estaba siento. Le gustaba mucho.

— Harry, calma, amor, te fuiste hace como diez minutos, no ha pasado nada.

— Yo que me preocupo por el amor de mi vida y por mi bebé, uno ya no puede ni preguntar si no ha pasado nada malo porque comienzan a gritarle, Dios.

— Han pasado solo diez minutos, y no estaba gritandote, Hazz, no ha pasado nada, lo prometo. El bebé y yo estamos muy muy bien. Pelusita extraña a su papi.

Sí, Harry le había dado el apodo más extraño a su bebé mientras se enteraban del sexo del bebé y decidían que nombre ponerle.

— Mmm ¿Lou también extraña a su papi? — Mordió su labio del otro lado de la línea.

— Mucho — Hizo un pequeño puchero, aunque sabía que Harry no podía verlo.

— Estoy imaginando tu lindo puchero en ese momento  — Dijo mientras ponía el pastel en el mostrador.

— Ven rápido, te extraño.

— Diez minutos bebé, lo prometo ¿sí?

— Está bien, Harry, pelusita y yo estaremos esperándote con ansias.

Harry sonrió estremecido, avanzando en la fila.

— Bien, bebé — Dijo cuando era su turno se pagar — Te amo, estoy ahí pronto, si pasa algo me llamas ¿bien?

— Bien, Hazz, te amo más.

Louis lanzó muchos besos al teléfono. Harry igual, y finalizó la llamada con una sonrisa más grande que su cara y un suspiro.

— ¿Cuánto va a ser?

La cajera le sonrió con amabilidad, y ternura.

— 235

Harry sacó su cartera y entregó el dinero solicitado.

— Perdone que me meta, pero su novia y usted son muy lindos.

Harry sonrió mostrando un hoyuelo.

— Novio — Le corrigió, y la mujer sonrió aún más, entregandole un Tiket y su cambio.

— Oh, lo siento, novio. Son muy lindos, seguro durarán mucho.

— El es lo más lindo del mundo, y espero que sí.

(...)

— ¡Ya llegué, mi vida! — Harry exclamó, y como una rayo Louis ya estaba a su lado con un cuchillo y dos platos.

— Hola — Besó sus labios de forma rápida — Te extrañé.

Lo abrazó, recostando su cabeza en el pecho tatuado y dejando su oreja justo en la parte del corazón. Le encantaba escuchar los latidos acelerados de Harry cada vez que se ponía en esa posición.

—  Yo igual, mi vida, muchísimo — Lo separó y puso su mano sobre la pancita pequeña de Louis — Hola bebé,  ya llegó papi.

Louis sonrió con ternura viendo como Harry le hablaba al pequeño feto que tenía dentro.

— ¿Me extrañaste? — Se agachó y pegó su oído a la pequeña barriga, como si esta fuera a contestar — Yo también, cielo.

— Harry, aún es muy pequeño para escucharte.

— Shhh — Lo calló con una sonrisa — ¿Papi Lou es muy lindo cierto? Pero papi Harry más. Te amo bebé ¿tu también amas a papi Harry?

Louis no pudo evitar tomar la cara del ojiverde y darle un beso largo en los labios.

— Te imagino cargando a nuestro bebé y muero de ternura, Hazz.

— Te amo — Besó sus labios de nuevo, acariciando su cara con ambas manos — Y eres tan perfecto, me encantas, eres aún más perfecto por darme un bebé, gracias, gracias, gracias. Ese bebé va a ser tan lindo como su papi Lou.

— O cómo su papi Harry.

— Su papi Lou es más lindo.

Harry le sonrió y se paró sobrr las puntas de sus pies para dejar un beso en su mejilla.

Tal vez Johanna los haya grabado, y tal vez se aseguraría de poner ese vídeo en su boda.

Harry Why?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora